13. Mío

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Derek se encontraba de pie delante la cama, observando al castaño dormir plácidamente, le mataba tener que despertarlo, pero su madre había subido a informarle que el desayuno estaba casi listo.

-Despierta, Stiles- dijo el moreno, zarandeándolo un poco.

-Mmm... Solo un ratito más, lobito- logro decir con voz somnolienta y entre bostezos.

-Ya está listo el desayuno, mi mamá hizo lo que te gusta.

El castaño se incorporó de golpe hasta quedar sentado.

-¿Waffles?- inquirió emocionado.

El mayor asintió, sonriéndole.

-¡¿Por qué no lo dijiste antes?! ¡Amo los waffles de Talía! ¡Vamos!- exclamó, levantándose de un salto y corriendo en dirección al baño.

Una vez que el menor termino de cepillarse los dientes, salió del baño con la intención de bajar e ir a comer sus preciados waffles con crema batida, chocolate, nutella y fresas. En su casa su madre solo le dejaba ponerles crema batida, con Talía podía echarles lo que quisiera, como quería a la alfa. Iba a salir de la habitación, pero el alfa lo tomo del brazo, deteniéndolo en el acto.

-¿Qué pasa, lobito?- preguntó algo confundido.

-¿No se te olvida algo, pequeño?- preguntó de vuelta, arqueando una ceja.

-No tengo ganas de orinar, Derek.

El lobo puso los ojos en blanco con fastidio.

-No me refería a eso, Stiles.

-¿Entonces a qué? Tienes que ser más específico, lobito tontito.

-Quítate las vendas. Hay que ver cómo está tu brazo.

El menor solo hizo caso y empezó a retirarse las vendas de su brazo. Al terminar de removerlas, ambos muchachos pudieron ver que el brazo estaba totalmente sanado. El castaño quedo asombrado, mientras que el alfa simplemente estaba satisfecho.

-¡Soy un hombre lobo!- exclamo con emoción.

-No lo grites- le reprendió.

-¿Por qué no?- interrogó con un puchero.

-Quería decirlo en el desayuno. De seguro ahora todos en la casa te escucharon.

-Oh, lo siento, lobito, quiero decir alfa- se disculpó divertido.

-Como ya lo dijiste, soy tu alfa, ahora me tienes que hacer caso en todo- dijo con suficiencia.

-¿Si no qué, alfa?- inquirió en tono sugerente.

-Te castigare- le respondió con el mismo tono.

-Tiemblo de miedo- dijo sarcástico.

El alfa puso los ojos en blanco.

-Vamos a desayunar- dijo, abriendo la puerta.-Primero las damas- dijo con burla.

-Idiota- masculló, saliendo de la recamara.

El moreno rió por lo bajo, para después seguir al castaño. Ya en la cocina, ambos se percataron que casi toda la familia Hale ya estaba sentada en la mesa, incluso Malia, solo faltaban ellos y por supuesto la alfa, Talía. Todos los miraron con curiosidad y eso no pasó desapercibido ni por el alfa y por el beta. Derek se sentó al lado de su progenitor, Stiles iba a sentarse al lado del moreno, pero éste se lo impidió haciendo que se sentara en su regazo. El padre del moreno los miro con algo de alegría, mientras que los demás los miraron con diversión, excepto por la coyote quien los miraba con furia y amargura.

Todos quieren a StilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora