Comprensión y amistad

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Leonel vio como Nicolas se alejaba, camino a su casa, cabizbajo.

Él sabía que algo andaba mal, pero su amigo le había dicho que lo dejara solo por un rato, que debía pensar lo que tenía que hacer y solo necesitaba un momento.

Leo anduvo un rato más en su patineta hasta llegar de nuevo a la plaza por donde habían pasado antes y se sentó al lado de una estatua que seguramente nadie se había detenido a leer de que se trataba.

Colocó la patineta sobre sus rodillas y cerro los ojos por un momento.

...

-Mira Luis aca esta el tarado que te enfrentó- escuchó decir Leo a un chico que ahora lo tomaba del cuello de su remera.

-Bien...- dijo Luis acercandose con velocidad.

-Soltame pendejo- dijo Leo enojado.

Luis se le pegó a la cara y amenazó con golpearlo, pero Leonel estaba muy seguro de lo que pasaría y no se inmuto.

-¿Qué? ¿Eres valiente estupido?- dijo salpicandolo al hablar.

-Claro, no soy un cobarde como tú que se esconde bajo musculos.

-Te partiría la cara...

-Pero no lo haras, ¿Sabes por qué?- lo interrumpió Leo lleno de coraje -porque yo seré un chico debil a tu lado, pero no necesito hacerme musculoso para imponer respeto. ¿Por qué no te vas con la prostituta de tu madre a ponerte ebrio y seguir el mismo camino que tu padre?

El chico no sabía como responder a todo lo que Leo le decía, cara a cara, con mucho valor.

-Basta de molestar a todo el mundo, como tú eres fuerte hay otros mejores y otros peores; pero la fuerza no te servirá de nada con alguien que usa primero el cerebro y luego el cuerpo.

-Ya basta imbesil...

Luis soltó una trompada hacia Leo, pero él con un rápido movimiento lo esquivó, dejándo a todos atónitos con lo que acababa de pasar.

Rapidamente sacó una navaja del bolsillo trasero y Leo apenas ver el reflejo de la cuchilla brillante, volteó a Luis y escapó en la patineta.

Éste al caer, clavó la navaja en su pierna derecha y soltó un grito de dolor; el líquido oscuro y espeso empezó a emanar y esparsirce por el pantalon.

Leo tuvo una mala intuición y volvió la mirada, el chico estaba en el suelo gritando por ayuda, mientras todos sus "amigos" o "secuases" escapaban despavoridos para no meterse en problemas.

Frenó de golpe la patineta y dio la vuelta, convencido de que ayudaría a ese chico sin importar lo que había pasado hace unos segundos atras.

Al llegar a su lado, Leo cortó la manga de la remera de Luis y vendó la herida de su pierna, con cuidado sacó la cuchilla de la navaja y la guardó.

-Gracias...- dijo con sus últimas fuerzas el joven.

"Pobre chico" pensó Leo alejandose un poco para llamar una ambulancia desde su teléfono.

-Vuelvo en un momento Luis.

...

-¿Donde estoy?- preguntó Luis al abrir los ojos y ver que se encontraba acostado en una camilla dentro de una ambulancia -¿Qué hago acá?

-Calma hijo, el doctor hará lo posible...- dijo su madre con los ojos llorosos -un amigo tuyo llamó a la ambulancia y a mí para que te acompañara, ese chico es realmente bueno, le debes una Luis.

-¿Qué chico?

-Leonel...

-Ahh, sí, por supuesto.

-Ahora descansa, luego lo discutiremos.

Bueno, un chico con una vida complicada y una mala forma de expresar su dolor.

Que bueno que Leo es un chico de gran corazón y lo ayudó, si no fuera por él tal vez Luis hubiera sufrido y muerto desangrado en la vereda de la plaza.

Pero Leonel sigue preocupado por Nicolas, por lo que este pasando por la cabeza de su amigo y pasara lo que nunca se le ocurriria.

¿Seguirá lo que su amigo piense hacer?
¿Le dirá lo ocurrido a Nicolas?
¿O sólo lo omitirá para evitar una pelea?

Saludos, Rocio💕

Sonrisa SangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora