Llegué a casa cómo si nada hubiese pasado. Abrí la puerta y entré. Todo parecía normal; Gael preparan la cena... ¿La cena? ¿Tan tarde era? Me fije en el reloj de mi teléfono: 6:48 pm. No sabía que me había demorado tanto.
Entré a casa como si nada, dejé la mochila a un lado de la puerta y colgué mi suéter en un perchero que tenía cerca de esta.
-Hola. Lamento haber tardado- me disculpé con una sonrisa leve, ocultando los recuerdos de esta tarde.
-¡Evelyn!- dijo Jack alegre mientras bajaba por las escaleras.- Si que tardaste.
-Lamento haberte preocupado- respondí con una sonrisa amable.
-¿Y para que te quería Verónica?-dijo Gael acercándose a nosotros mientras se secaba las manos mojadas con una toalla de cocina.
Me sobresalté un poco y eso creo, fue notorio. Nunca le dije que iría a hablar con ella ¿O si? Pero bueno, no diría nada al respecto por el momento.
-Solo quería mostrarme una cosa que había comprado.
-¿Y no podía mostrártela luego?
-No. Era un regalo para alguien a quien vería después de la escuela, y quería mi opinión sobre ello.
-¿Entonces por qué te demoraste tanto?
¡Rayos! Sospecha.
- Ya sabes cómo son las chicas- respondí un poco nerviosa- No sabía si había escogida la mejor opción y quería consultarme para eso.
Me miró fijamente con incredulidad en sus ojos grises, pero por suerte no volvió a preguntar nada mas sobre el tema. Aun así se veía duda en su semblante; pero no podía quejarme, yo lo cree así: Tenaz y persuasivo.
Se que tendré que decirle muy pronto, no podría guardar ese secreto siempre, sobre todo por que mañana en la escuela habría un gran desastre. El desastre que yo provoqué.
De ahí en adelante todo transcurrió normal: Cenamos juntos, platicamos un poco, luego recogimos y cada quien se fue a dormir.
Gael y Jack en los sillones de la sala, y por supuesto, yo en mi habitación.
Esa noche algo poco usual pasó: Hablé con esa voz en mi cabeza, mi segunda personalidad. Hablamos sobre como me ayudó con el senador y con Verónica, era, aun que algo loca, una persona agradable. Me empezaba a agradar entre mas hablábamos. Hasta le puse un nombre: Akane. Que significa rojo brillante, por que cada vez que me imaginaba su físico, se me venía a la mente unos hermosos ojos de color rojo. De ahí su nombre.
No sabía si alegrarme por tener una amiga o preocuparme por ser la amiga de un psicópata.
Mi alarma sonó temprano. Cambié mi pijama por el uniforme de la escuela, preparé mi mochila y baje a la cocina. Como era de esperar, Gael ya estaba despierto y con el desayuno preparado. Hoy eran huevos fritos con tocino, y por supuesto, café.
Terminamos y nos fuimos a la escuela. Jack se ofreció a recoger un poco la casa en nuestra ausencia. Tan amable y tierno como siempre.
El trayecto fue igual, la monotonía del día a día. Pero un "accidente" en la escuela eliminó por completo esa monotonía.
Gran parte del edificio de la escuela estaba completamente destruido. Había mucha gente observando y murmurando. La muchedumbre que rodeaba el edificio dañado lo conformaban muchos estudiantes, profesores y policías. Se veía que el origen del incendio fue en lo que era el salón de música, que había afectado gran parte de los talleres de cocina, carpintería y los clubs de historia y arte.
Cerca del gran tumulto de gente se veía un auto de la morgue, con algunos empleados . Estaban llevando un cuerpo cubierto por una manta blanca al auto. Yo claramente sabía que ese era el cuerpo de Verónica. Fue ahí donde caí en la cuenta de que aun las mío iba Gael, viendo lo mismo que mis ojos veían.
Gire mi cabeza hacía él, asi pude ver su expansión: Estaba estupefacto. Giró a verme y me dijo asombrado:
-¿Qué es esto? ¿Qué fue lo que hiciste?
No sabía que hacer o decir. No podía negar ese hecho, ya que era obvia mi responsabilidad sobre el incidente. Fui la única que se quedó hasta tarde y en el salón de música; bueno, Verónica y yo, pero ella... No hace falta decirlo si ya lo saben.
Claro, no sería tan tonta para dejar pruebas. Constaté que no hubiera nadie y me deshice de las cámaras de seguridad.
-Akane. Ella es la responsable en su mayoría por esto- fue lo único que pude decir.
Gael me miraba preocupado, lo que me asustaba un poco ya que era extraña la ocasión en la que en sus facciones se dibujaba una emoción. Que por lo regular son negativas.
-Si eres paciente y crees en mi, esperaras hasta después de clases para que te pueda explicar todo esto.- dije sin más, con un tono serio pero a la vez preocupado. Así me dirigí a las clases. Gael solo me siguió.
Hoy se lo diré. Espero y comprenda todo. Es el único que me puede ayudar en todo este problemático asunto. El único en el que puedo confiar.
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La existencia de lo irreal
FantasyEvelyn vivía en una fantasía para nosotros, algo que creemos imposible. Ella suele ver cosas que no están ahí, pero curiosamente no es esquizofrenia. Solía creer que estaba loca, pero eso pensaba ella, sino, hasta conocerlo a él. ¿Ese deseo de...