JUEGO DE NIÑOS [Yuuri x Yurio]

Retroceso

Horas antes

Yuri seguía dando lo mejor que tenía para lograr el cuádruple que lo llevaría directo al oro.

El icono ruso le había jurado que si lograba dominar el salto la copa sería suya. También, y en un tono bastante divertido, le confesó que le había resultado por 5 años, así que podía respirar tranquilo y sentirse seguro de ser el vencedor.

El quinceañero no terminaba por creérselo, sus rivales de este año eran bastante fuertes.

Y también tenían cuádruples.

Gruñó del solo pensar en JJ ganándole de nuevo. Maldito engreído. Por nada del mundo le permitiría regodearse nuevamente en su cara.
Esta vez sería él mismo quien gozara la derrota contraria.

- Vamos, Viktor, debes tener otro secreto para haber ganado tantas veces.

Honestamente, el rubio no veía gran cosa en el mayor, excepto su claro encanto y facilidad para sociabilizar. Es cierto que su talento era innegable, pero además de su técnica, el sentimiento que le ponía a cada una de sus presentaciones podía imitarse mediante otras circunstancias.

Se sentía capaz de sobrepasarlo. Él era mejor que el peliplateado.

- No, amiguito. Solo los saltos adecuados en los momentos precisos.

La sonrisa sin preocupaciones que soltó luego fue, para Yuri, un golpe que le hacía sentir inútil.

La belleza, soltura y confianza que poseía Viktor lo aturdía.

No quiso continuar.

- ¿Sabes? Estoy agotado. Iré a descansar unos minutos.-comentó casual ante la mirada asombrada del mayor.

- Esta bien. Tómate tu tiempo.

Y Yuri se sintió peor al sentir su tono amable y comprensivo.

La culpa volvió a su cuerpo y recordó su misión. Faltaba un par de meses para el Grand Prix.

Lanzó una mirada desde las gradas a su entrenador. Se acababa de poner los patines y se disponía a poner algo de música. 

Su cuerpo tembló con ansias.

La melodía inició y el rubio pudo observar por unos perfectos cuatro minutos cómo Viktor demostraba las diferencias entre ellos.

Más agobiado que antes sintió un leve dolor de cabeza. Esto lo estaba enfermando.
Estaba alistándose para mandar al tacho ese día de práctica, pero el sonido de la puerta abriéndose lo detuvo en seco.

Un chico algo mayor que él se apresuró a aplaudir con sus manos cubiertos por unos guantes negros y afelpados. El sonido en seco le hizo reír. Se veía patéticamente lindo.

El rubio sonrió. ¿Quién era ese asiático?

- ¡Hola! ¡Soy Yuuri Katsuki! ¡Y quiero que Viktor me entrene para el Grand Prix Final!

La impresión agradable que le había causado al menor desapareció en ese preciso instante, y frunciendo el ceño se aproximo hacia el intruso. Paró estando un metro del asustado chico.

- Lárgate antes que te bote yo -gruñó.

Los ojos negros de Yuuri se clavaron tímidamente en los del ruso. Sujetando sus manos torpemente abrió la boca para hablar.

- Solo quiero conversar con Viktor, por favor...

- ¡Claro que no! Estamos en una práctica, no se aceptan interrupciones.

Pero entonces el susodicho tuvo que hacer acto en la escena.

Ahh, debía suceder, ¿cierto?

- En realidad, Yuri estaba a punto de retirarse, ¿no?