C A P I T U L O 15.

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"No te robes un Ferrari si no sabes conducir" -  Gabrielle Solís.

Saber que alguien nos estaba siguiendo porque quería matarnos no era algo del todo nuevo para mí, sin embargo, saber que estábamos poniendo en juego las vidas de las chicas... eso sí que era más de lo que estaba dispuesta a tragar.

Cada día desde que me embarqué en esta aventura en busca de venganza supe que lo más probable era que perdiera parte de mí en el proceso, y estaba de acuerdo con ello siempre y cuando eso significara darle paz a la muerte de mis padres.

Pero muchas cosas han cambiado desde entonces, y me preguntaba si estaba dejando ir demasiado por algo tan pequeño.

Saber que Spade estaba tan ansioso de llevar a las chicas de vuelta su hogar como yo, aun si eso significaba que iba tener que buscarme algún otro barco una vez que llegáramos a Londres, fue bastante extraño, sin embargo, no pensaba ser una de esas mujeres manipuladoras que obligan a los hombres a hacer su voluntad por medio de la culpa. No, si Spade no quería mantenerme bajo su cuidado, eso estaba bien, yo podía cuidarme sola.

- Creo que la cubierta ya esta limpia, terroncito. - La voz de Spade llegó desde mi espalda, donde yo estaba restregando un trapo mojado sobre la cubierta del Medusa, estaba tan absorta en mis pensamientos que perdí la noción del tiempo.

Coloqué el trapo en el balde de agua con jabón antes de voltear la cabeza para mirarlo. Spade estaba parado con ambas manos en la cintura mirándome con una expresión divertida. Con el paso de los meses me acostumbré a observarle todo tipo de expresiones faciales, pero aquellas en las que sonreía se habían vuelto mis favoritas.

- ¿Qué tanto miras, eh? Déjame terminar esto antes de que te aviente el balde completo y te de un buen baño. - arrugué la nariz - parece que te hace falta uno urgentemente.

Spade soltó una risa.

- A la que le hace falta un baño es a ti, ahora por favor, ¿podrías aceptar mi oferta de dormir en mi cuarto? hay un baño caliente como oferta si aceptas.

- ¿Solo uno? - me sorprendí diciendo, desde hace tres semanas que estábamos encaminándonos a Londres y aun faltaban tres más, mi relación con Spade se había vuelto casi... amistosa, sin embargo, yo seguía siendo una esclava que ayudaba con la cocina y la limpieza. A diferencia de las otras ex esclavas que tenían sus propios camarotes y servicio a la habitación, yo seguía durmiendo en la alacena cuando hacía mucho frío, pero normalmente me escabullía a media noche y me recostaba en el piso del barco para ver las estrellas, incluso el sonido de las olas contra el barco me arrullaba para dormir, nunca le admitiría aquello a nadie, pero estaba bastante feliz de estar donde estaba en este momento.

- Dos, tres, los que quieras. - agregó rápidamente Spade.

- ¿Por qué no puedes darme mi propio camarote? Les diste a las chicas uno para cada quien.

Spade hizo una mueca de "disculpa" que mas bien parecía una sonrisa de bufón.

- Ya no tengo ninguna, tus amigas se acabaran todas las habitaciones.

- Entones supongo que tendré que seguir oliendo a rayos y durmiendo en al alacena.

Eso lo frustró más de lo que esperaba.

- ¡Demonios, Charotte!, ¿Por qué no puedes quedarte en mi cuarto? Charles y Lily comparten habitación.

Lo miré algo sorprendida por su tono molesto, aun así intenté no tomármelo a mal y explicarle una de las múltiples razones por las que era una mala idea que yo me mudara a su habitación.

Capturada Por Un Pirata •••COMPLETADA•••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora