Parte 20 In Vitro

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Me encontraba recostada en la camilla mirando el techo, habían pasado muchas cosas en poco tiempo, pero me gustaba el rumbo que habían tomado las cosas, si todo salía bien Lucía se recuperaría e incluso podríamos quedarnos en este lugar, tal vez tardaría un poco en acostumbrarme, pero el vivir en un bunker impenetrable suena bastante bien.


— ¿Raúl estas ahí? Cambio — dice una vos desde un radio.


El hombre gorila se levantaba de un sillón y camina hacia una mesa donde se encontraba el aparato.


— ¿Que sucede doctor? Cambio — responde el hombre.


— ¿Cómo está la chica? Cambio.


— ¿Cuál de las dos señor? cambio.


— La que no está muriendo cambio.


— Me encuentro bastante bien gracias — dije algo exaltada por el comentario de Isaac.


Raúl me miro de reojo para después hablar nuevamente por la radio


— Me parece que se encuentra en buen estado señor cambio.


— Bien, envía la al laboratorio de pruebas cambio y fuera.


— Ya escuchaste al doctor niña — me dijo Raúl en tono autoritario.


Pensé en reclamarle por su actitud, pero decidí ignorarlo por ahora, al menos hasta que pueda salir de este lugar sin tener que cargar a Lucía en brazos.


Me levanto de la cama, aun me punza la pierna, pero creo poder moverme sin problemas, me dirijo a la entrada, pero antes de llegar a la puerta una mano me detiene tomándome del hombro, giro la cabeza para toparme con Juan quien se encontraba sentado en su cama y con su dedo me indicaba guardar silencio.


Antes de decir nada busque a Raúl con la mirada, se encontraba sentado en aquel sillón con los ojos cerrados, parecía haberse quedado dormido.


— ¿Que sucede Juan? — dije susurrando.


— Ten cuidado con Isaac, no importa que te diga o que imprecisión te dé, desconfía de él.


— ¿De qué hablas? —


— Sólo hazme ese favor — me dijo antes de recostarse.


Al salir de la habitación me percato de que no pregunte como llegar, aunque no creo que me cueste encontrar el camino pues todo el lugar está lleno de letreros e indicaciones, supongo que muchos trabajadores se solían perder en este lugar y no los culpo, el sitio es enorme, avanzo por los pasillos poniendo atención en cada letrero que veo.

La última broma de la naturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora