; 11 ;

2.3K 284 30
                                    

A pesar de no comprender las cosas aun del todo, me sentía satisfecha. Iba a comportarme —aunque sea un poquito— de forma madura y afrontar las cosas. No quería más problemas y terminar llorando para que Konohamaru me diera consuelo. No es bueno para mi ego.

Acordamos no guardar más secretos y que las cosas —relacionadas conmigo— se me contaran abiertamente. Sasuke no estuvo de acuerdo, pero Naruto es el que manda así que nuestro pobre amigo no pudo hacer nada al respecto.

Gaara se presentó unos días después en Konoha.

Tal vez suene raro, pero me pidió disculpas por todo. Por las mentiras. No dude en perdonarlo y darle un fuerte abrazo. Aun lo sigo queriendo, pero no de esa forma alocada.

Jun venía con él; también pidió disculpas. No se las acepté hasta que me llevó a comer; quedamos en buenos términos e intercambiamos mails. Me dijo que le gustaría conocer mi mundo así que le prometí que se lo mostraría cuando estuviera de vacaciones.

En resumen: ya todos somos una linda y anormal familia feliz, como en aquellos tiempos donde la única preocupación era que mis padres no llegaran antes de lo planeado a casa.

En la universidad ya solo nos quedaba una semana —estábamos en finales— para poder ser libres. Mis padres se habían tomado un descanso de su trabajo y mi hermana nos presentó a su nuevo novio. Dije que iba a presentar un pronto y no dude en pensar en Jun.

Bien, no pensé en él, pero estaría bien hacerlo pagar por lo que me hizo.

Ya con todo aclarado me gustaría disfrutar de Konoha con tranquilidad antes de que las vacaciones terminen y la universidad me consuma de nuevo. Tengo que tener mejor rendimiento el próximo semestre.

[...]

Había dicho a mis padres que me quedaría en casa de una amiga el fin de semana, pero en realidad iba a darme una pequeña escapadita a Konoha. Ya saben, lo normal.

Tenten se había tomado la molestia de recogerme. No había hablado mucho con ella así que nos sirvió para ponernos al día.

—¿Por qué ya no sales con él?

Nos dirigíamos a la entrada de la aldea. Por ser de noche los insectos estaban comenzando a salir y yo hice un gran esfuerzo para no salir corriendo o subirme a la espalda de la kunoichi que me acompañaba.

—Estudia Negocios y se fue de intercambio—respondí—. No me gustan las relaciones a distancia.

Ya pasó bastante tiempo desde que salí con alguien. ¿Por qué nadie quiere a los aspirantes a abogados? Sobre todo cuando son lindos como yo. Se están perdiendo de algo grande.

—¿Y Yuta?—cuestionó mientras retiraba una rama de nuestro camino. Di un gran suspiro.

—Estudia Medicina y creo que sale con una de su carrera—me encogí de hombros—, no me lo ha contado por miedo a que lo golpee. Pero yo lo sé todo así que salió perdiendo; iré a su casa y tendremos una larga charla.

Debido a nuestra platica el camino se hizo más corto de lo que es. La entrada se encontraba a unos cuantos metros y la iluminada Konoha resplandecía en su interior. Recordé que Jun me había contado de lo bien que se la pasaba uno en Suna por la noche. Según él y Kankuro la Suna nocturna es lo mejor.

Ver para creer. No recuerdo que haya sido así unos años atrás.

—¿Y qué hay con Gaara?

La pregunta de Tenten me desconcertó. Ni siquiera yo sabía que 'había' con Gaara. Hablé de ello con Sakura e incluso mi hermana —dije que era un 'hombre mayor' de nuestro mundo, claro— y ambas tuvieron opiniones diferentes.

Sakura dijo que él era mayor y yo demasiado pequeña.

Mi hermana dijo que ya estaba de moda salir con 'no tan' mayores. 'Estamos en Japón, aquí nada es normal'. Pero luego me dijo que estaba estúpida y que primero terminara mi carrera o que saliera con alguien de mi edad.

Conclusión: estoy jodida.

—No lo sé, Gaara es muy... Gaara—comenté, con una mueca de fastidio—. ¿Entiendes?

Tenten asintió, aunque no creo que haya entendido—. Creo que ni siquiera sabe lo que es 'amar de amar'.

—¿Y tú sí?—pregunté con burla—. ¿Te interesa alguien?

Ella solo rio y me tomó de los hombros para seguir caminando.

Iríamos a un restaurante con todos, absolutamente todos los chicos. Sí, también aquellos de Suna. ¿Saben cuánto me tomo convencer a Gaara para que dejara su puesto? ¡Una hora de largos mensajes de texto más mil emojis de carita triste!

Plus: viene con Jun. Otra hora para que pudiera venir también.

Jun me está absorbiendo los pensamientos.

Oh, esta vez Naruto no mandará un clon. Sera realmente él. O eso creemos.

Divise el restaurante y tire del brazo de Tenten para poder llegar. Entramos al local y el olor a comida inundo mis fosas nasales.

—¡Lucy-chan, por acá!

Naruto tiene un leve sonrojo en sus mejillas. El 'agua de arroz' —como dice mi padre— está presente.

—Ya voy, oxigenado.

Y ahí los vi: conversando, riendo. Siendo felices. Sin dilemas de mundos paralelos o de unos padres que están por llegar a casa. Los vi siendo ellos mismos, sin importarles nada a su alrededor o el hecho de que yo no era de su mundo.

Todo era tan familiar. Como aquellos días donde nos sentábamos en el pequeño comedor de mi casa y reíamos de estupideces.

O cuando me metía en problemas y ellos acudían a mi rescate. Siempre pendientes de que estuviera bien.

No eran mis amigos ni mis 'personajes preferidos'. Eran mi familia. Y nuestra conexión estaba más fuerte que nunca.






Conexión. |Naruto Shippuden|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora