Epílogo.

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Me coloqué en posición fetal en el apretado lugar. Las piernas me dolían, pero no podía rendirme. Mis captores estaban afuera y no descansarían hasta encontrarme. Tenía que salir de ahí rápido en un descuido y salvar a los demás.

Me aseguré de que nadie estuviera por los alrededores y salí con precaución mirando a ambos lados. Una vez fuera del horripilante lugar sacudí mi ropa y me acomodé las gafas.

Recorrí con cuidado el bosque. Cerca del claro pude escuchar unas voces; mis compañeros estaban dentro de un horrible circulo dibujado con tiza.

Sentí que algo se acercaba a mí por detrás y eche a correr con toda mi fuerza.

—¡No dejen que llegue!—gritó la persona que me perseguía.

Mis compañeros me alentaban a correr más rápido, así que me barrí como si de un partido de baseball se tratara. Toqué a mis compañeros.

—¡Uno, dos, tres por todos mis amigos y yo!

El juego terminó y mi equipo se llevó la victoria. Estos juegos de las escondidas pueden llegar a ser bastante intensos.

—¡No es justo!—mini oxigenado hizo su aparición—. ¡El equipo de Lucy ganó de nuevo!

—Y ni siquiera es ninja—agregó Sarada con orgullo al ser parte de mí equipo.

—Ya, ya—traté de calmarlos—. Juguemos otro día, pero ahora con más intensidad.

Los niños a mí alrededor asintieron con entusiasmo. Esta nueva generación está llena de sorpresas; sí que quiero a estos niños, pero me pongo a pensar si lograran llenar mi corazón como lo hicieron sus padres.

—¡Bien, hora de ir a casa!

Algunos comenzaron a protestar pero con un par de palmaditas en la cabeza y unos dulces logré convencerlos. Caminé detrás de ellos algunos pasos hasta que sentí esa presencia. Naruto emana algo indescriptible que se puede sentir a kilómetros. O al menos para mí.

Juntarme con ninjas me está afectando.

—Hey, Naruto—saludé al hombre que se acercaba a mí—, ¿no es un clon, cierto?

Él negó.

—¿Qué tal los niños, Lucy-chan?

Caminamos juntos.

—Son unos demonios—comencé, con una sonrisa—, pero los quiero. Aunque creo que voy a terminar con algo roto si sigo jugando, ya perdí el toque.

Naruto colocó su brazo en mis hombros—. Nunca se es demasiado viejo Lucy-chan, mírame a mí—sonrió.

Solté una carcajada. Me encantaba este hombre; el hermano que nunca tuve. Naruto me hacía sentir tan querida y como si fuera parte de su familia.

Bueno, en realidad, todos éramos una familia.

El bosque desapareció detrás de nosotros. No sabía a donde nos dirigíamos, yo solo me deje guiar por aquel que descansaba su brazo en mis hombros.

—Tu graduación es pronto.

—Sí, el tiempo pasa muy rápido.

Estaba a días de graduarme de la universidad. Todos esas noches de desvelo por fin habían dado fruto. Durante estos años pasaron tantas cosas, pero afortunadamente los chicos seguían siendo los mismos, aunque más viejos. No sé si decirles 'chicos' sea aún correcto.

Gaara sigue feliz cuidando su aldea. Buena noticia chicas, sigue totalmente disponible.

Por mi parte, tengo una estable 'relación' con Jun. No sé si somos 'novios' porque no me lo ha pedido pero tenemos 'contacto'. ¡La cara de Sasuke al enterarse fue épica! Me encanta Sasuke, en serio. He pensado en fugarme con él; adiós Sakura y Jun. Bueno, no, pero sería genial. 

—¿Irás a mi graduación, cierto?

Detuve el paso y lo miré. Él hizo lo mismo.

—Estaremos ahí—aseguró—, no tenemos pensado perdernos un día tan importante.

Sonríe, era exactamente lo que quería escuchar.

Todos esas cosas que pasamos juntos era algo que nunca olvidaría. No me arrepiento de nada. Pasamos de un '¿qué hacen aquí?' a una 'conexión' irrompible. Y vaya que se había fortalecido.

  —Gracias.

Gracias, por todo.





☛ ¿Qué hacen aquí?  y ¿Qué hago aquí?  han sido editadas por completo.

☛ Escenas extra, Q&A y especiales se encuentran en el libro Lost Files que ya está disponible.

☛ Fichas de mis personajes próximamente.







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