Efectivamente, él era un soñador, como lo somos Jack y yo.
Por la expresión en su rostro se podía adivinar que, al igual que yo, sabía que yo era un soñador. Pero ambos fuimos prudentes y no mencionamos o hicimos algo que pudiera llamar la atención.
Sin dirigirnos la palabra, sólo intercambiando miradas de vez en cuando, iniciamos el entrenamiento. Después del calentamiento comenzamos con resistencia, lo cual consistía en una técnica especifica de pateo con ayuda de otro compañero. Yo era de las mejores en la clase por lo cual, al momento de patear sonaba el golpe, a parte que tenía muy buena técnica, pero de vez en cuando me invadía la curiosidad de ver cómo golpeaba el soñador, me sorprendí al ver como lo hacía; era increíble, tenía mucha potencia en el golpe, con excelente flexibilidad, resistencia, eso sin tomar en cuenta su técnica que era casi perfecta. Aun sin la cinta se podía ver que era cinta negra o quizá mas alto que eso.
Terminamos con la resistencia al pateo y seguimos con sombra de combate, que consiste en hacer un combate con diferentes compañeros, simulando un verdadero combate de competencia. Tomé por compañero a un amigo de la clase, cinta roja negra, pero buen contrincante. Así terminó el tiempo y tuvimos que cambiar con otra persona, pero para esto el profesor escogió a las parejas, y para mi suerte, me tocó con aquel chico de cabello extrañamente blanco. Me saludó con una cálida sonrisa, a la cual yo respondí con otra. Así comenzó el combate, y como supuse, era un excelente rival, era muy difícil acertar algún punto ya que nunca bajaba su guardia, era como un muro. De igual manera, yo no me iba a dejar vencer o intimidar por nadie, pelee bastante bien, que se notó que le costaba trabajo mantener el ritmo a mi rival. Ambos somos excelentes.
Volvió a terminarse el tiempo y con el venía la hora de cambiar de compañero, pero antes de ir a tomar un poco de agua me dijo:
-No peleas nada mal- dijo agotado y con una sonrisa en su rostro.
Yo de igual manera le respondí.
-Tú tampoco peleas mal.
Después de eso seguimos con la sombra de combate. Para cuando esta fue concluida comenzamos con un circuito de fuerza, seguida por correr 10 minutos en la pista y para finalizar la sesión, flexibilidad.
Todos terminamos rendidos, completamente sudados. Algunos descansaban en el tatami, mientras que otros se cambiaban para irse a sus casas. Yo me puse una chamarra para cubrirme del frío de la noche, coloqué solo el audífono izquierdo, me despedí del profesor y mis compañeros y salí del dojo.
Mientras caminaba a la salida del centro deportivo donde me encontraba, con el opening de ao no exorcist sonando en mi audífono, escuché que alguien venía atrás de mi, así que me di la vuelta y vi a aquel chico soñador que venía hacia mí. Cuando estuvo cerca me dijo:
-Necesito hablar contigo ¿Pudo hacerlo?
Sólo asentí con la cabeza.
-Para empezar, mi nombre es Drac Sánchez y como puedes notar, soy un soñador, el soñador de la victoria. Y tú también lo eres. Pero ¿qué clase de soñador eres?
Al terminar su presentación me sorprendió su pregunta y el cómo se llamó. ¿A qué se refería con El soñador de la victoria?
-¿A que te refieres con que clase de soñador soy?- pregunté sumamente sorprendida.
Me miró con asombro.
-¡¿A caso no sabes ni siquiera eso?! Tengo muchas cosas que explicarte. Ven conmigo, iremos a un lugar más cómodo para conversar.
Había cosas que yo no sabía pero este chico sí. Ni siquiera Gael me las podía explicar, así que para poder saber más sobre mi condición actual tendría que ir con él, pero antes tenía que ocuparme de Gael. se preocupa con facilidad.
-Espera- dije haciendo que se regresara a donde yo estaba, ya se dirigía a la salida. - Antes tengo que llamar a una creación que se preocupa con facilidad.- dije con cierto tono de burla.
Él solo se rió y asintió con la cabeza.
-Si. a veces ciertas creaciones se suelen preocupar por sus soñadores. Es normal, así que adelante.- dijo para luego darme espacio para realizar mi llamada.
Así lo hice, lo llame y me excusé, de que tenía que hablar con alguien de algo muy importante. Que tardaría en llegar a casa. No parecía muy segura su voz, pero aún así accedió.
Concluida mi llamada fui con Drac, quien me llevó al mismo parque en el que hablé con Gael esa misma tarde después de la escuela, sentándonos en la misma banca bajo el árbol. Acomodados en el mueble, comenzó:
-Comenzaré con lo que parece ser tu mayor duda: Del por qué me llamé Soñador de la victoria. Pues cada soñador puede hacer lo que quiera con el simple poder de su mente, eso obvio ya lo sabes, pero hay en ámbito o especialidad en la que cada soñador se especializa, en mi caso la victoria es mi especialidad, es la fuerte fuerza de ante cualquier cosa nunca darme por vencido, es algo que cualquier humano puede conseguir, pero en mi es de otro nivel, que me lleva con valentía, coraje y perseverancia tener una victoria con un mayor porcentaje de resultado victorioso. De alguna manera, en la antigüedad, con la especialidad que poseemos, a los soñadores se les veía como una especie de dioses; sólo era en ciertas regiones que se les consideraba de esa manera, en otras era todo lo contrario, se les veía como brujos, eso en la edad media.
Me miró fijamente lo cual me hizo jalar mi cuerpo hacia atrás.
-Por lo que parece, tu eres el Soñador de la Guerra y destrucción- retrocedió un poco, de volviéndome mi espacio personal.- Vaya, si que eres peligrosa, un contrincante bastante peligroso hasta para mi.
Me asustaron sus palabras. ¿Cómo que Soñador de la Guerra y destrucción? Pero aun así, sus palabras explicaban mucho sobre mi comportamiento últimamente.
Mirando al suelo le agradecí:
-Gracias por la información. Me fue de mucha ayuda para aclarar dudas.
Sonrió ampliamente.
-Fue un placer. Si tienes otras dudas que tu creación no pueda contestar, dímelas a mí. Nos veremos en el entrenamiento de mañana.
Nos despedimos y cada quien se fue a su hogar. Ahora, gracias a él sé más sobre lo que soy, aun que eso me alarma.
Seguí mi camino hasta llegar a casa, donde mis amigos me esperaban.
Creo que hay mas personas de las que creía en las que puedo confiar.
Les dejo una imagen de Gael. Espero que tanto cómo la imagen y el contenido de esta historia sea de su agrado.
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La existencia de lo irreal
FantasyEvelyn vivía en una fantasía para nosotros, algo que creemos imposible. Ella suele ver cosas que no están ahí, pero curiosamente no es esquizofrenia. Solía creer que estaba loca, pero eso pensaba ella, sino, hasta conocerlo a él. ¿Ese deseo de...