Capítulo 3

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Terminaba de empacar las últimas cosas mientras que mi madre preparaba de comer, la casa olía delicioso; hace meses que no percibía aquel aroma y la verdad era de extrañar.

Tocaron la puerta y de inmediato fui a abrir.

—Harry, ya estoy aquí —habló Miley emocionada en cuanto le abrí, el taxista le ayudaba a bajar sus maletas y las ponía en la puerta de mi casa.
Miley intentó abrazarme y torpemente acepté.

—Miley, querida, hace meses que no te veo —habló mi madre acercándose a nosotros.

—Anne ¡oh por Dios! Una eternidad sin verte —dijo aún más emocionada la rubia y se acercó a ella intentando abrazar a mi madre, mi madre le correspondió, aunque me miraba con dudas —Mire señora, aquí está el pequeño Harry —dijo señalando su vientre, joder, era tan extraño todo esto.

—Créeme que fui lo primero que vi —dijo mi madre y tocó la panza de Miley, quien nós veía a los dos emocionada, tenía una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, no sé a qué se debía tanta felicidad.

—Bien, chicas se hace tarde, Miley debemos partir, llama al taxi y mientras sacaré todo —apresuré a todos y comencé a sacar las maletas.

—Harold, estoy totalmente desconcertada, vine a despedirme de tí, llego aquí y me doy cuenta de que tengo que despedirme de tu bebé también —me mencionó mi madre mientras yo ponía todo en orden.

—Créeme madre, no hay nadie más desconcertado que yo —me rasqué la nuca y observé a Miley quien caminaba a la esquina.

—Te voy a extrañar mucho —me abrazo mi madre y yo correspondí.

—Cuando sea tiempo de que nazca el bebé yo te pago tu boleto porque quiero que estés conmigo —dije a su oído mientras seguíamos abrazados.


El taxi llegó y nós ayudó a poner todo en la cajuela, tomé al perro y me subí en la parte de adelante.

Miley y mi madre platicaban alegremente aunque la verdad no presté mucha atención a lo que decían, aunque cabe mencionar que mi madre jamás había hablado con Miley de esa forma, otra cosa que causó desconcierto en mi.
Llegamos al aeropuerto después de escasos minutos de viaje, me apresuré a bajar todo, Miley se dedicó simplemente a cargar su bolso y eso es comprensible, mi madre me ayudó con otras maletas y juntos caminamos a donde mi padre estaba.

Eran jets privados por lo que llevar a mi perro en brazos no era problema.
Saludé a los chicos que irían de intercambio y vi a Julieta quien hablaba por teléfono.

—Harry —se limitó a decir, colgó la llamada y me sonrió para después dirigirle una mirada rápida a Miley.

—Julieta —Miley llamó a Julieta, la saludó con dos simpáticos besos y no paraba de sonreírle.

—Miley, que sorpresa, es decir, no tanta puesto que Harry ya me había dicho, pero aún así... Wow —decía torpemente.

Me aparté de las dos ya que todo era incomodo, me acerqué a mi madre quien estaba nerviosa claramente, buscaba a mi padre con la mirada, yo lo sabía.

Llegó Benjamín con varios hombres ayudando con sus maletas y las de su "esposa". Mi padre paró en seco en cuanto vio a mi madre, me miró con los ojos grandes y después simplemente la ignoró. Mi madre no se esperaba ese gesto, más sin embargo no dijo nada ni reaccionó de alguna manera en especial.

Miré de mala manera a Benjamín, quien me ignoró de igual forma.

Mi padre nós dio aviso de que era hora de irnos, abracé a mi madre una vez más e incluso ella lloró un poco. Miley se despidió de ella y juntos caminamos detrás de los hombres de Benjamín quienes nós llevaron al avión. Supongo que el avión era de mi padre ya que se supone que el era el patrocinador del viaje.
Abracé a mi madre una última vez y me subí al avión.
Miley se sentó a mi lado y justo en frente Julieta, quien no paraba de mirar a la rubia con total impresión. Me dediqué a ponerme mis audífonos y me recargué en mi asiento, vi por la ventana una vez más y cerré los ojos en cuanto el avión despegó.

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