JUEGO DE NIÑOS [Yuuri x Yurio]

Reflexión

Yuuri

¿Quién soy yo? ¿Quién es él?

Debí hacerme la pregunta desde un inicio. No entiendo cómo pude dejar pasar algo tan básico. El simiento de cualquier relación social, la identidad.

Crecemos con la idea de que está bien no saber lo que somos. Está bien porque hay un tiempo para todo, y mientras la adolescencia sirve para preguntartelo, la juventud está para resolverlo. Pues ahora, en este preciso momento, puedo asegurar que es un sucio engaño.

¿Por qué?

Si realmente la vida es una cuesta arriba, una línea de tiempo en la que vas creando tu propio destino con tus propias decisiones; andar por ahí sin tener pleno conocimiento de ti mismo es tan peligroso como andar por una cuerda floja con los ojos vendados.

La sociedad y nuestro entorno nos empuja a armar el rompecabezas de cualquier forma, aún si las piezas no caben correctamente. El objetivo no es que esté completo, es que haya algo, que no se vea tan vacío.

Ahora tiene sentido cuando dicen que la vida no está hecha para todos. Solo algunos suertudos logran colocarse adecuadamente.

Soy uno de ellos.

- Tengo hambre. Viktor no vendrá hasta mañana temprano, no podemos simplemente dejarnos morir aquí.

Hace no más de un par de minutos que mi celular sonó con una llamada del desaparecido. Nos alegramos de que estuviera bien, es cierto, pero no por mucho. Nuestras manos se encargarían de darle su merecido castigo por asustarnos.

Ya verá lo bueno que soy dando nalgadas.

- Estoy a dieta...-Yuri chasquea recordándolo. Parece pensar en opciones de comidas bajas en calorías. - Si me saldrás con algunas verduras o sopas, no. Me estoy muriendo por comer grasa, pero sé que sólo son los nervios previos a la competencia, así que hagamos como que nunca te escuché hablar.

Tengo la cara contra la almohada, mis palabras suenan ahogadas y, honestamente, si fuera Yuri me golpearía a mí mismo. En cambio, no hace nada, se queda estático mirándome como si tuviera la respuesta de sus problemas. En realidad, se siente tan normal que me extraño. Yuri me mira con frialdad, enojo, cariño, pero jamás así. Tan neutral.

- De acuerdo. Iré yo solo. 

Escucho el sonido de su cuerpo moviéndose. Me siento tan agotado que aunque sé debo seguirlo, ni un músculo responde.

Camina y agarra su chaqueta, luego las llaves, abre la puerta y el ruido se detiene. Siento sus ojos sobre el bulto en el que me he convertido.

- Adiós, Yuuri.

Su despedida deja un vacío dentro de mí, es tan profundo que quiero llenarlo con lágrimas saladas.
Hoy más que nunca necesito permanecer así, la almohada sobre mi mejilla y mi mente trabajando a mil por hora.

Podremos superarlo si es que ese adiós sólo significó que iba por comida.

Espero que sí.

🌼🌼🌼

Mi cuerpo tiembla con mi pierna adormecida. Despierto de golpe, lanzando maldiciones al aire y masajeando mi muslo entumecido.
Dormí en una mala posición, ahora mi cuello y hombros lloran por la mala suerte.

El dolor se detiene, pero queda resentido. Por fin puedo preocuparme por ver a mi al rededor. Está tan oscuro como antes, creo que no hemos encendido la luz desde que llegamos. 

Veo la hora en mi celular. Son las dos de la madrugada. No parece haber alguien más, Yuri no ha regresado.

¿Debería preocuparme?