Guerra

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- ¡Ayer estuve viendo la televisión con Makachin y se nos ocurrió una magnífica idea!

Ambos pupilos se lanzaron una mirada llena de recelo. Sabían perfectamente que Viktor emocionado y con su sonrisita estúpida no eran buen augurio.

- ¡He preparado todo para que tengamos un juego de paintball!

Yuri alzó la ceja entre sorprendido e interesado. ¿Estaba escuchando bien? ¿Viktor quería que jugaran paintball?

¿Paintball?

Se vio tentado en soltar una carcajada. Realmente quería reírse hasta desfallecer.

El anciano iba a llorar lágrimas de sangre cuando se viera eliminado al primer minuto.

No era por ser exagerado, pero, vamos, Yuri tiene una larga historia con ese juego del demonio. Cuando recién había comenzado su preparación militar, la práctica favorita era esa misma. Darles a decenas de niños marcadores cargados, sin ningún tipo de protección, solo varias recargas para la tremenda odisea que les esperaba.

El objetivo era eliminar a todos y el ganador se libraba del entrenamiento por un par de días. Porque sí, eso era diario.

Las primeras veces muchos salían gravemente heridos. Las bolas de pintura duelen horrores, más aún si se disparan a corta distancia. Yuri se preguntaba por qué les obligaban a hacer eso. Hubieron ocasiones donde solo se escondía y esperaba a su turno de ser disparado. A veces era mejor ser eliminado primero, pero también había castigos para los que se negaban a esforzarse.

Después de realizar que tenía suficientes hematomas en su cuerpo decidió parar con el sufrimiento. Comprendió que esa era la forma de acostumbrarlos a su futuro. Si esas bolas de pinturas fueran balas, ya estaría mil veces muerto.

Una vez entendido, Yuri no volvió a recibir una gota de pintura en su vida. Sin embargo, la hazaña no fue sencilla. Con cada juego todos iban perfeccionando su técnica o cayendo. Las competencias se extendían por horas, hasta días.

Imaginaba, irónicamente, que estaba en una battle royale*.

- Nunca lo he jugado.

El ruso salió de sus pensamientos y recordó que el pelinegro también estaba ahí. Sus ojos se achicaron viéndolo como una posible amenaza. Puede que Yuuri no supiera de paintball, pero sabe de armas y estrategias. Al ser solo una copia más segura de un enfrentamiento armado, no le sería tan difícil cambiar las balas por pintura.

- No te preocupes, no es difícil. Solo debes disparar a los del equipo contrario y no dejar que te marquen. Cuando lleguemos nos explicarán las reglas internas, nada de otro mundo.-Viktor explicó manteniendo el brillo en los ojos. Se notaba verdaderamente emocionado.

- Daré lo mejor de mí.

El menor continuó mirando de reojo a Yuuri. Qué bien mantenía su papel ante Viktor, incluso él se dejó enternecer por la sonrisa tímida que dio.

Joder, verlo le cabreaba. Ver qué tan buen mentiroso era le hervía la sangre. No debería mentir, no en frente suyo.

- Seguimos siendo muy pocos para jugar. -Salió de su silencio.

- Oh, esa es la mejor parte. Llamé a algunos amigos.

Esta vez tanto el japonés como el ruso coincideron con la misma palabra.

- ¿Qué?

🌼🌼🌼

Ahí estaban. Bien protegidos, con todo el implemento necesario para no sufrir más que leves moretones y disfrutar del momento.

JUEGO DE NIÑOS [Yuuri x Yurio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora