Capítulo 40

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Me desperté y Paulo salía del baño con una toalla que rodeaba su cintura y el pelo mojado.


-Buenos días- dije regalandole una sonrisa.

-Buenos días- se acercó hacía mi y me dio un beso en la frente.

-Me iré a bañar- dije levantandome de la cama, me tapé el cuerpo con la sabana blanca, a pesar de que Paulo me vio desnuda varias veces ahora me daba vergüenza.

-¿Te espero así bajamos juntos?- me preguntó.

-Sí- respondí ya dentro del baño.


(...)


Bajamos la escalera agarrados de la mano, fuimos directamente a la cocina; donde ya estaban Sebastián y Lucas.


-Buenos días- saludamos con Paulo al unisono.

-Buenos días será para ustedes, porque para lo que no pudimos dormir NO- dijo sonriendo travieso Sebas.

-¿No podían bajarle un poquito el volumen al asunto?- dijo Lucas y rieron los tres, exepto yo quien estaba de mil colores y pidieron que me trague la tierra en este preciso momento.


El desayuno continuó normal, aunque todavía me sentía algo incómoda.


(...)


Un mes después...



"Pasajeros del vuelo 13 por favor ir abordando el avión."


Lo abracé como si no lo hubiera hecho hace rato. Lo iba a extrañar demasiado, otra vez tenerlo lejos de mi.


-Te amo, Joyita- dije besandolo.

-Y yo a vos, Male. Cuidate mucho- nos dimos un último beso y vi como se alejaba cada vez más de mi.


Paulo volvía a Italia ya que se le terminaron sus vacaciones, volvería recién en Navidad.


Llegué a casa de Sebastián y no estaba ni él, ni Lucas, seguramente estaran en el entrenamiento.

Estaba aburrida, odiaba estar sola en casa, así que decidí salir a despejarme un rato.

Iba caminando sin apuros, pensando en un monton de cosas y de la nada me da un mareo, me recuesto contra una pared y poso mi mano en la cabeza, una señora vino a ayudarme, me hizo sentar en el piso y me dio agua, me sentía fatal.

Se ofreció a llevarme a un hospital que solo estaba a pocas cuadras de allí y me negué pero ella insistió y terminó llevandome. Esta señora era un ángel.


-Señorita Kranevitter- dijo el doctor entrando al consultorio.

-¿Es algo grave doctor?- pregunté preocupada y él sonrió.

-No, para nada.

-¿Qu... Qué tengo?- tenía miedo.

-Felicitaciones, usted está embarazada... De un mes- finalizó.

-E... en serio- no lo podía creer, estaba anonadada. El doctor afirmó con la cabeza.


Salí del consultorio ahora con un solo pensamiento "estoy embarazada" ¿Y ahora qué haría? ¿yo embarazada? ¡no lo puedo creer!. Ahora no estaba sola... tenía a alguien dentro de mi, alguien que me pertenecía a mi- una lágrima se me escapó.



Destino [Paulo Dybala]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora