Enamorarte una vez más

Capítulo 22

Emily's POV

Me desperté alrededor de las tres de la mañana porque el dolor bajo mi vientre se había intensificado cada cierto tiempo, tal como me había indicado el doctor. Así que era tiempo de ir al médico.

—Harry —dije bajo porque el dolor no me permitía hablar un poco más fuerte.

El televisor​ seguía encendido así que gracias a la luz que emitía pude ver a Harry dormido profundamente.

—Joder —gruñí y luego pegué un leve grito —¡Harry! —grité fuertemente y tiré de su brazo.

—¿Qué pasa? —preguntó alterado y se puso de pie un tanto confundido.

—Ya es hora —me retorcí un poco por el dolor.

—Mierda —susurró y comenzó a buscar sus zapatos, en cuanto los encontró se agachó por ellos debajo de la cama y en cuanto se levantó se golpeo la cabeza fuertemente —¡Mierda! —volvió a maldecir levantándose y sobandose la cabeza.

Se acercó a mi, tomó la maleta y la colgó sobre su hombro, me tomó por el brazo y me ayudó a levantarme.

Solté otro grito y Harry se alarmó pero le indiqué que todo estaba bien.

Me ayudó a caminar hasta el elevador, donde pude sostenerme de una barra que había dentro de la caja metálica, Harry llamó a un taxi y seguido de eso me di cuenta de que había llamado a Louis.

—Ya viene la bebé —dijo de inmediato y pude ver en su rostro una inmensa sonrisa —Si, ya vamos para allá, espero que llegues a tiempo —dijo finalmente y colgó la llamada.

—Llama a mi padre —le dije y de inmediato volvió a tomar el celular y llamó. Le dio aviso de que ya iba a tener a la bebé y me sonrió ampliamente diciendo que nós vería en el hospital.

En cuanto salimos del elevador caminamos a la salida donde el portero nós dio aviso de que el taxi ya estaba esperando. Le agradecí amablemente al señor a pesar de que el dolor aumentaba cada vez más.
Nós subimos al auto y podría jurar que la mano de Harry era morada ahora porque yo no dejaba de presionarla.

—Lo siento tanto si ya no tienes sangre que circule en tus manos —dije avergonzada y seguido de eso volví a pegar un grito que alarmó a Harry y al taxista.

—Cielo, no te apures —me contestó Harry tratando de disimular dolor, era claro que le dolía, pero estaba siendo tan lindo que no lo admitió.

Habían sido los minutos más largos de mi vida, según esto habíamos llegado en menos de siete minutos porque Harry había pagado tarifa extra para que no respetara las señales, pero aún así yo lo sentí como una eternidad, todo mi dolor estaba concentrado en la parte baja de mi vientre y no podía pensar en otra maldita cosa.

La respiración se me volvió un poco fuerte y entre cortada porque ya me estaba cansando.

—¡necesitamos una silla de ruedas! —gritó la enfermera y de inmediato la gente comenzó a moverse dentro del hospital hasta que yo obtuve la silla de ruedas. Me sentaron en ella y comencé a respirar aún más fuerte, todo me daba vueltas y no quería que algo malo me pasara a mi o a mi bebé, así que luché demasiado para que no comenzara uno de mis ataques.

—Por aquí por favor —se dirigió la enfermera a Harry haciendo que caminara detrás de nosotros, sólo vi a Harry tragar fuertemente y asintió con su cabeza que estaba hecha un desastre.

Me llevaron hasta la habitación en la que seguramente tendría a la bebé, comenzaron a quitarme los pantalones de dormir y comenzaron a acomodar todo, la verdad no puse atención en lo que sucedía porque yo solo estaba concentrada en que me dolía.