Detalle

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El pelinegro se dejó caer sobre la espaciosa cama. Soltó un gemido ronco después de rebotar un par de veces y, una vez inmóvil, disfrutó ver el techo azul marino.

La habitación estaba a oscuras. No se había molestado en encender las luces blancas, no necesitaba interrupciones. Solo quería desparramarse en algún lugar cómodo para poder pensar con claridad.

Sentía que la situación se le empezaba a escurrir por las manos.
Hace mucho que no se sentía así, tan agotado e inútil.

Trató de pensar en cosas positivas. Rusia era un país muy hermoso, Yuuri amaba correr por las mañanas entre la gran ciudad, los edificios, los parques. La gente le resultaba un tanto extrovertida para su gusto, pero siempre se portaban amablemente cuando necesitaba algún tipo de ayuda.

Sí, Yuuri amaba Rusia. Tal vez porque tiene una leve obsesión por la historia de la nación.

Se mueve emocionado por la cama. El solo pensamiento de tantos sucesos que pasaron en ese mismo lugar donde ahora camina tan pacíficamente, le calienta el corazón.

La materia favorita de Yuuri en la escuela fue Historia Universal, sin dudarlo. Demás esta decir que ahí nació su agrado por la historia europea en general, pero específicamente la rusa y alemana.

La primera guerra mundial, la revolución de los Bolcheviques, el Tercer Reich, la segunda guerra mundial, la guerra fría... Todo formaba parte de una hermosa y perfecta secuencia de hechos que fueron desencadenando en potentes momentos de la historia mundial. Forjaron con sangre y fuego el futuro de naciones enteras.

Gracias a todo esto, Yuuri podía afirmar que no existen los buenos ni los malos. Solo personajes con distintos intereses.

Entendió que mínimos detalles voltean completamente el tablero, y que el más preparado puede perder por un descuido. Se grabó en lo más profundo de su ser, que las apariencias engañaban.

Después de pensar mucho en el tema, se decidió por actuar. Su primer paso sería pedir ayuda.

Si sus ojos no son suficientes, debía conseguir varios pares más.

Buscó su celular por la maraña de sábanas y al encontrarlo marcó un número que ya sabía de memoria.

Unos pitidos y escuchó una voz animada saludándole.

- Pichit, ¿recuerdas esa vez que te salvé de morir? Bueno, tu momento ha llegado.

🌼🌼🌼

Viktor se despidió animadamente de la mujer que cuidaba la pista de hielo donde siempre entrenaba. Le lanzó un guiño juguetón que sabía le daría un fuerte sonrojo, aunque siempre hiciera lo mismo desde hacia varios años. Esa mujer le parecía encatadora, tan entregada a su trabajo y a su familia. De vez en cuando, sus mellizos iban a visitarla y Viktor se divertía enseñándoles a patinar.

Extrañaba el calor que da tener una familia que te espera cada noche. El peliplateado se encontraba tan solo. La familia que una vez tuvo, ya no estaba. Cada vez se preguntaba más si es que había algo malo en él. ¿Qué más debía poseer para que alguien lo amara de verdad?

Viktor caminó por las afueras del recinto. Ya no tenía esa característica sonrisa suya, solo la seriedad pintaba sus facciones, quizá algo de melancolía.

Su gran carrera en el patinaje no le había dado la felicidad que esperó. Cada medalla en su cuello le recordaba lo lejos que se encontraba de su verdadera alegría.

Viktor se sentía miserable.

Al llegar a su departamento, su caniche le saltó encima dándole la bienvenida al frío lugar. Viktor se lamentaba no darle un hogar más cálido. Pero, ciertamente, si no tuvieta a ese perro a su lado, su vida sería una completa tortura.

Lo único que parecía sacarle sonrisas era la idea de tener a esos dos chicos bajo su entrenamiento.
Pensó que Yuri era suficiente para sentirse acompañado, pero cuando llegó Katsuki, se dio cuenta que jamás hay suficientes Yuris.

Le gustaría que ambos tuvieran más cercanía. Que se llevaran bien y se ayudaran mutuamente, así podrían fingir ser una bonita familia. Viktor podía ser el padre.

Haría algo para poder crear nuevos lazos entre los tres. Pero ¿qué podía lograr unirlos?

Encendió la televisión pensando en posibles candidatos. Una fiesta, una pijamada, un almuerzo, una salida a los juegos mecánicos o a la piscina...

Uhm...

Un anuncio acerca de un nuevo centro que ofrecía juegos de aventura llamó la atención del ruso.

Sus ojos brillaron con obvia excitación.

Jugarían paintball.

🌼🌼🌼

Qué tal todo? :D

En este capítulo me emocioné alguito con la parte histórica, pero no es por gusto porque influye mucho en la personalidad y la forma de actuar de Yuuri. Creo que se verá más detalladamente en el próximo capítulo que será una batalla de paintball con los tres.

¿Apuestas?

He leído algunas teorías y varias se acercan. Dejo pequeños detalles que serán de importancia en un futuro. Cuando todo se vaya descubriendo entenderán cosas de ahora.

Bueno, eso es todo. Soy nocturna. En Perú son exactamente las 2:40 a.m.

Una última cosa, últimamente veo que todos los fanfics de yoi se suman a unos premios. Nunca he sido de las que guste competir, más que nada porque escribo por simple gusto y no espero nada a cambio. El apoyo que le dan a este fic es muy bonito y me sobra y me basta. Pero estuve pensando en si debía entrar, no lo sé. Se los comento porque tal vez les caiga con la participación y alv jajaja.

Ahora sí, eso es todo. Nos leemos!

JUEGO DE NIÑOS [Yuuri x Yurio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora