Frunzo el ceño y muevo mi cabeza ligeramente. Oigo el latido de su corazón en mi oído y mi cabeza se eleva con sus leves respiraciones. Sonrío, todavía sin abrir los ojos, pero frunzo el ceño en cuanto oigo mi teléfono vibrar. Juraría haberlo puesto en silencio al irme a dormir. Muevo mi brazo y hago una mueca de dolor, pues los vendajes de mis codos me impiden moverme con libertad.
Agarro mi teléfono móvil después de girarme y darle la espalda a Ashton para dejarle seguir durmiendo y me encuentro con la aplicación de mensajes siendo inundada por felicitaciones. Pego un brinco, sentándome de repente, quedando un poco aturdida por el mareo que me ataca nada más hacer el brusco movimiento.
— No puede ser —digo, incrédula. Me he olvidado de mi propio cumpleaños al estar demasiado metida en asuntos quisquillosos y poco correspondientes. Me llevo la mano a la frente mientras leo las decenas de mensajes felicitándome por haber cumplido por fin mi esperada mayoría de edad. Despacio, sabiendo que tanto Alessandra como mi padre están todavía en su viaje de negocios (el cuarto en los últimos dos meses), salgo de la habitación de Ashton desnuda, dirigiéndome al cuarto de baño; una vez allí, me quedo pensando en todo lo ocurrido durante mi último año como adolescente, el agua destensando mis músculos a medida que cae.
Estoy tan concentrada en mis pensamientos que no me doy cuenta de la puerta del baño abriéndose. Los brazos de Ashton rodean mi cintura, su toque quemándome la piel. No puedo evitar sonreír.
—Sabes que nunca te dejaría tomar un baño sola, mucho menos en tu cumpleaños —dice besando mi cuello, encendiendo mi cuerpo en el acto.
—No lo olvidaste.
Me hace girar para quedar frente a él. Me sonríe de una manera tan dulce que casi quiero derretirme.
— ¿Cómo voy a olvidar el cumpleaños de la segunda persona más importante de mi vida? —me abraza, haciendo colisionar mi cuerpo contra el suyo, con el agua colándose entre nosotros—. Feliz cumpleaños, bombón. Te quiero.
Me siento como una total idiota, porque esas palabras simplemente se escuchan perfectas a pesar de ser tan simples, pero tan llenas de sentimiento. Acaricio su mejilla con el dorso de mi mano, sin poder quitar la sonrisa de mi rostro.
—Te quiero, Ashton.
Sonríe juguetón.
— Y ahora... —dice, moviendo la cabeza para después dejar un rastro de besos por mi clavícula— haré que inicies bien tu cumpleaños.
Empuja sus caderas contra las mías, y sé que será un baño húmedo. Y no me refiero precisamente al agua.
* * *
— ¿Qué quieres hacer hoy? —dice, pasando el cepillo por mi cabello. Le miro en el espejo. Tiene el cejo ligeramente fruncido y se muerde el labio inferior, concentrado. Me entran ganas de reírme por lo adorable que puede llegar a ser mientras pienso una respuesta a su pregunta, pero mi mente sigue en blanco después del rato pasado en su compañía.
— No lo sé, ¿pasear? —sugiero, dándome la vuelta y cogiéndole el cepillo de la mano. Lo dejo en su sitio y me descoloco un poco el pelo, dándole un aire más rebelde. Le cojo la mano y bajamos a desayunar.
Apoyo mi mejilla en la palma de mi mano, observándole mientras mastica los huevos y el bacon con cuidado. Se limpia la boca y se lleva el vaso de zumo de naranja recién exprimido a la boca. Observo su nuez subir y bajar para después examinar cada trozo de piel de su cuerpo que está al descubierto con mi mirada. Memorizo el tono de su piel, el número de lunares sobre su pecho y el lugar concreto de aquel lunar cerca del labio superior que tanto me encanta. Memorizo sus espesas pestañas oscuras y como el cabello húmedo le cae por la frente, totalmente desordenado. Memorizo el arco de cupido que forman sus labios, la forma de sus cejas y la de sus ojos, todo esto con una sensación molesta en la boca del estómago.
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Not A Good Girl
Chick-LitJeller es la hija que cualquier padre quisiera tener; estudiosa, respetuosa, amable... Tiene un buen futuro; eso está asegurado. Pero nada es lo que parece ser, y eso, poca gente lo sabe. Ella vive su vida, día a día, arriesgándose, cometiendo er...