Capítulo O6

355 22 13
                                    

Me apoyo con la espalda contra el respaldo de la silla, sorbiendo mi té de frutos rojos mientras masco el trozo de galleta que me queda en la boca, mientras observo el cielo. Un tono rojizo se ha apoderado del firmamento esta noche y me quedo boquiabierta en cuanto veo una estrella fugaz.

    — Ojalá tuviera que dejar de fingir... —susurro mientras me acerco, nuevamente, la taza a la boca. Me quemo la lengua con el líquido caliente en cuanto me sobresalto: una notificación en el móvil me saca de mi ensoñación.

" Repaso en la Quinta con Birmingham, casa de Keith. "

Leo el mensaje encriptado, por si mi padre es quien ve el mensaje y maldigo por lo bajo, dejando la taza sobre el radiador, ahora frío. Me levanto y cierro la puerta con cerrojo; después de que Kyle no dejara de mirarme en lo que faltó de día, mientras besaba a su... acompañante, mi ánimo no fue de lo mejor, y, aunque no tenga ganas de apostar hoy, sí que me iba a presentar a las carreras, pues Keith era aquel que había organizado el evento; no podía defraudarle otra vez.

Me agacho y golpeo la tabla de madera con mi puño; ésta se levanta, dejándome elegir mi atuendo libremente. Opto por unos leggins que me abrazaban los muslos como una segunda piel y hacen que mi trasero se vea muy tentador, una camiseta de tirantes de encaje de color negro, una chaqueta de cuero y mis zapatillas de deporte favoritas; tengo planeado competir, pues debo, de alguna manera, despejar mi mente de aquella mirada que transmitía odio y un "¿te estás arrepintiendo ya?" tan grande como su ego. Llegué a saber, por las malas, que nunca me quiso. Cambio todos los libros de mi mochila escolar por los que necesitaré mañana y me la cargo a la espalda; pesa.

Meto todas las prendas en mi mochila de pijamadas, una mochila rosa chillón de PINK, la cual uso sólo cuando voy a dormir a casa de Bella, y me calzo mi par favorito —o al menos el que menos odio— de UGGs. Abro la puerta y me dirijo hacia la habitación de mi padre, quien está hablando por teléfono. Un pinchazo me ataca el corazón al oírle hablar con infinito cariño con Alessandra, la madre de Ashton. No me hago a la idea de que mi papá por fin tenga a alguien a quien querer, pues desde hace diez años me tuvo sólo a mí, llorando en silencio por la ausencia de mi madre. 

Mis nudillos hacen contacto con la puerta dos veces, mi padre, envuelto en una toalla atada a la cintura, se gira y, en cuento me ve, se apresura a taparse con el edredón. Yo me limito a reír y cierro la puerta, nuevamente, esperando a que mi padre me de el visto bueno para entrar, mientras me invento una escusa para convencerlo de que, ir a casa de Bella, un lunes por la noche, no es tan mala idea.

    — Entra, cariño —me dice. Abro la puerta y me adentro en la habitación. Alessandra me saluda al verme en la videollamada y yo la saludo vivazmente, con una sonrisa inmensa, y muy falsa, en la cara. Discretamente, entro en mi conversación de whatsapp con Bella y empiezo a grabar un audio.

    — Mañana, Bella y yo, tenemos un examen de griego, ¿te viene bien que me quede en su casa a repasar? —pregunto con voz dulce, batiendo las pestañas. Mi padre hace una pequeña mueca con su boca, pues sé que le da miedo dejarme ir por las noches, pero accede, mirándome de manera dulce.

    — Claro, mi amor, mientras lo único que hagáis sea repasar —me dice, soltando aire por la nariz de manera graciosa. Yo dejo de grabar el audio, se lo envío a mi mejor amiga, y me dirijo a darle un caluroso abrazo al único hombre de la habitación. Me despido de Alessandra y, después de darle un beso en la mejilla a mi padre, salgo de su dormitorio, rumbo hacia la tranquilidad.

Bajo las escaleras del porche con mi móvil en la mano, enviándole un mensaje corto a mi mejor amiga.

" Cúbreme. "

Not A Good GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora