Parte 16 Cuando se rompe la cordura

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Seguimos avanzando por la carretera, Owen ya había llenado todos los contenedores con combustible y nos dirigíamos lo más rápido posible hacia la capital pues en cualquier momento se terminaría la primera dosis de Lucia y ni siquiera estábamos seguros de que fuera a funcionar la segunda.

El auto se encontraba en completo silencio puesto que Lucia se había quedado dormida mientras hablábamos, Owen parecía bastante molesto como para bromear con Juan y Demetrio simplemente estaba inconsciente.

— Vamos Owen no me digas que sigues enfadado — dije en un tono burlesco.

— ¡Eres consciente de que me prendiste fuego! — dijo Owen muy exaltado.

— No seas llorón, tus quemaduras ya casi sanan ¿o no?

— Esa no es una buena excusa, además solo tenía ese pantalón.

— Si ese es tu problema yo tengo algo para prestarte.

— No bromes, prefiero estar medio desnudo.

— No suena mal, así puedes lucir tus hermosas piernas — dijo Lucían a quien al parecer habíamos despertado.

— Lucia si no es mucha molestia podrías regresar a tu estado semi agónico.

Lucia mostró su lengua despectivamente y volvió a recostarse en la parte trasera de la camioneta.

— Que infantil eres — dijo Owen para después girar la cabeza y fijar la mirada en el camino.

Habiendo regresado la tranquilidad decidí recostarme un rato, tal vez podría dormir un poco antes de que entráramos a la ciudad ya que en ese punto necesitaríamos que cada uno de nosotros estuviera alerta a cualquier suceso que ocurriese, pues ninguno de nosotros había escuchado nada acerca de la capital y no sabemos si la ciudad les pertenece a las personas o a "ellos" aunque siendo sincera no sé cuál sería peor.

Estaba dispuesta a cerrar los ojos y adentrarme en mi subconsciente cuando note que Lucia me miraba fijamente.

— ¿Todo está bien? — pregunte.

— No creo que nada este bien, pero eso no es nada nuevo.

— ¿Entonces qué sucede?

— Solo me preguntaba como podrías dormir tan fácil incluso junto a mí.

— No veo porque serias un problema.

— No sabemos en qué momento se acabará esa cosa que me pusieron, en cualquier momento podría cambiar de nuevo y atacarlos ¡Empezando por ti!

— Lucia es verdad que el antídoto ya ha durado más de lo que esperábamos, pero creo que eso es buena señal, tal vez lograste vencer al virus y vas a estar bien — digo mientras toco su hombro.

— Lo dudo, lo que sea que este dentro de mí no se ha ido, lo sé.

— ¿Porque piensas así? — digo angustiada.

— No solo es que este débil, pierdo el conocimiento de la nada y tengo dolores esporádicos de cabeza, pero lo que realmente me asusta es la sensación de estar lejos de mi cuerpo, como si este me dejara de pertenecer.

— Creo que lo mejor será que dejes de pensar en eso, trata de no sugestionarte.

— Es fácil para ti decirlo, tu no estas condenada a muerte — dijo Lucia mientras se recostaba

La actitud de Lucia ya comienza a molestarme, no solo ignora los esfuerzos que estamos haciendo por ella, sino que además no parece desear recuperarse y aunque este es el último mundo en el que hubiera deseado vivir es todo lo que tenemos y no nos queda otra opción que aferrarnos a él y buscar la manera de salir adelante a pesar de todo y si Lucia ya no está dispuesta a pelear por su vida tal vez sea momento de que la dejemos atrás.

La última broma de la naturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora