La no-siesta

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Emma ya estaba de nuevo inmiscuida en la rutina. Ese sábado le había tocado trabajar por la mañana. No era su turno habitual pero la Ajumma le había pedido que fuera temprano porque uno de sus compañeros del turno de mañana estaba enfermo. Por la tarde podían apañarse pero en la mañana necesitaban el refuerzo. Así que Emma tuvo que madrugar, muy a su pesar.

Había comido en el restaurante antes de volver a casa, al menos le daban la comida. Emma estaba muy cansada después de madrugar toda la semana para ir a la universidad. Era dormilona y le gustaba levantarse tarde los fines de semana para resarcir los madrugones de entre semana. Ese día no había podido ser, pero al menos podría dormir siesta. Cómo le gustaba la siesta. En Corea no era habitual pero Emma no podía deshacerse de esa costumbre española y en cuanto podía durante el fin de semana se echaba un rato tras la comida para descansar. Estaba deseando llegar a casa disfrutar de ese momento.

Llegó a su edificio y bajó al parking a dejar el coche. Cuando ya había cerrado la puerta apareció Joong Ki.

- Sube al coche, ojos grandes- le dijo mientras la cogía del brazo.

- ¿Se puede saber que quieres ahora?- Le contestó Emma augurando que le iba a interrumpir su anhelada siesta.

- Necesito que me lleves al set del drama, es urgente- contestó su vecino.

- ¿Quéeeeee?, ¿Estás loco?- le dijo mirándole con los ojos fuera de las órbitas.

- Emma, se me ha estropeado el coche, hoy no había grabación pero dado el éxito del drama, el director nos ha llamado para adelantar unas cuantas escenas y no tengo manera de ir. Me tienes que llevar.

- Perdona pero existen unos coches que se llaman taxis que resulta que te llevan donde tú les digas. Coge uno, ¡no me fastidies!

- A ver. Resulta que no puedo coger ningún taxi porque estoy aquí de incógnito. Nadie sabe que vivo aquí y si cojo un taxi me arriesgo a que el taxista le diga a la prensa donde resido, cosa que no me gustaría nada. Tú tienes coche y el set de rodaje esta a 40 minutos de Seúl. No quiero obligarte pero te recuerdo que me debes una, te llevé al hospital...- le contestó el actor.

A Emma no le hizo gracia ¿y su siesta? Estaba realmente cansada pero es cierto que si no hubiera sido por el chico no habrían podido abrir la puerta de su casa y llevarla al hospital. Le debía una, pero no le gustaba que se lo exigieran. Aún así no podía negarse, y lo sabía.

- Está bien pero... ¡me tendrás que pagar la gasolina! -le explicó Emma.

- Eres incorregible, ojos grandes, pero...trato hecho- contestó Joong Ki.

De repente Emma se vio conduciendo hacia no se sabe donde rodaba su vecino famoso.

Más Soju, por favor (Lee Jun Ki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora