Omnisciente
-¡Chris apresurate!–gritó Jackie hacia las escaleras para que Chris bajara de una vez. Pasos apresurados se escucharon por la escalera, era ella. Iba vestida con un vestido blanco hasta las rodillas de estilo campana, la parte del pecho era negra con lentejuelas, en su ante brazo izquierdo llevaba colgando un abrigo de color negro. Por calzado llevaba unas sandalias negras con cintas de cuero hasta las rodillas. Los chicos en la sala, que eran Nomi, Jackie y Rin la quedaron mirando. Su cabello rosa iba suelto, su flequillo hacia atrás sujetado por una diadema blanca, algunos mechones rebeldes y coquetos caían por su frente. Llevaba tenuemente maquillaje, nada más allá de máscara para pestañas y un poco de brillo labial. Por un momento su mirada se cruzó con la de Rin, provocando que ambos jóvenes se sonrojaran.
Rin, por su parte llevaba puesto un jeans ajustado de color negro con converse negras, una playera azul claro y una chaqueta de cuero negra, con mangas arremangadas y abierta.
Chris se acercó a él, saludándole.
-Lo más tarde que pueden llegar son las tres de la madrugada. No beban alcohol y por sobre todo...pasenla bien–dijo Jackie sonriendoles al final, recibiendo en respuesta una sonrisa por parte de los chicos. Salieron del bar y se dirigieron al punto de reunión con sus amigos.
-Te ves muy linda con ese vestido–dijo Rin nervioso y sonrojado desviando su mirada de Chris.
-Tú también te ves bien así–dijo Chris en respuesta algo sonrojada también. Ambos chicos se miraron y se sonrieron mutuamente de forma tierna. Rin, algo dudoso tomó la mano de Chris, entrelazando sus dedos. Y así caminaron hasta un parque, donde verían a sus amigos. Eran las siete de la tarde, el sol se ocultaba y ellos disfrutaban de una blanca navidad.
-Está nevando...–dijo Chris mirando al cielo. Soltó la mano de Rin un momento para colocarse su abrigo, unas vez lo hizo la volvió a tomar. Vieron a sus amigos junto al enorme árbol de navidad en el centro de la plaza.
Intercambiaron un par de palabras y se dirigieron al lugar donde tendrían una pequeña fiesta de navidad.
Una vez allí cenaron, no sin antes tener un brindis. Disfrutaron de pavo, delicioso cabe decir, un puré de papas y un agradable ambiente navideño. Llegó el momento de intercambiar regalos. Exactamente las doce de la noche. El primero en entregar su regalo fue Suguro, dirigido a Chris. Era un colgante para el móvil con un pequeño y adorable pudin. Shima fue el siguiente hacia Izumo, quien le regaló un libro de colección que ella estuvo buscando. Izumo a Shiemi le regaló un lindo par de aretes, Shiemi a Rin le regaló un llavero de calavera y por último Rin, quien tenía una caja decorada con papel rosa pastel junto con un listón celeste pastel. Con algo de nerviosismo se lo entregó a Chris. Ella, algo emocionada y nerviosa lo abrió. Dentro de ella vio una bufanda, bastante larga, de color blanco con un pompón a cada extremo de color rosa. Ella se sonrojó violentamente al captar su propósito.
Llegó el momento de irse. Cada cual se fue por su lado. La nieve había comenzado a caer con más fuerza, por lo que Rin cerró su chaqueta y Chris lo obligó a compartir la bufanda que le había regalado momentos atrás. Iban caminando cuando un auto que pasaba cerca los salpicó de nieve.
Se cubrieron bajo el umbral de una casa para quitarse la nieve entre risas. En un momento sus miradas se cruzaron, logrando que ambos jóvenes se sonrojaran.
Oyeron una melodía navideña sobre ellos, así que observaron de qué se trataba, pero se encontraron con un muérdago. Sus hojas eran bastante verdes y su fruto rojo brillante.
Los chicos se volvieron a sonrojar fuertemente, pero eso no impidió que Rin tomara a Chris por la cintura, atrayéndola hacia si. Ella, por instinto, puso sus manos en el pecho de Rin. Sonrojados, comenzaron a acercar sus rostros, cerrando lentamente sus ojos, hasta que sus labios se unieron en un beso lento, sin apuros, suave y tierno, en el que ambos le expresaban sus sentimientos al contrario. Se separaron, y lentamente comenzaron a abrir sus ojos.