Recaidas

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Agosto 13

Sebastian... espero de verdad que estés bien, que tu salud sea buena y que tu vida diaria no sea un laberinto como la mía.

Para mi fue imposible escribirte ayer... pasaron un montón de cosas... no dormí bien, mi pecho palpitaba de dolor, mi cabeza no merece ni que la nombre y mis manos bailaron su alocado baile todo el día...

Ser testaruda no me sirvió de nada... solo resistí dos horas en la universidad. Sin tener que recurrir a innecesarias exageraciones sentí que moriría ayer. Pensé de verdad que mi cuerpo no resistiría tanto dolor... de tantos lugares a la vez.

La madre de Sabrina fue a buscarme porque papá estaba muy lejos... me quedé en su casa porque luego no pude pararme de la cama... realmente fue imposible... caía en sueños profundos que eran interrumpidos por pesadillas horribles... Sabri me dijo que no dormía mas de cuarenta minutos... Eso fue agotador, realmente fue un experiencia fatídica. Las canciones de cuna tocadas en piano que me puso Sabrina ayudaron un montón con el dolor de cabeza pero la punzada en mi pecho no cesaba y me impedía respirar con normalidad, un dolor intenso me golpeaba cada vez que inhalaba, Mis manos temblaban incluso cuando dormía.

Me apena decirte que no puedo describir la mirada de Sabrina, la forma en la que sus ojos penetraban los míos, el brillo de sus pupilas, las lágrimas que danzaban en el borde, esperando resbalar suavemente por sus mejillas.

Estoy cansada de todo esto Sebastian. Ella no merece verme así. 


Hoy mi piel está roja así que no quiero verte.

Aquella Chica.


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