Jason era un estudiante norteamericano de 25 años al que Emma había conocido en la Universidad. A ella enseguida le atrajo físicamente, como seguramente al 90% de las mujeres, ya que Jason no pasaba desapercibido precisamente. Medía 1'85, su cuerpo era atlético y tenía el pelo rubio pajizo y unos ojos verdes preciosos.Primero habían sido amigos y al cabo de unas semanas de conocerse, no saben ni cómo sucedió, pero se habían dado cuenta de lo mucho que se gustaban y habían decidido comenzar una relación. La verdad, es que Emma no notaba mucho la diferencia entre su relación de amistad y la de noviazgo, ya que su escaso tiempo libre hacía que los encuentros con Jason fueran más bien breves. Aún así, ella estaba contenta y se sentía bien con Jason, al que precisamente iba a ver ese día al finalizar el trabajo.
Jason acababa de llegar al restaurante y se dispuso a entrar a esperar a Emma mientras ella recogía y cerraba, tal y como solía hacer .
- Emm, ya estoy aquí ¿qué te apetece hacer?- le dijo
- ¿Cenar? tengo hambre y ya es muy tarde- contestó Emma, aunque sabía que eso en Seúl no era problema pues había áreas y zonas de comida que prácticamente abrían durante toda la noche.
Decidieron ir a una de estas zonas y comer en una hamburguesería porque Jason no era muy dado a la comida coreana, cosa que a Emma por el contrario le encantaba.
Jason dio un bocado a su hamburguesa y dijo: - ¿Siempre vas a tener este horario en el restaurante? ¿no hay posibilidad de que salgas antes o de cambiar algún turno? ¿o quizás de que te den un sábado libre al menos?
"Otra vez la conversación de siempre", pensó Emma. Sabía que Jason tenía toda la razón, se veían muy poco, pero también sabía que lo que Jason demandaba era muy complicado. Ella sólo libraba los domingos y precisamente ese día era un día ocupado para Jason, que tenía que preparar las clases de inglés de toda la semana que impartía a chavales como profesor de medio tiempo.
-Sabes que es complicado, no sé cual es la solución pero la encontraré- contestó Emma dando por zanjada la conversación ya que no quería acabar discutiendo, como le había sucedido muchas veces.
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La 1:00 de la madrugada y aún no había llegado a casa. Esas jornadas maratonianas de grabaciones eran demasiado habituales en la vida de Joong Ki. Lo bueno de su profesión era que podía estar así durante meses pero una vez finalizado el proyecto en el que estuviera trabajando, podía descansar otros tantos meses, o al menos dedicarse a otras áreas menos exigentes como hacer de modelo de publicidad para la TV o prensa, o ir a algún programa de entretenimiento y variedades como invitado.
El actor se paró en un semáforo en rojo antes de entrar al parking del edificio, mientras hacía tiempo esperando a cambiara de color vio llegar un coche. De él bajó Emma, se la veía contenta. Inmediatamente después bajo del coche el conductor, un joven alto occidental bastante atractivo.
Ambos se situaron uno enfrente del otro, mientras Joong Ki, seguía atento a la escena. Se sonrieron y parecía que se estaban despidiendo. De repente, el chico cogió la cara de Emma con sus manos y besó sus labios lentamente, lo que pilló totalmente por sorpresa a Joong Ki.
- ¡Ommo!- Exclamó en voz alta sin darse cuenta- vaya, vaya, parece que la señorita ojos grandes tiene novio, qué interesante.
El semáforo había cambiado a verde hacía rato y ni siquiera se había dado cuenta. Fueron los pitidos de los cláxones de los coches de atrás quienes devolvieron a Joong Ki a la realidad.
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Más Soju, por favor (Lee Jun Ki)
FanfictionEmma es una joven española de 23 años que se traslada a Corea con una beca de estudios. Las cosas no son tan fáciles en Seúl como ella pensaba y sólo le faltaba tener como vecino al famoso actor coreano Hang Joong Ki, con quien no se llevará especia...