Take on me [Charles Xavier]

•Anabelle•

-Bueno, señoritas, aquí está su fiel mosquetero. ¿En qué puedo ayudarlas? -Peter aparece por la ventana y Jean se gira a mirarlo, yo sólo suelto una pequeña carcajada y niego con la cabeza.- ¡Oh, pero si son mis dos telépatas favoritas! -Exclama, sonriendo. Se baja de la ventana y se acerca a nosotras, poniéndose en medio de ambas camillas.- Veamos, hipoglicemia e hipertensión. Tenemos que amputar, ¡al quirófano! -se ríe.

-Hola, Peter .-Jean sonríe.

-Hola, pelirroja. -le devuelve la sonrisa, antes de mirarme.- ¿Por qué tan callada, lindura?

Yo agacho mi mirada hacia mis manos y muerdo mi labio, si hay algo que no me gusta es estar en la enfermería, pero el problema es que la dosis del suero que me dio no fue suficiente, sólo acallo las voces y me dio la movilidad de mis manos nuevamente, pero Hank dijo que me quedara unos minutos aquí hasta que Charles viniera a revisarme personalmente. 

-Estúpido Hank. -murmuro en voz alta, y cuando lo noto, levanto la mirada y hago una mueca.- Lo siento, no soporto las enfermerías. Hola, Peter. ¿Cómo has estado?

-¿Se conocen? -pregunta Jean, y ambos nos giramos a mirarla con una sonrisa de medio lado.

-Por supuesto, ella fue gran ayuda de parte de Archangel para deshacernos de Apocalipsis.-sonríe.- Gracias a ella, Charles pudo meterse en su mente mientras que lo distraíamos. ¿No sabías? Es broma, ni siquiera Charles se dio cuenta de ello. Me encargué personalmente de que nadie notara su presencia en ningún momento.

-¿Por qué?

-Porque de otra forma volvería a la cárcel.-me encojo de hombros, sintiendo una presencia extraña en mi mente. Frunzo el ceño, y le sonrío a Peter, este me devuelve la sonrisa.

«¿Anabelle?»

-¿Estuviste en la cárcel? -me pregunta Jean, ladeando un poco la cabeza. Le miro en silencio antes de asentir y sonreírle de medio lado, no me gusta recordar esa época y estoy feliz de que Charles me haya dejado pertenecer a la escuela aunque sea como su asistonta.

«¿Quién es?»

-Por supuesto; Como todos los mutantes que se equivocan .-encojo mis hombros.

«Vaya, por fin logro contactarte. Eso no importa ahora, ¿estás sola?»

-Jean. -la llamo algo preocupada, ella se voltea a verme pero la voz se esfuma.- Creo que alguien quiere contactarse conmigo telepáticamente, y no suena una buena persona.

-¿Puedes rastrearla con tus dones? -me pregunta. Si Jean supiera que simplemente pude responderle porque conecto conmigo, no porque yo haya querido usar mis poderes. Niego.

-No, no puedo. 

-Volví, chicas. -Peter nos sonríe, y nos entrega el café que fue a comprar para nosotras, ambas dejamos el tema a un lado y le sonreímos alegremente. Si hay algo que me encanta de Jean es que puede entenderme con una sola mirada, y no necesariamente porque sea una telépata.

-¿A dónde fuiste a comprarlos? -le pregunto, mirando de reojo el café.

-En Starbucks.-él se encoge de hombros.

-Me refiero a donde queda un Starbucks por aquí cerca de Westchester. 

-Queda en el 8817 de la Avenidad Sepulveda .-se encoge de hombros-. Es algo cerca...

Miro a Jean y le sonrío antes de darle un pequeño sorbo a mi café.

-Supongo que valió la pena que fueras hasta allá entonces .-le digo.

«Cállate chiquilla malcriada, la próxima vez que le digas a alguien que...»

-Jean.-la voz se silencia de nuevo, ruedo los ojos.- No, tienes un poco de café en la mejilla.

-Aw, bueno .-me mira como si supiera lo que pasa y sonríe a Peter.

Los tres nos quedamos hablando por lo que fueron unos dos minutos más, antes de que Peter se fuera para hablar con Charles a petición mía. Necesitaba que me dejara salir de la enfermería a toda costa, Jean y yo comenzamos a hablar también, ella trataba de leer mis pensamientos inútilmente porque yo tenía un pequeño bloqueo en mi cabeza. Hasta que por fin, Peter volvió acompañado de Hank y Charles venía unos metros más atrás. ¡Por fin, los estuve esperando!

-Ya puedes salir de la enfermería -dice Hank, sacándome el vendaje de la mano izquierda.- La quemadura sanó bastante rápido, ¿qué tal la otra? -antes de que el chico cuatro ojos pueda llegar a quitarme el vendaje, tomo su mano y niego con la cabeza. No quiero que ellos vean lo que pasa cuando me enfermo, no quiero que vean mi muñeca.- ¿Vienes después y te la quito?

-Me parece buena idea, necesito hablar con Charles a solas .-le envío la indirecta, mirándolo de reojo. Él me mira en silencio por unos minutos y luego afirma con la cabeza.

-Vamos a mi despacho, ahí tendremos la soledad que necesitamos .-dice, mirando de reojo a Jean, quien está siendo atendida por Hank en estos momentos. Peter se sienta en mi camilla, y me abraza levemente con su brazo en mi cintura, apoya su cabeza en mi hombro.- ¿Cómo te sientes, Jean? -El profesor me mira de reojo mientras le hace la pregunta. Sonrío de medio lado y acaricio el cabello plateado de Peter con mi mano izquierda.- ¿Aún puedes responder?

-Estoy bien, profesor. Sólo me golpeé fuerte la cabeza, de resto estoy bien .-sonríe.- ¿Por qué nunca me dijo que ella había formado parte de los X-Men? 

-¿Qué? -le pregunto, frunciendo el ceño y mirándola.- No, no, estás confundida. Te lo dijimos, Charles no lo sabe. Peter y yo estuvimos demasiado ocupados como para decírselo, pero nunca pertenecí a los X-Men.

-¿Decirme qué cosa? -pregunta Charles, pálido.- Hank, traéme el suero, por favor. Está pasando el efecto.

Hank asiente, y sale corriendo algo preocupado. Charles se sienta en la camilla de Jean y se pone pálido, algo me dice que está callado por alguna razón diferente, pero ignoro lo que está pasando cuando la otra voz vuelve a hablarme. ¡Ya cállate, maldición! Ruedo los ojos.

-¿Charles? ¿No lo sabías, de verdad? -le dice Jean, quiero golpearme la cabeza con un poste.

-¿Saber qué cosa?  -le mira transtornado y más pálido todavía.

-Que la chica aquí presente adquirió los poderes de Apocalipsis gracias a que me acompaño a mí a darte tiempo para que lograras entrar en su cabeza .-interrumpe Peter con una sonrisa.

-Oh, debe ser una broma .-Erik se tambalea hacia nosotros, hipando.- Dije que la soltaras, Peter. Yo la vi primero.

-No molestes, viejo .-Peter rueda los ojos.

Yo me dedico a reír.