Seguimos avanzando por la carretera, Owen ya había llenado todos los contenedores con combustible y nos dirigíamos lo más rápido posible hacia la capital pues en cualquier momento se terminaría la primera dosis de Lucia y ni siquiera estábamos seguros de que fuera a funcionar la segunda.
El auto se encontraba en completo silencio puesto que Lucia se había quedado dormida mientras hablábamos, Owen parecía bastante molesto como para bromear con Juan y Demetrio simplemente estaba inconsciente.
— Vamos Owen no me digas que sigues enfadado — dije en un tono burlesco.
— ¡Eres consciente de que me prendiste fuego! — dijo Owen muy exaltado.
— No seas llorón, tus quemaduras ya casi sanan ¿o no?
— Esa no es una buena excusa, además solo tenía ese pantalón.
— Si ese es tu problema yo tengo algo para prestarte.
— No bromes, prefiero estar medio desnudo.
— No suena mal, así puedes lucir tus hermosas piernas — dijo Lucían a quien al parecer habíamos despertado.
— Lucia si no es mucha molestia podrías regresar a tu estado semi agónico.
Lucia mostró su lengua despectivamente y volvió a recostarse en la parte trasera de la camioneta.
— Que infantil eres — dijo Owen para después girar la cabeza y fijar la mirada en el camino.
Habiendo regresado la tranquilidad decidí recostarme un rato, tal vez podría dormir un poco antes de que entráramos a la ciudad ya que en ese punto necesitaríamos que cada uno de nosotros estuviera alerta a cualquier suceso que ocurriese, pues ninguno de nosotros había escuchado nada acerca de la capital y no sabemos si la ciudad les pertenece a las personas o a "ellos" aunque siendo sincera no sé cuál sería peor.
Estaba dispuesta a cerrar los ojos y adentrarme en mi subconsciente cuando note que Lucia me miraba fijamente.
— ¿Todo está bien? — pregunte.
— No creo que nada este bien, pero eso no es nada nuevo.
— ¿Entonces qué sucede?
— Solo me preguntaba como podrías dormir tan fácil incluso junto a mí.
— No veo porque serias un problema.
— No sabemos en qué momento se acabará esa cosa que me pusieron, en cualquier momento podría cambiar de nuevo y atacarlos ¡Empezando por ti!
— Lucia es verdad que el antídoto ya ha durado más de lo que esperábamos, pero creo que eso es buena señal, tal vez lograste vencer al virus y vas a estar bien — digo mientras toco su hombro.
— Lo dudo, lo que sea que este dentro de mí no se ha ido, lo sé.
— ¿Porque piensas así? — digo angustiada.
— No solo es que este débil, pierdo el conocimiento de la nada y tengo dolores esporádicos de cabeza, pero lo que realmente me asusta es la sensación de estar lejos de mi cuerpo, como si este me dejara de pertenecer.
— Creo que lo mejor será que dejes de pensar en eso, trata de no sugestionarte.
— Es fácil para ti decirlo, tu no estas condenada a muerte — dijo Lucia mientras se recostaba
La actitud de Lucia ya comienza a molestarme, no solo ignora los esfuerzos que estamos haciendo por ella, sino que además no parece desear recuperarse y aunque este es el último mundo en el que hubiera deseado vivir es todo lo que tenemos y no nos queda otra opción que aferrarnos a él y buscar la manera de salir adelante a pesar de todo y si Lucia ya no está dispuesta a pelear por su vida tal vez sea momento de que la dejemos atrás.
ESTÁS LEYENDO
La última broma de la naturaleza
Ficção CientíficaEs curioso cómo pasan las cosas, un día puedes estar viendo por la ventana pensando en una infinidad de simplicidades pero que para ti son lo más importante del mundo y un día después estas corriendo por un callejón sintiendo como el terror se apode...