C A P I T U L O 21.

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"Ni fuimos, ni somos, ni seremos. Porque para ser hay que estar, y no quisimos ni ser, ni estar, ni querer" - Fer Dichter.

Los meses después de aquella noche pasaron volando en una nube de amor, amistad y felicidad. Me sentía más liviana que hace años, me atrevía a decir que me sentía más feliz en un barco lleno de piratas y entre los brazos de Spade que cuando estaba cobijada en el seno de mi familia.

El camino a Londres por mar era de aproximadamente seis meses; hace mucho que había perdido la cuenta pero estaba segura que debíamos llegar al puerto en algún día de la próxima semana. Habíamos hecho algunas paradas en islas de abasto y las chicas estaban tímidamente encantadas por las atenciones de los marineros. Algunos se mostraban groseros pero una mirada ceñuda de mi parte y le cambiaban a las expresiones por unas más galanas e inofensivas. Lily, para sorpresa de nadie, estaba embarazada, y con las nauseas fuera su aspecto era cada vez más sano, sus mejillas tenían color y su panza estaba ligeramente redondeada. Incluso su pelo rubio y rizado parecía más brilloso. Charles se pavoneaba como un gallito por todos lados y su sonrisa se ensanchaba cada vez que Lily aparecía en la habitación. Era bastante cómico y romántico de presenciar.

Benedict se había encargado de repartir flirteos y sonrisas a todas las chicas, sobretodo a Emily, quien parecía sonrojarse y soltar risitas de lo más estúpidas cada vez que él le dedicaba una mirada deslumbrante.

El navío de Benedict y su tripulación habían partido con las instrucciones de su capitán de volver a Inglaterra y dar la noticia del ataque de los piratas al barco español y su toma del botín. Benedict decidió quedarse para pasar un tiempo de "calidad" con su hermano mayor.

Gill y la mayoría de la tripulación del Medusa resultaron ser una forma poco común de piratas. La mayoría eran hombres que habían perdido todo y lo único que les había quedado era este trabajo. Gill había sido el ayuda de cámara de Spade desde hace años, y cuando Spade decidió alejarse de la sociedad Gill se incluyó en el viaje.

Los demás eran hombres educados, tres eran bastardos de algún aristócrata que jamás los había reconocido y vuelto legítimos. Otros eran caballeros que lo habían perdido todo gracias al juego o la bebida y ahora buscaban redención.

Cuando me enteré de la procedencia de la tripulación de Spade, las piezas del comportamiento de Jonas  y Gill encajaron en su lugar. Hablaban educadamente y no se movían con la rudeza de los piratas que conocí en isla Traviesa.

Cada día nos acercábamos más a devolver a las chicas a su hogar, y mis nervios se estiraban como un hilo en punto de tensión ante la idea de que Spade decidiera darme el adiós una vez que llegáramos.

Concedido, desde aquella noche Spade se había comportado de lo más romántico y no había vuelto a mencionar el dejarme partir una vez que pisáramos tierra firme. Pero yo sí lo había pensado y quería quedarme aquí. Incluso quería olvidar mi venganza y vivir.

Desde que tenía pequeña me había convencido de que cuando mis padres murieron yo había muerto con ellos. Y ahora, más de una década después, por fin podía sentir el hielo alrededor de mi corazón deshacerse y era una sensación mucho más acogedora que la venganza.

Una parte de mí sentía que estaba traicionado el recuerdo de mis padres, solo de pensar en ello mi garganta se apretaba y mis emociones se volvían violentas. Me dominaba una impotencia que me ponía todos los pelos de punta y me hacía responder groseramente a cualquiera que se atreviera a señalar mi mal humor.

- Estas muy callada de repente. - Spade me abrazo colocándose detrás de mí y dejando que mi cabeza reposara en su pecho. Asentí aun distraída, pero su aroma a sándalo y limón me hizo regresar a la realidad y sonreí.

Capturada Por Un Pirata •••COMPLETADA•••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora