La existencia de lo irreal

El límite de la imaginación

Esto era completamente ridículo. Esta situación se asemejaba muchísimo a las historias anime que tanto veía: La chica resulta que no es normal, es especial, y "mágicamente" se encuentra con un misterioso chico, y ese misterioso chico resulta que llega como estudiante de intercambio a la escuela de la chica.

Una graciosas y curiosa coincidencia.

Pero claro estaba que no iba a hablarle, podía ser que no fuese él y yo quedaría como una idiota. No, no iba a caer.

Para suerte mía, se le asignó un asiento lejos del mío, y no fui elegida para ayudarlo a acoplarse a su nueva escuela. Por lo menos algo de suerte.

El tiempo pasó rápidamente, creo que tenía mi mente muy ocupada que no me percaté de cuando concluyeron las clases.

Salí de la escuela al mismo tiempo que Gael, pero no intercambié palabras con él, lo tomé como como una simple coincidencia. Pero parecía que él no lo tomó así; caminaba cerca y no doblaba en ninguna esquina, a menos que yo lo hiciera.

Después de un rato no lo toleré más, di media vuelta y expresé mi inconformidad:

-¡¿Qué demonios quieres, por qué me sigues?! ¿Vives cerca o qué?

La expresión de Gael no fue la que yo esperaba. Se rió ¡Se rió! ¿Por qué se reía?

-Que grosera Evelyn - habló con una sonrisa dibujada en su rostro- Después de ordenar tu casa por el incidente de ayer, así me pagas y actúas como si no me conocieras. Que cruel eres.

Esto era real, lo de la noche anterior no fue una alucinación o un loco sueño ¿Qué iba hacer entonces? No parecía que pudiera salir de esa. Pues ya que.

-Vamos a casa, estoy cansada.- le hablé con indiferencia- No tienes un lugar donde quedarte o personas que de verdad conozcas, así que no te vayas a quejar y ven.

Seguí caminando y Gael se emparejó con mi paso. Me miró divertido y me dijo mientras trataba de contener su risa:

-No me digas que caíste en el típico cliché de "esto es un sueño"

-Hmp. No digas estupideces- no pude evitar avergonzarme.

Llegamos a casa. Entramos y dejé las llaves un una mesa cerca de la puerta de entrada y me dirigí a la cocina. Empecé a buscar en el refrigerador, alacena y despensa algo para que pudiéramos comer; no había mucho. Me acostumbré a vivir sola.

-Lo siento, pero no hay mucho aquí. Compraba poca comida y no recibo visitas a menudo.

No hay problema. No tengo hambre. Pero mejor acostúmbrate a comprar mas comida de ahora en adelante.

Asentí con la cabeza. Tendría que comprar y gastar el doble. ¡Ay! Más gastos.

-Entonces- hable como niña pidiendo algo- ¿Cuando empiezo mi entrenamiento?

-¿Cómo?- volteó y me miró incrédulo- ¿Entrenamiento? Jajajaja. En serio, has visto mucho anime y visto muchas historias de ese estilo.

Se estaba burlando de mí.

Fue y se recostó en el sillón.

-Ya sabes de lo que eres capaz. Así que solo impleméntalo y practícalo.

-Pero no se muy bien que tengo que hacer ¿Solo lo imagino y ya?

Se incorporó pero se quedó sentado en el sillón, muy pensativo.

-Por lo general cuando haces o imaginas un personaje o criatura nueva ¿Cómo lo creas?

-Pues siempre cuando creo algo nuevo lo dibujo o creo un historia sobre dicho personaje. Es ilustrado o escrito.

Sus facciones se relajaron.

-Ah. Ya entiendo. To forma de materializar las cosas es a través de las manos. Cada soñador tiene su propia manera de materializar, y la tuya es a través de las manos.

Increíble, eso era increíble. Puedo materializar lo que yo quiera. Era asombroso. Bueno, algo positivo tenía que salir de todo esto.

-Ahora que ya estas consciente de ello, inténtalo. Domina algún poder o materializa lo que sea.

-¡¿Puedo dominar poderes también?!- interrogue asombrada.

-Claro. Eres un soñador. Así que tu habilidad se limita hasta donde se límite tu imaginación.

-¿Tengo que dibujarlo o escribirlo?

-No. Puedes simplemente dibujarlo con tus dedos en el aire.

Lo primero en lo que pensé fue el elemento fuego.

Comenzaré por ahí.

Alcé mi mano y dibujé en el aire con mi dedo del medio e indice la silueta de una llama de fuego.

Al terminar la acción bajé mi mano y esperé. Nada pasó.

Voltee a ver a Gael, quien se volvía a recostar en el sillón. Acomodándose para dormir.

-¿Por qué no funciona?- cuestioné confundida.

-Como sospechaba. No se podía que dominaras tus técnicas en pocos segundos de estar consciente de ello, sería tonto. Mejor ponte a practicar y me despiertas cuando lo hayas logrado.

Gael tenía razón, otra vez. No podía dominar algo nuevo con mucha facilidad y rapidez.

Me pondré a practicar.

En la situación en la que me encuentro sería práctico materializar armas (previendo el futuro). Sí, armas ¡Empezaré con armas!