Se sentaron en una mesa alejada del centro para evitar miradas indiscretas que pudieran descubrir a Joong Ki, aunque con el frío que hacía, lo abrigado que iba todo el mundo y la técnica de la bufanda empleada por Emma, resultaba complicado fijarse.
Los puestos de comida ambulante no solían tener mucha variedad de platos para elegir. Emma había descubierto que el gran número de restaurantes existentes en Seúl hacía que muchos de ellos se hubieran especializado en platos o alimentos concretos. Por eso, lo habitantes de la ciudad decidían qué comer antes de buscar el restaurante y una vez decidido el plato entonces localizaban un lugar especializado en él. No era mala idea, la verdad, y al contrario de lo que pudiera parecer, esa especialización hacía que los platos fueran exquisitos.
El puesto ambulante en el que estaban era similar y contaba con 3 platos distintos sólo, pero a Emma le estaba resultando complicado elegir porque los 3 le encantaban.
Finalmente Emma se decantó por un pedir Haemultang, un guiso de marisco que llevaba cangrejo, mejillones, gambas, pescado, nabo, pasta de pimiento rojo triturado, pimentón rojo, cebolleta y ajo. Joongk Ki decidió pedir lo mismo.
Emma estaba hambrienta así que con el plato todavía humeante no dudó en meter la cuchara y llevársela a la boca. Le costó tragar de lo caliente que estaba pero hacía tanto frío en la calle e incluso dentro de la carpa, que lo necesitaba.
- ¡¡Ahhh!! ¡¡Ayyyy!!- gritó Emma de repente y su cara empezó a tomar un color rojo que poco a poco se fue haciendo más oscuro- ¡mierda! - se puso a gritar en español, ante la sorpresa de algunos de los presentes.
- Baja la voz, nos están mirando todos- dijo Joong Ki- ¿tanto quema? qué exagerada eres...- preguntó.
Emma sólo alcanzaba a decir - ¡¡aguaaaa, aguaaaaa!!- mientras abanicaba su boca con ambas manos. Habían empezado a llorarle los ojos. Entonces Joong Ki se dio cuenta de lo que realmente pasaba, "es el picante", pensó, y comenzó a reír.
La comida coreana era especialmente picante, de hecho en muchas cartas de restaurantes te indicaban incluso el nivel de picante de cada plato, pero hasta el nivel más bajo o suave resultaba insoportable para algunos extranjeros, y precisamente el plato que habían pedido ambos, Haemultang, tenía mucho picante. Emma sabía todo esto pero sus ansias por llevarse algo caliente al estómago y el hambre que tenía, le habían hecho olvidarlo por completo.
- Maldita sea, qué mal rato he pasado- comentó Emma cuando por fin se calmó.
- ¿Ya estás mejor? - preguntó Joong Ki con una sonrisa- ¿en tu país no coméis cosas picantes?
- Allí la comida no es tan picante. Supongo que nuestra comida a los coreanos les resultaría sosa, me río yo de las patatas bravas, que creía que picaban hasta que llegué a Seúl - explicó Emma, quien a pesar de lo sufrido siguió comiendo su plato, ya que con el picante sólo era cuestión de acostumbrar al paladar.
- ¿Qué son patatas bravas?- dijo Joong Ki inclinándose hacia delante en la mesa con muestra de interés.
- Son unas patatas supuestamente picantes típicas en España.
-¿Así que eres española?, no sé por qué pensé que eras de Sudamérica- dijo Joong Ki.
- Claro, porque allí hablan español también, es normal confundirnos y a veces nos pasa incluso con los italianos, nos suelen confundir con ellos y viceversa.- le explicó Emma.
- Wowww, España, me encantaría ir a Barcelona o Madrid.
- Sí, por el fútbol claro, esa historia ya me la sé. Barcelona y Madrid son preciosas pero en España hay más ciudades increíbles que no son tan conocidas y son de obligada visita- y mientras le hablaba a Joong Ki de su país se puso a pelar algunas de las gambas de su plato.
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Más Soju, por favor (Lee Jun Ki)
Fiksi PenggemarEmma es una joven española de 23 años que se traslada a Corea con una beca de estudios. Las cosas no son tan fáciles en Seúl como ella pensaba y sólo le faltaba tener como vecino al famoso actor coreano Hang Joong Ki, con quien no se llevará especia...