Eran las 9:16 de la noche, según marcaba el reloj que colgaba de la pared de la sala. Leo se encontraba mensajeando con Guang-Hong, sentado en el sillón, recargando su cuerpo contra el cojín favorito de su novio.
Se oyeron unas llaves tras la puerta, la cerradura se movió y apareció una figura en el marco de la puerta. Era una mujer alta y de suave piel morena clara, el cabello castaño le caía por los hombros y sus ojos color avellana brillaban de felicidad.-¡Mamá!- Leo dejó todo lo que estaba haciendo para correr a los brazos de su madre.
-Mi pequeño ajolote...-su madre lo abrazó con fuerza.- tanto tiempo sin verte, has crecido mucho.
-Pero si me viste hace medio año.-no dejó de sonreír mientras intentaba controlar su felicidad.
-Medio año es mucho tiempo, además imagina cómo se siente una mujer de 38 años con una gran carga de trabajo, que raras veces visita a sus hijas y no ha tenido tiempo de ver a su único hijo en meses. Por cierto, perdón por eso, tú sabes que tengo que trabajar mucho por lo de tu abuela.
-No te preocupes por eso, está bien. Entiendo eso la abuela está tan enferma entonces tienes que trabajar mucho.
-Si, pero está bien.
-Mami...-abrazo de nuevo a su mamá, ella le besó la frente.
-¿Has estado practicando? Ya quiero verte ganar.
-Uff, me esforzaré, no te prometo nada pero daré lo mejor de mi.
-Eso ya lo sé, mi vida. No importa si ganas o pierdes.- sonrío mostrando sus blancos dientes.-Te quiero tanto, jefa.
-Yo igual. Oyeee... Y ¿Dónde está el lindo muchacho con el que estás viviendo? Quiero conocerlo. Seguramente es muy adorable.
-Se fue con su madre ayer... Se lo llevó, más bien.
-Es una lástima, yo quería conocer a mi yerno.
-¡MAMÁ!...¡N-NO ES MI NOVIO!- mintió, había tratado de esconderle eso a su madre y decírselo en el momento indicado.
-A mí no me engañas, ajolotito.- sonrío de lado.- ¿acaso crees que las madres no tenemos un sexto sentido? Nos enteramos de todo lo que pasa en la vida de nuestros bebés y yo... Yo sé que estás saliendo con ese adorable pimpollo.
La cara del joven se puso más roja que un tomate, se dio cuenta que por más que hubiera tratado de ocultárselo, al hablarle de Guang-Hong a su madre le daba pistas acerca de su relación con él.
-Lo verás en la competencia, madre. Lo reconocerás pues él es la elegancia en persona, con la gracia de un ciervo y la apariencia de un ángel, su esencia es la de una delicada flor...
-Jajajajaha Ayyy, ya entendí.
Leo y su madre pasaron la noche conversando de lo que habían hecho últimamente. A diferencia de Lian, a Diana le hacía mucha ilusión ver al novio de su hijo y contarle todas las experiencias vergonzosas que tuvo Leo de pequeño.
Al siguiente día, el pequeño Guang-Hong se las arregló para escapar, su madre aún dormía (había heredado de ella la costumbre de despertarse tarde) y tuvo la oportunidad de huir. Se dirigió a casa de Leo y no tuvo problemas el llegar pues se dibujó un croquis en la mano derecha para poder llegar.
Tocó la puerta en repetidas ocasiones, se sintió estúpido al darse cuenta de que tenía su llave. Entró al departamento sin hacer ruido y se dirigió a la habitación. Se metió en la cama. Leo dormía apaciblemente, el asiático lo observo lleno de ternura. "Este hombre es perfecto hasta cuando duerme". Se acercó y no pudo resistir a besarlo y acariciar su cabello. Leo despertó asustado pero vio a su novio frente a él y no pudo evitar abrazarlo.
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Café Latte & Chocolate (LeoJi)
RomanceTodo termina como comenzó, esta extraña historia tuvo su inicio en una pequeña cafetería de la ciudad. Leo se encontraba como todas las tardes, en su mesa favorita. Esperando a aquella persona con la que se encontraría para conversar. El mesero se a...