C A P I T U L O 25.

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"We all eat lies when our hearts are hungry."

"Todos comemos mentiras cuando nuestros corazones tienen hambre"

Mi sonrisa se alargo cuando Benedict se enderezó guiñándome un ojo con la coquetería de siempre. Durante dos años el siempre me saludaba de la misma manera: me daba una reverencia casi burlona, tomaba mi mano con galantería y cuando volvía a estar derecho me guiñaba un ojo.

Y esta vez no fue diferente a las anteriores.

- Querida. - me saludó el con una sonrisa alargada y sus facciones dolorosamente parecidas a las de Spade. - Que placer verte.

Tuve que contener un bufido poco femenino porque Lord Winston seguía cerca de nosotros y le había prometido a Emily que estaría en mi mejor comportamiento.

- Deja las formalidades, Benedict. - fue todo lo que dije.

Antes de poder continuar con la conversación la banda comenzó a tocar una suave melodía. Un vals.

Ambos nos miramos pensando en lo mismo: era nuestra oportunidad perfecta para escapar de Lord Winston.

- Creo que le prometí este baile a mi prometida. - dijo Benedict energéticamente. - con su permiso, Lord Winston.

- Encantada de conocerlo, Milord. - murmuré antes de hacer una pequeña reverencia y alejarme con Benedict a mi lado.

Solté a reír en cuanto supe que nadie podría escucharme.

- Demonios, Benedict, le diste un condenado susto a ese hombre.

El arqueo las cejas y su mirada relajada era tan parecida a la de Spade, que tuve que alejar la mirada.

- ¿Te refieres a cuando lo salude por sorpresa o cuando se dio cuenta que estaba coqueteando con mi futura esposa?

Devolví la mirada a sus facciones intentando alejar el recuerdo de Spade y concentrándome solo en Benedict.

- Las dos.

Benedict se encogió de hombros suavemente y afianzo más su mano alrededor de mi cintura.

Bailamos en silencio, disfrutando de nuestra compañía. Una de las mejores cosas de vivir en Londres había sido mi amistad con Benedict, habíamos llegado a ser muy unidos y sabía que con todos los cambios a mi alrededor, aun podía contar con él.

Carraspee un poco concentrándome en el presente y Benedict arqueó una ceja en mi dirección.

- ¿Has tenido noticas de Spade? - le pregunté. Tenía la costumbre de hacerlo y una parte de mi odiaba que simplemente no pudiera evitar preguntar por él.

Benedict suspiro y su gesto decayó un poco, sus ojos medio nublados con tristeza.

- No, querida. - respondió, al igual que las últimas mil veces que le había preguntado.

- Oh. - asentí, la desilusión haciendo que solo fuera posible comunicarme con monosílabos.

Benedict lo notó en seguida, sus ojos azules oscurecidos y su ceño fruncido por la preocupación. Le regale una sonrisa algo débil pero sincera. Era un buen hombre, y me iba a casar con el.

Me lo propuso hace tres meses, no fue con un afán romántico, para ahora él sabía que yo jamás lo vería de esa manera, pero era mi amigo y expuso todas las razones por las que ambos nos podríamos beneficiar del matrimonio. Acepté hace una semana, después de una discusión muy fuerte, una de las únicas que hemos tenido.

Capturada Por Un Pirata •••COMPLETADA•••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora