En fragmentos [MarkJin/JinMark]

Capítulo veinte. Salida con retorno.

Capítulo veinte. Salida con retorno.

-¿No crees que soy idiota?

-Luhan, tú no...

-Jongin no quiere verme ni en pintura.

Tomo la mano del chino y entrelazo nuestros dedos, lo menos que quiero es verle llorar por algo sin sentido. El problema es de una magnitud sorprenderte que ambos no vimos venir: Jongin rechazando a su mejor amigo. Y por alguna razón a mí me duele también, verle limpiarse las lágrimas de sus mejillas rosadas y susurrar mil veces más que su error es ese, el amar de una manera aferrada.

-Te dije que yo no era esa persona especial, tú lo eres.-me dice con una sonrisa forzada, muerde su labio inferior antes de romper en llanto, ocultando la vista bajo su flequillo.

Mark llega detrás de nosotros y antes de que pregunte, hago una seña para que nos deje solos.

-Luhan...

-Sólo ámalo para verle feliz, por favor, Jinyoung.-me toma de la camiseta bajo la atenta mirada del de cabellos castaños. Sinceramente, me encantaría hacerlo, pero no puedo; no cuando Mark es quien me regala sus sonrisas todas las noches y es quien hace mi mundo desaparecer bajo sus caricias inocentes.

Por varios minutos parece ser que ser tranquiliza, pero su voz vuelve a romperse intentando de no llorar más. Sé lo imposible que es eso, el tratar de ser fuerte para los demás mientras que por dentro cada porción de ti desaparece bajo la atenta mirada de la culpa. Sólo que Luhan no tiene la culpa de confesarse, ni tampoco Jongin por rechazarle.

Es tan confuso para mí el ayudarle, mi vida sigue siendo un lío y no quiero darle falsas esperanzas a Luhan.

Mark viene a sentarse a un lado mío y recarga su cabeza en mi hombro ocultando su mirada. Sabe que me pesa más de lo que debería.

-Si hay algo positivo en esto, es que mañana regreso a China y...

-No puedes irte, no por esto.-le suplico con la mirada, con mi voz.-No puedes dejar las cosas así, Jongin te va a extrañar y...-no sé cuándo es que me he levantado del sillón, tomándole de los brazos oprimiendo en esa zona.-No es así como lo solucionas. No, Mark, no te vayas.

Salgo corriendo a mi cuarto de improviso. No tengo idea de por qué le he llamado Mark, sólo pensé en él cuando dijo que se iría. Sé que eso es lo que me duele y aún está la daga encajada, el miedo de perder algo que tanto amo.

Escucho la puerta de entrada abrirse para después cerrarse, sé que significa que Luhan quiere darme tiempo para procesar porque sabe el dolor por el que he pasado con la ausencia de Mark.

Entro a la habitación sintiendo el rostro caliente, enfriándose poco a poco cuando logro entender mi situación. No es que lo necesite ahora es sólo que es el pensar que Mark puede irse como Luhan, así de simple, sin arreglar los corazones rotos, dejando atrás el pasado. Tal vez lo ha estado pensando, en irse detrás de Jackson para contarle acerca de lo que hizo conmigo, burlándose de la forma estúpida en la que esperé por él.

Hay una navaja en el fondo del cajón del buró, guardada en una caja entre tantas cosas, fotografías, notas, pétalos, a lo que me aferraba cuando trataba de olvidar a Mark. Sé que no debería buscar, pero entre más lo pienso dando vueltas en mi lugar, más tiene sentido; no demoro mucho en hallarla.

Cuando la tengo entre mis manos, me embelesa su simpleza, dueña de cada sentimiento reprimido, dueña de mi sola persona; miro mi antebrazo izquierdo y ya casi no se ven las cicatrices. Hace tres meses tuve la seguridad de quitar la venda sin saber si eso era para bien o para mal, sólo lo hice para sentir que yo era el centro de mis emociones y no que lo era un objeto filoso cortando mi piel.