En donde dos chicos se quedan encerrados en un ascensor durante el último día del año.
Ella va para la fiesta de fin de año a encontrarse con el chico que le gusta. Él va al Rolling Ball a escuchar la presentación de Kloss, ambos viven en el mis...
Marina terminó de alistarse para la fiesta, había quedado encantada con su vestido color vino que tanto tiempo le costó encontrar, fue a la cocina y se preparó un emparedado de mantequilla de maní para amortiguar el estómago para lo que se venía esa noche. Ashton seguro quedaría encantado cuando la viese llegar.
Liam llegó a su casa cansado de tanto correr, había olvidado la inteligente idea de tomar un taxi y se insultó mentalmente todo el transcurso del ascensor, entró rápido al baño para poder tomar una ducha y arreglarse para la presentación de Kloss.
El teléfono de Marina sonó, ella revisó y se dio cuenta de que era Lea quien la llamaba— ¿Qué sucede? —Le dijo sin haber terminado de masticar.
—Que modales, Marina. —Se quejó su mejor amiga. — ¿Ya estás saliendo a la fiesta?
—Casi, estoy terminando de comer y salgo. —Le dijo. —Yo te llamo cuando llegue. —Cuadraron lo que harían esa noche y colgó para seguir comiendo su emparedado.
5 horas y media para finalizar el año
Mentiría si dijese que no me sorprendió la rapidez en la que Liam logró acomodarse tan rápido, él nunca solía hacerlo, es más tardaba horas para poder elegir entre qué camisa le quedaba mejor. Su madre salió también arreglada y lo vio tomándose un vaso de jugo. —Vaya, pero si acabo de presenciar un milagro de año nuevo. —Rió provocando que él rodara los ojos.
—Ya me voy, te amo. —Besó su mejilla para tomar las llaves y salir del apartamento.
Tomó el ascensor y este paró en el séptimo piso, las puertas se abrieron y entró la misma chica con la cual se había tropezado, ella volteó a verlo y supo que también lo recordaba. —Lindo vestido. —Fue lo único inteligente que logró decir pero aun así quería darse una cachetada por lo atrevido que él creía que sonaba.
—Gracias. —Le sonrió. —Lindo suéter. —Le dijo sin saber que más decir.
Y llegamos a la peor parte de una conversación, el silencio incómodo.
Liam contaba los segundos para que el ascensor abriera las puertas y pudiera salir huyendo de allí, pero nada, este parecía que ni bajaba un poco, volteó a ver a la castaña y notó que tenía una expresión de miedo. — ¿Qué sucede? —Le preguntó curioso.
—El ascensor se quedó parado.
N/a: La historia lleva apenas tres días y ya estamos en el puesto 540! Ayy gracias, espero que les esté gustando esto ❤
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