Al regresar al elegante salón, cada quien tomó su camino, Leo se dirigió hacia donde se encontraba Guang-Hong, mientras que Mila fue a sentarse al lado de Otabek para conversar un poco.
Al ver a su amado, el joven de las pecas lo abrazó emocionado. El mayor no entendÃa por qué la euforia tan repentina. -Mi madre me ha llamado.- dijo saltando de alegrÃa, era muy lindo verlo cuando estaba feliz.
-Excelente, ¿Y qué te ha dicho?
-Pues... Ay muchas cosas, Wuuu.- rÃo ante su broma.- bueno, me ha felicitado por mi esfuerzo, dijo que estaba bien si no ganaba, que lo importante era divertirse. Y preguntó por ti, parece que le empiezas a agradar a mi madre.
-¡Maravilloso!- soltó irónicamente.
-No puedo creer que llegamos hasta aquÃ, todo esto.. Ahhh soy feliz. Prometo entrenar mucho y mejorar para el siguiente año. Por ahora puedo presumir que mi fabuloso novio ha ganado otra medalla de oro.
-Y el siguiente año lo harás tú también, pastelito.
-Oye, Leo. ¿A qué saliste hace rato? Digo... Te fuiste y después Mila te siguió y... Y regresaron juntos... N..no es que esté celoso pero...
-Nada importante, solo salimos a cazar brujas.
-¿Eh?- no entendÃa la referencia, pero eso estaba bien.
El banquete concluyó sin contratiempos, uno que otro término cansado de tanto bailar, otros acabaron dormidos bajo la mesa, Yuuri y Viktor habÃan bebido de más (asà que ya se imaginan qué pasó ) y Leo se habÃa quedado dormido sobre el regazo de Guang. Cuando volvieron a casa, estaba muy obscuro, pero las estrellas brillaban con gran intensidad en el cielo de terciopelo negro.
Una vez que llegaron a la casa, los dos chicos comenzaron a desvestirse, estaban cansados y necesitaban dormir después de todas las emociones del dÃa. Se metieron en la cama sin decir ni una palabra; Guang-Hong abrazó por detrás a su amado y se acercó a su oÃdo para decirle algo:
-Todos te felicitaron hoy por haber ganado... Pero yo quisiera darte un regalo por tu esfuerzo.
-Está bien, pastelito. Mañana...Aaahh. ¿Qué estás haciendo?
El asiático deslizó cuidadosamente su mano bajo la ropa interior del moreno.
-Esto es algo que no puede esperar hasta mañana.-¿Quieres hacerlo ahora?.- preguntó con un gran sonrojo que se notaba a pesar de la oscuridad que llenaba la habitación.
-Si, si quieres también...
-Por supuesto, no podrÃa negarme nunca.-se dio la vuelta para ver a su amado de frente.
Guang-Hong lo miraba con deseo, parecÃa un "seme" muy tierno, pero la expresión en su rostro cambio cuando Leo se posicionó encima de él.Lo besó con ternura, rodeando el cuello del mayor con sus brazos mientras que con sus piernas rodeaba sus caderas. Pronto ese cálido beso fue tornándose más intenso a medida que los segundos transcurrÃan; sus bocas estuvieron a punto de fundirse entre mordidas y deliciosos intercambios de saliva.
Al asiático le encantaba que lo besara de esa manera, le encantaban los dulces besos que su amado depositaba en sus labios, podÃa sentir la suavidad y el sabor único que tenÃan, pero cuando Leo comenzaba a morder ligeramente, solo significaba una cosa: no se detendrÃa hasta haber explorado cada centÃmetro de la boca de Guang-Hong con su lengua.
El beso húmedo despertó en ambos un calor que recorrió su pecho, atravesando sus cuerpos como si de un rayo se tratase, el ambiente habÃa aumentado la temperatura y esto se notaba en las rojas mejillas de los chicos.
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Café Latte & Chocolate (LeoJi)
RomansaTodo termina como comenzó, esta extraña historia tuvo su inicio en una pequeña cafetería de la ciudad. Leo se encontraba como todas las tardes, en su mesa favorita. Esperando a aquella persona con la que se encontraría para conversar. El mesero se a...