Capítulo diecisiete: Leche

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Sin embargo, la felicidad de su primer "hijo" no duraría mucho.

-*Achu, estornudar, pues* Leo... Me puedes pasar las servilletas?...- dijo Guang-Hong con los ojos llorosos y la cara roja.

-Aquí tienes, amor.

-Gracias...*estornudo*

-Guang-Hong...

-¿Pasa algo?

-No... Bueno si, has estado así desde hace dos días, deberías ir al médico.

-Pero si me siento bien,sólo cuando estoy en casa es cuando comienzo con esto.

-Me preocupas, normalmente no te enfermas.

-¿Acaso eres estúpido? También soy humano y me enfermo...

"Vaya, de seguro está en sus días"-No, a lo que me refiero es... Estabas bien y que te pongas así tan de repente desde que llegó Dexter...

El pequeño gato, al escuchar su nombre apartó su atención de la lata de atún que tenía en frente para mirar a los s muchachos que se encontraban sentados uno al lado del otro en la mesa del pequeño comedor.

-No es nada, seguramente se me pasará.- sonrío el muchacho.

-Aún así, deberías cuidarte. Me preocupa que te enfermes antes de la siguiente competición.

-¡No! ¡Nunca pienses en negativo!, el destino siempre ha estado en mi contra, así que no le des ideas.

-Seguro que ganarás, yo te apoyaré.

-Espera... ¿Es que tú no piensas ganar?- le miro mientras se sonaba los mocos.

-Si, pero aún así, me gustaría más que tú lo hicieras.

-Demonios...cállate...- el chico se sonrojó y tomó la mano del mayor por debajo de la mesa para acariciarle suavemente.

A decir verdad, a ninguno de los dos les apetecía tanto ganar, pensaban que serían más felices si el otro ganara, por lo tanto discutían todo el tiempo acerca de los futuros resultados.

-Yo creo que alcanzarás la máxima puntuación, te he visto entrenar y no estás tan mal.

-Es cierto, pero tú eres mejor que yo, tienes menos experiencia, pero puedes dejarte llevar por la música y de esa manera evitas los nervios. Así que tienes ventaja sobre mí.- le respondió el chino rascando su brazo fuertemente, estaba rojo.

-Oye, déjame ver eso.-dijo Leo en tono amable al notar que la piel de Guang-Hong estaba roja e hinchada.

-¿Qué?-se apartó.

-Tienes algo raro ahí, no te dejaré hasta que me enseñes eso.

-No quiero. Sólo pica un poco y nada más.

-Guang-Hong Ji, déjame ver ese brazo.

-No quiero.-intentó apartarse y esconder su brazo bajo sus mangas largas, pero fue inútil pues su pareja tenía mayor fuerza y era más grande.

El moreno levantó cuidadosamente la tela que cubría aquella piel roja e hinchada.
Fulminó con la mirada a Guang-Hong, quien con la mano izquierda se cubría la cara mientras miraba hacia otro lado.

-Cariño...

-Dime...-soltó con un tono nervioso, sabía lo que se aproximaba y ya no podía salir de esta.

Café Latte & Chocolate (LeoJi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora