Capítulo quince: Café Hawaiano

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Ninguno de los dos esperaba que aquel acto sexual los uniera más y les otorgará mayor confianza, sin embargo así fue y ambos estuvieron felices con ello.

Habían pasado días desde la ultima vez que supieron algo de Riley, efectivamente, Gwendolyn había hecho un excelente trabajo consiguiendo un equipo de seguridad que escoltara en todo momento a las "Ji Bb's", manteniendo alejada a Riley del pequeño asiático y sobre todo manteniéndola alejada de Leo.

Esto era muy bueno, debido a que se acercaban las competencias y tenían que preparar sus programas libres y de este modo no se distraían en cosas innecesarias. Leo había preparado el suyo semanas atrás, solo hacía falta practicar los saltos combinados de la segunda mitad, su secuencia de pasos era sublime, y como todo buen coreógrafo se había esforzado en hacer una secuencia perfecta, con saltos increíbles e impresionantes giros. Durante sus prácticas parecía un ángel en la pista de hielo. Mientras tanto, Gueng-Hong no decidía como quería patinar, su entrenadora había elegido su música y había preparado una secuencia de pasos muy ambiciosa.

Aunque había estado practicando con todo su esfuerzo, no lograba conseguirlo, no lo inspiraba. Intentaba e intentaba, pero las piruetas combinadas salían sin gracia o a veces ni siquiera salían.

-Ji, cuál es el problema contigo?- preguntó su entrenadora en mandarín.

-N..nno... No puedo hacerlo, es muy difícil.- respondió en chico, tenía ganas de llorar debido a la frustración.

-Pero si has hecho cosas más difíciles que está.- intentó animarlo mientras acariciaba su cabello cariñosamente.

-No puedo... No puedo... NO PUEDO, SOY UN TONTO! Aaaahhh.

-Claro que puedes, es cuestión de esforzarse.

-Creo... Creo que deberíamos empezar de nuevo, aún hay tiempo así que...

-¿Qué?- le interrumpió- Entonces...-lo miró preocupada.

-Así es, cambiaremos el programa, la música y los pasos. Empezaremos de nuevo, aún hay tiempo sí que debemos trabajar.

-Temía que dijeras eso... Pero si te sientes cómodo y más seguro así, entonces esta bien.- sonrío cálidamente.

-Gracias... La verdad es que...- se acercó al oído de la mujer, parándose de puntas y susurrando.- Quiero sorprender a Leo, que vea lo mejor de mí en la pista, quiero hacer una rutina dedicada a él y así transmitir mi amor por él.

La mujer se apartó cubriendo su boca con una mano y ahogando un "Awwww". Se incorporó de nuevo, levantó su mano con el pulgar arriba.

-Está bien pero tenemos que esforzarnos mucho, entendiste Guang-Hong Ji?

-Claro!- sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso y en su boca se dibujó una sonrisa. Quería agradecerle a Leo de alguna manera el amor que le había dado, además de la paciencia y el gran apoyo, pues él logró "salvarlo" de algún modo, pues el pequeño Guang-Hong escondía un secreto.

Un año antes de que comenzaran a salir con Leo, una chica en China le había pedido que fuera su novio, él se negó y la chica cayó en depresión, llegando al punto de ahorcarse meses después. Al enterarse de esto, Guang-Hong se sintió tan mal que cayó enfermo y por eso durante un tiempo no se le había visto en las prácticas, hasta que un día, vagando por una página de citas encontró a aquel "desconocido"que le levantó el ánimo en el momento en el que más frágil se encontraba.

Leo era su gran apoyo, era su inspiración y lo más importante, era el amor de su vida, de eso estaba seguro, le había ayudado a superar los traumas de los meses pasados, lo había ayudado cuando se lastimó el pie, había cuidado de él todas las noches desde que comenzaron a vivir juntos, había sido quien le dio su primer beso, quien le mostró lo que era el placer de sentir el amor sexual, Leo era aquella persona que le había entregado su amor de verdad.

Café Latte & Chocolate (LeoJi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora