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8 horas para finalizar el año.

Ni Marina ni Liam habían logrado terminar con su objetivo. Ella no conseguía ningún vestido que le quedase bien, ya había buscado en más de diez tiendas y nada le gustaba. Estaba frustrada, la fiesta empezaba en tres horas y no podía ir con cualquier ropa que tuviera. Sólo un vestido le había gustado pero para su mala suerte no había en su talla, ¿Podía ser peor?

—Ya te dije tres veces que no tenemos ese vestido en vino. —Le dijo la chica de la tienda un tanto frustrada.

— ¿Y si no buscaste bien?

—Nunca ha venido en vino, ese estilo sólo está en verde, si lo quieres deberás conformarte con ese color.

— ¡Pero no me gusta el verde! —Exclamó desesperada.

—Entonces ve a otra tienda. —La castaña la miró molesta y dejó el vestido en el mostrador para salir de allí. Tomó un taxi al boulevard de la moda y decidió meterse en el primer local que vio.

Ojalá pudiese encontrar ese vestido antes de las seis.

Por otro lado, a Liam tampoco le estaba yendo muy bien, había perdido por completo la inspiración para ese artículo y se regañó a sí mismo por haber olvidado algo de tal importancia. Su hermana llegó a su lado con un vestido rosa puesto. —Liam, ¿Cómo me veo?

—Muy linda, Rose. —Le dijo sin dejar de mirar la pantalla de su ordenador.

—Ni siquiera me viste. —Se quejó, Liam suspiró cansado y volteó a verla.

—Estás de verdad hermosa, Rose —Le sonrió. —Pero nada de maquillaje, dile a mamá que las niñas de ocho años no pueden usarlo.

—Pero Oli estará allí. —Se defendió.

— ¿Y? Si Oliver te quiere, que te vea sin maquillaje. —Le dijo serio para luego voltear a la pantalla.

— ¡Eso es trampa! —Dijo para irse de nuevo al cuarto con su madre.

— ¡Eso es! —Dijo el castaño para empezar a escribir su artículo. —Las fiestas de año nuevo y el impacto que tienen en los jóvenes. —Susurró al escribir el título. —Podría funcionar.

Escribió unas líneas como borrador, le gustó bastante cómo iba por lo que siguió poniendo todas sus opiniones. Cuando tenía todo hecho, decidió guardar el artículo para luego enviárselo a su padre, pero hubo un inconveniente. ¡El internet se había ido!— ¡Deblin! —Exclamó molesto. Pero no todo estaba tan mal, podía llevarle el artículo en persona a su padre. Ojalá le diera chance de hacerlo antes de las seis.

Destino: AscensorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora