Me Dejaste Ir (Primera temporada)

Capitulo 41 "Quiero conocer a Alex"

Narra Ana:

Al ver a Emily parada en la puerta, haciéndome preguntas las cuales no le incumben, me disguste mucho, tanto que le voltee la cara, y empecé a recoger las plumas que habían en el piso, Martín se levanto y comenzó a hacer lo mismo, mientras que Emily seguía parada en la puerta, yo no le hablaba y Martín menos, el solo me miraba, mientras que yo continuaba limpiando, ya después de haber recogido la mitad de las plumas, fui al baño junto con Martín a botarlas y saque del armario unas nuevas, al salir del baño ya no estaba Emily sentí un gran alivio, realmente no la quiero ver ni en pintura, la quiero lejos de mi, hasta que perdone su falta de desconfianza.

- ¿No crees haber sido un poco dura con ella?

- No, se lo merece por preferir a su novio que a mi

- ¿No sera que estas celosa por eso?

- No, solo tengo rabia, cuando se me pase te prometo que hablare con ella pero por ahora no, me entiendes?

- Esta bien hermosa- Le sonreí como pude a Martín-

Nos acostamos a dormir al rededor de las 11:30pm estábamos súper cansados, lo bueno era que estábamos de vacaciones, eso me alegraba, ya que no e sentía lo suficientemente bien para regresar a la universidad, después de dar un par de vueltas en la cama me quede profundamente dormida.

Narra Emily:

Ana me hizo sentir supremamente mal, ya que entre a su habitación haciéndole una simple pregunta y tan solo me ignoro, me respondió primero la pared que ella, y eso me dolió mucho, yo se que estuvo mal lo que hice, pero tampoco me merezco que me ignore..... ok me lo merezco, pero me hizo sentir muy mal, tanto que termine llorando en mi cama, jamás pensé que ella se enfadaría tanto conmigo, la próxima vez, tendré que hacer bien las cosas para que ella no se enoje conmigo, pero algo raro que había era que Martín estaba acá y no se porque, lo que tengo entendido es que el vive en la hacienda, de seguro, al morir Lucrecia, el padre de Ana lo hecho de la hacienda, eso significa que vivirá con nosotras, no me molesta para nada, el hace a Ana feliz y con eso me basta, solo espero, que no tengan tantas peleas, porque no los quiero ver separados, y menos lastimados, de tanto pensar, caí en brazos de Morfeo.

Narra Ana:

Me levante un poco adormilada, había tenido una mala noche, ya que casi no duermo, de pensar en Emily y que estuvo en el hospital, tengo miedo de que halla perdido el bebe, me siento una pésima mejor amiga, pero lo que Emily hizo no fue justo, pero tengo que entenderla, tal vez estaba muy mal y no pudo llamarme, pero se que detrás de todo esto, esta Nicolás, desde que Emily me dijo que el estaba raro con ella, todo lo malo, pienso que tiene que estar el metido, después hablare con Emily y hare que me explique todo, pero por ahora sigo muy enojada y prefiero que ella venga y me explique todo con claridad, mire al otro lado de l cama, hay se encontraba Martín durmiendo como un bebé, me quede mirándolo, el respiraba tan tranquilo, todavía se veía aquella cicatriz que le hice cuando lo tumbe del mueble, sonreí inocentemente acordándome de ese día, en el que le hice daño solo porque fui una odiosa e inmadura niña, que solo quería librarse de su hermanastro del cual termino enamorada, otra sonrisa me salió al recordar todos esos momentos, no entiendo como sigue sonriendo después de la muerte de su madre, yo se que el le duele pero no lo quiere admitir, es igual que yo, que oculta sus sentimientos, he pensado mucho, en ir a la hacienda, a ver a mi hermano, puede que esa señora me halla tratado mal, pero al final se dio cuenta de sus errores, me entere de todo lo que le dijo a Martín antes de morir, me hubiera gustado decirle que la perdonaba, pero no pude, pero ya fui a su tumba y le dije todo lo que le tenia que decir, siento, que Martín poco a poco se esta despertando, hasta que por fin abre los ojos y me mira con una tierna sonrisa, aun no puedo creer que vayamos a París, estoy muy feliz por eso.

- Buenos días princesa- Martín se levanta y me da un largo beso, al cual yo le correspondí, nos quedamos mirándonos por un largo tiempo, el siempre lograba ponerme muy nerviosa.......... o quizás bastante nerviosa-

- ¿Qué tal dormirse? - Me sonrió travieso, lo cual me hizo salir una gran carcajada-

- Mejor no he podido dormir- Me dijo esto, para después abrazarme muy fuerte y hacer que ambos cayéramos a la cama, solté un carcajada y el hizo exactamente lo mismo, hasta que decidí acercarme mas y darle un largo beso-

- Martín necesito que me ayudes a ir a la hacienda- Martín se quito de encima mío, mientras me miraba raro-

- ¿Porqué razón quieres ir a la hacienda?

- Quiero conocer a Alex- Martín me miro sorprendido-

- Tu me estas hablando enserio Ana?

- Si, creo- Martín me sonrió y me abrazo muy fuerte-

Después de tantos abrazos y besos por parte de Martín, entre al baño, para bañarme, dure como una hora, ya que me estaba pensando eso de ir a la hacienda de mi papá, si es que así se le puede llamar, al salir del baño, me coloque a buscar la ropa en mi gran armario, mientras miraba la gran vista que tenia de California, al final escogí una blusa que me llegaba arriba del ombligo junto con un short y me coloque mis convers rosados, salí del baño desenredando mi cabellera rubia, vi a Martín acostado, con apenas un jean y sin camisa, se veía tan guapo.

- Pensé que te habías ido por el baño-reí por su comentario tan estúpido-

- Pero que tonto, solo que me gusta mucho el agua caliente y no me di cuenta cuanto me demore- El solo me sonrió, mientras se levantaba y me daba un beso en la frente, para después irse para el baño, yo termine de peinar mi cabello, y comencé a listar mi bolso, ya estando lista, espere a que Martín saliera del baño, para irnos, hasta que después de unos 20 minutos, por fin salió, se puso la camisa y salimos del apartamento ignorando la presencia de Emily, nos subimos al carro, estaba muy nerviosa, no quería ver a mi padre, solo quería ver a Alex, pero si me tocaba verlo, simplemente lo ignoraría, el camino se hacia mas corto y mis nervios aumentaban con cada kilometro que pasábamos-

Hasta que ya no había carretera, si no puros arboles y vegetación, lo cual me ponía más nerviosa porque sabia, que faltaba muy poco para llegar a la hacienda, empezaba a reconocer cada lugar del que pasábamos, hasta que Martín giro a la derecha, hay se podia ver la gran hacienda, muy hermosa por cierto, estaba con decoraciones de navidad, al entrar la puerta se abrió sola, Martín dio un fuerte apretón a mi mano, yo solo lo mire y le dije que estaba segura, estaciono el auto y nos bajamos, para luego entrar............