Huida

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Los dos amigos empezaron a andar a todo lo que podían con sus patinetas, Luis empezó a perseguirlos furioso, tal vez demasiado furioso.

Los chicos empezaron a meterse en el parque y con las patinetas en la mano corrieron por entre los árboles buscando cualquier atajo que haya, mientras el chico le pisaba los talones con la poca cordura que le quedaba y con sus últimas fuerzas.

Los dos amigos estaban ya en la parte de los juegos y buscaban evadirlo y atarearlo con los diferentes juegos que se encontraban en el camino. Ya no podían correr más, estaban con las piernas muy cansadas y al chico ya lo habían perdido.

Nico estaba aliviado de haberlo perdido pero sin casi aire para hablar.

-Lo dejamos atrás... por.... por fin... uh-

-Si hermano, ya no podía correr más yo, si hubiéramos usado las patinetas llegaríamos más lejos...

-No olvídate, con toda esta tierra nos hubiéramos caído y anda a saber que hubiera hecho... no te acordas que la otra vez te conté que se enojó tanto con un chico en la escuela por tremenda boludes, que lo dejó desmayado en el piso...

-Ah pero podía haber pasado algo gordo para que se enoje así, ¿O no?

-No, él se enoja con todo aquello que se pone en su contra, la otra vez había traído una navaja a la escuela y dicen que la lleva todo el tiempo... mira si justo la traía ahora. ¡Esta loco el pibe Leo!

-Si tenes razón, el flaco no esta en sus cabales, suerte que escapamos. Pero la próxima vez no se si puedas hacer algo.

-¿Por qué yo? ¿No dijimos que lo afrontaríamos juntos?

-Nico, la próxima persona que lo ve, vas a ser vos y es este lunes en la escuela, estamos a Viernes.

Nico quedó pálido, sin saber que decir, sin saber que hacer, sin saber como responder, porque si iba ese lunes era casi seguro que no iba a volver caminando a la casa.

-Leo, tengo... volvamos a casa, quiero estar tranquilo esta vez ¿Sí? Debo pensarlo bien.

-Okey, ¿Estas bien? Si queres venir a casa no tengo problema y hablamos juntos.

-No, no, debo debatir conmigo mismo, me voy a hacer un café y a pensar un rato ¿Sí? Yo cualquier cosa te llamo.

-Dale, me tenes para lo que necesites hermano, me tenes en la esquina, llámame.

-Esta bien Leo- le dijo Nico a la par que se saludaban y tomaban caminos diferentes.

Nico a medida que avanzaba en camino a su casa, hablaba con su mente, ¿Qué haría ahora? ¿Qué podía hacer para cambiar su vida? Ya no la soportaba más.

Él sabía que tenía que darle un giro a su vida, y empezar de nuevo a pesar que duela dejar cosas atrás, ya que un gran cambio requiere de grandes pérdidas. Pero sabía que a pesar de que a nadie le importase si se iba o no excepto sus padres, sabía que alguien que no era de su familia o que prácticamente lo era, lo apoyaría.

Llegó a su casa.

-Hola- dijo Nico con la voz agotada,
la madre supo que andaba algo mal con él.

-¿Te sucede algo hijo?- pregunto preocupada.

-Solo salimos con Leo a andar, ¿Por qué llegaste tan temprano? No esperaba que estuvieras aquí.

-Una compañera fue reportada desaparecida y con todo el alboroto nos dijeron que nos fuéramos. Era una chica muy joven, no es de esta ciudad, pero trabajaba para la comisaria tanto de su ciudad como la de aquí.

-¿Y solo desapareció? ¿Así de la nada?

-Eso dijeron, culpan al padre, nunca hablaba bien de él y al parecer unos análisis médicos hechos a este hombre dicen que la violó, aunque aún no es exacto; solo son teorías.

-Pobre chica...

-Sí, es una lástima, era excelente en su trabajo. Jamás la conocí pero trabajo conmigo mediante papeleo. Sólo espero que encierren al padre y la encuentren, tal vez escapó y sigue viva, ¿Cómo saberlo?

Nico sólo miraba hacia el suelo, sentado en una de las sillas al lado de la mesa, no le contaría a su madre, sabía que se preocuparía y podría meterse y provocarle más problemas de los que tenía.

Cuando su madre se dio vuelta, levantó la cabeza con mirada preocupada, parecía realmente importarle la anécdota del trabajo de su madre, pero tenía cosas más importantes que pensar.

Se levantó y dio un beso en la mejilla a su madre.

-Descuida, todo estará bien.

Ella sonrió, recordando la valentía del pequeño de 6 años de edad diciéndole una noche oscura "...descuida mamá, todo estará bien, la luz volverá mañana, yo te protegeré...". Su pequeño había crecido, pero jamás había olvidado esas palabras.

Nico subió a su cuarto y se lanzó sobre la cama desarreglada que debería haber hecho antes de irse a patinar con Leo.

Puso música muy alto, y por un instante, se olvidó del mundo...

Pobre Nicolas, no puede decirle a su madre todo lo que le sucede, no quiere que se preocupe y es entendible, ella lo ama.

Ojalá no le pase nada la semana que viene en la escuela... si es que asiste.

Pero...

¿Quién es esta chica?
¿Por qué su madre la menciona tanto?
¿Significará algo en la vida de Nico?
¿O sólo complicará su existencia?

Saludos, Rocío💕

Sonrisa SangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora