El rubio debía aceptar que esa cena fue una de las mejores comidas que probó en mucho tiempo. Además de lo que su abuelo podía cocinarle de vez en cuando, ya se había acostumbrado a tener que pagar por un plato de comida en algún restaurante promedio. Ya era rutina ir a la misma mesa de uno y sentarse a esperar a que le sirvan.
Pero ahora estaba ahí, con su rival, con Yuuri; compartiendo un rico plato que ni sabía existía hasta ese preciso momento.
La vida lo descolocaba últimamente. Le daba giros que lucían pequeños y significaban mucho. Yuri jamás lo aceptaría, pero estaba muy agradecido por todo ello.
- Bueno, creo que podemos empezar con la charla que teníamos pendiente.
El menor chasqueó saliendo de sus pensamientos. Sin darse cuenta estaba deseando no cortar ese momento tan hogareño.
- ¿No te has puesto a pensar que algo va mal? Ya llevas tiempo en esto, no debería ni decírtelo.
El servicio seguía sobre la mesa. Sin rastro de comida, pero permanecían ahí. Tal vez, pensó Yuri, el otro decidió no eliminar el gesto íntimo para que la sensación agradable siguiera en la conversación. Sin embargo, era totalmente claro a su ojo el cambio de ambiente.
Yuuri había relajado sus músculos y adoptado una postura seria; pero notaba que en esa imagen de relajo la tensión dominaba. Era tan fácil leerlo. Estaba seguro que cualquier persona no lo notaría, pero Yuuri era igual que él. No podría engañarlo nunca.
En cambio, el ruso permanecía de la misma forma siempre. Con su mirada afilada, sus palabras agrias, su personalidad dominante. Ese era Yuri Plisetsky.
Eso lo hacía pensar. Si Yuuri se encargaba de ocultarse tanto, ¿Quién era su verdadero "yo"?
La curiosidad propia de un infante comenzaba a cosquillearle el abdomen.
- No sé si sea seguro hablar aquí.
El golpe de la verdad lo sacudió. El japonés tenía razón. Alguien podría estar escuchándolos o viéndolos en ese preciso momento. Es más, cabía la posibilidad de que lo estuvieran vigilando a él mismo.
El miedo traspasó su barrera de hierro. Sus ojos brillaron con temor; su identidad, su vida, su familia, todo estaba en riesgo por su descuido.
Hubiera seguido ahogándose en su depresión si la mano del mayor no hubiera ido a rescatarlo. Cuando alzó la vista más sorprendido que asustado, el pelinegro lo miraba totalmente seguro, diciéndole que se calmara. Entonces, un papel giró hasta llegar a su lado de la mesa. Lo leyó con expectación. Al terminar, ya sabía qué debía hacer.
🌼🌼🌼
- A veces me olvido que solo tienes quince años. Debo aceptar mi falta, debí ser más precavido.-Yuuri suspiró viendo hacia la noche.- Ya iba pensando que no era normal que ambos estemos aquí, más que nada por el hecho de que quieran tantas personas a Viktor muerto. Existe una razón para todo, debe cargar algo bastante pesado sobre sus hombros. Sin embargo, sigo sin tener una pequeña idea.
El papel que el japonés había escrito decía una simple oración: "Limpiemos esto y sígueme".
Así fue como llegaron a un mirador donde se observaba la noche llena de sus luces multicolores. Era un lugar bastante bonito, pero con mucha gente para el gusto del menor. De todas formas, entendió que ese era el punto. Ir a un lugar donde sus voces se perdieran entre tanto barullo.
Rusia de noche no era nada agradable si no llevabas lo necesario encima para poder calentarte, y Yuri no se sentía en las mejores condiciones. Abrazaba sus brazos tratando de hundirse aún más en su casaca ligera, temblaba y ya sentía como el frío calaba sus huesos.
- Ah, niño, debiste decirme que te diera algo.-Escuchó la reprimenda antes de que sintiera un reconfortante calor sobre la espalda.
Yuuri había abierto su enorme abrigo y lo había abrazado abrigando a ambos. Un sonrojo tiñó las mejillas del chiquillo.
Suerte que el mayor solo miraba hacia el infinito.
- Hemos sido muy evidentes. Ahora tendremos que protegernos o ambos saldremos perdiendo. Necesito que confíes en mi como yo lo haré contigo, ¿de acuerdo?
El rubio se limitó a asentir con su cabeza. Escuchaba todo lo que Yuuri tenía para decirle, pero no quería abrir la boca. El hechizo podía romperse.
- Si debemos hablar algo importante que sea en lugares públicos. Frente a Viktor, hay que seguir como antes, no hay que darle pie a nada. Trataré de averiguar algo por mi parte, trata de hacer lo mismo. El objetivo es saber por qué Viktor es tan importante.
- Entonces, ¿seguiremos ignorándonos? -El murmuro del rubio sorprendió al mayor.
Simplemente no esperaba que algo así le preocupara.
- Para no levantar sospechas, sí.
- De acuerdo...-Se encogió aún más bajo su cuerpo.
En ese instante, Yuuri entendió que el menor solo era eso, menor. Que necesitaba compañía, cariño, un amigo que estuviera en momentos difíciles. Yuri era un adolescente que debía comportarse como un adulto. Desconocía sus razones, pero recordaba su propia vida. A los quince aún disfrutaba dormir con sus padres en noches de tormenta.
- Todo estará bien.
En medio del sonido del viento y de las voces, Yuuri prometió que ese niño entre sus brazos no volvería a tener frío.
🌼🌼🌼
Hola! Nos leemos nuevamente.
Quiero saludarlos tardíamente. Espero que este año sea muy bueno para todos ustedes :)Las fiestas han sido bastante ajetreadas para mí, he estado de un lugar a otro y no he tenido tiempo ni cuerpo para poder escribir. Perdón por la demora.
Tienes que disculparme por ser tan borracha :'v
Leo todos los comentarios que dejan, muchas gracias por sacarme de duda con los ojos de Yuuri jaja Los dejaré en marrones, aunque por ahí leí rojos :v me gustaría que tuviera ese color, pero dejémoslo en voto popular.
Gracias una vez más por el apoyo. Cuidense mucho ❤
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JUEGO DE NIÑOS [Yuuri x Yurio]
FanfictionYuuri Katsuki es un asesino a sueldo Yuri Plisetsky es un espía del estado Ambos tienen una misión... Matar a Viktor Nikiforov. Yuri on Ice