Destino: Ascensor

11

2 horas y media para finalizar el año

—En media hora toca Kloss. —Dijo Liam revisando su teléfono. — ¿Tu amiga no dijo que iba a llamar a los bomberos? ¿En dónde deblin están ellos?

—No sé, Liam. —Respondió. —Estoy en tu misma situación.

— ¿Y si ella no los llamó? ¿Y si se distrajo con algún chico? Porque yo seguro lo haría, a mí se me olvidan esas cosas importantes.

—Estoy segura de que Lea llamó, si no han llegado es que sucedió algo que es mucho peor.

—O dan un mal servicio en año nuevo. —Se encogió de hombros, Marina rió. —Estoy notando que ahora te ríes conmigo. Antes como que me odiabas, lo que hace estar encerrado con una persona en un ascensor. Que bello. —Fingió secarse una lágrima, Marina rió de nuevo.

—Me agradas, al final no es tan malo quedarse en un ascensor. Tengo un nuevo amigo.

—Oh, amigo. —Se llevó su mano al pecho. —Me volviste a dejar en la friendzone.

—Me doy cuenta de que eres demasiado coqueto, Liam—Sonrió. — ¿Por qué no eres así con Meredith? Puedes hablarle tranquilo.

—Las chicas suelen pensar que soy un inmaduro cuando hago chistes.

—Es que lo eres. —Rió, Liam rodó los ojos. —Pero eres un inmaduro adorable. —Apretó sus mejillas.

— ¿Qué te dije acerca de ser tierno, mujer? —Se rió soltando su agarre. —No me gusta que hagas eso, es raro. Siento que eres mi abuela y no gracias.

— ¿Me estás llamando vieja?

— ¿Es que te tomas todo apecho?

—Estoy molestándote. —Le sonrió. —Aunque sería una abuela muy linda ¿No crees?

—Hermosa. —Le sonrió, Marina se sonrojó.

— ¿Qué hora es? —Dijo cambiando el tema, Liam sacó su teléfono y miró la hora.

—Nueve y cuarenta y cinco. —Suspiró. —Ojalá Dean le pida un autógrafo a Axel Trail y me lo regale de cumpleaños.

—Ojalá Lea le haya dicho a Ashton que estoy encerrada y venga a salvarme—Suspiró.

—Seguro Rapunzel, tu Flynn Rider debe venir en camino. —Le dijo sarcástico. Marina rodó los ojos para volver a reír, sí, definitivamente esta experiencia del ascensor era una de las mejores cosas que le había pasado ese año. Vaya casualidad que justo el ascensor se dañara cuando ellos dos entraron.

Aunque escuché por ahí que las casualidades no existen, que todo está fríamente calculado para que todo pase como debe pasar, que hasta el hecho de que tú leyeras esto, era algo que debía suceder, porque la vida es así, está llena de causalidades y que se dañara el ascensor, era la causalidad más importante que el destino había preparado para ambos. Liam y Marina debían cruzar caminos para poder ser más ellos mismos.