Capítulo veinticinco: Café Latte

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Al regresar al elegante salón, cada quien tomó su camino, Leo se dirigió hacia donde se encontraba Guang-Hong, mientras que Mila fue a sentarse al lado de Otabek para conversar un poco.

Al ver a su amado, el joven de las pecas lo abrazó emocionado. El mayor no entendía por qué la euforia tan repentina. -Mi madre me ha llamado.- dijo saltando de alegría, era muy lindo verlo cuando estaba feliz.

-Excelente, ¿Y qué te ha dicho?

-Pues... Ay muchas cosas, Wuuu.- río ante su broma.- bueno, me ha felicitado por mi esfuerzo, dijo que estaba bien si no ganaba, que lo importante era divertirse. Y preguntó por ti, parece que le empiezas a agradar a mi madre.

-¡Maravilloso!- soltó irónicamente.

-No puedo creer que llegamos hasta aquí, todo esto.. Ahhh soy feliz. Prometo entrenar mucho y mejorar para el siguiente año. Por ahora puedo presumir que mi fabuloso novio ha ganado otra medalla de oro.

-Y el siguiente año lo harás tú también, pastelito.

-Oye, Leo. ¿A qué saliste hace rato? Digo... Te fuiste y después Mila te siguió y... Y regresaron juntos... N..no es que esté celoso pero...

-Nada importante, solo salimos a cazar brujas.

-¿Eh?- no entendía la referencia, pero eso estaba bien.

El banquete concluyó sin contratiempos, uno que otro término cansado de tanto bailar, otros acabaron dormidos bajo la mesa, Yuuri y Viktor habían bebido de más (así que ya se imaginan qué pasó ) y Leo se había quedado dormido sobre el regazo de Guang. Cuando volvieron a casa, estaba muy obscuro, pero las estrellas brillaban con gran intensidad en el cielo de terciopelo negro.

Una vez que llegaron a la casa, los dos chicos comenzaron a desvestirse, estaban cansados y necesitaban dormir después de todas las emociones del día. Se metieron en la cama sin decir ni una palabra; Guang-Hong abrazó por detrás a su amado y se acercó a su oído para decirle algo:

-Todos te felicitaron hoy por haber ganado... Pero yo quisiera darte un regalo por tu esfuerzo.

-Está bien, pastelito. Mañana...Aaahh. ¿Qué estás haciendo?

El asiático deslizó cuidadosamente su mano bajo la ropa interior del moreno.
-Esto es algo que no puede esperar hasta mañana.

-¿Quieres hacerlo ahora?.- preguntó con un gran sonrojo que se notaba a pesar de la oscuridad que llenaba la habitación.

-Si, si quieres también...

-Por supuesto, no podría negarme nunca.-se dio la vuelta para ver a su amado de frente.
Guang-Hong lo miraba con deseo, parecía un "seme" muy tierno, pero la expresión en su rostro cambio cuando Leo se posicionó encima de él.

Lo besó con ternura, rodeando el cuello del mayor con sus brazos mientras que con sus piernas rodeaba sus caderas. Pronto ese cálido beso fue tornándose más intenso a medida que los segundos transcurrían; sus bocas estuvieron a punto de fundirse entre mordidas y deliciosos intercambios de saliva.

Al asiático le encantaba que lo besara de esa manera, le encantaban los dulces besos que su amado depositaba en sus labios, podía sentir la suavidad y el sabor único que tenían, pero cuando Leo comenzaba a morder ligeramente, solo significaba una cosa: no se detendría hasta haber explorado cada centímetro de la boca de Guang-Hong con su lengua.
El beso húmedo despertó en ambos un calor que recorrió su pecho, atravesando sus cuerpos como si de un rayo se tratase, el ambiente había aumentado la temperatura y esto se notaba en las rojas mejillas de los chicos.

Café Latte & Chocolate (LeoJi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora