El encuentro

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Capitulo 8:

Salí demi casa y fui corriendo hasta el árbol, él estaba esperándome de pie justo donde habíamos acordado, cuando lo vi empecé a caminar, no quería estar agitada al saludarlo, no me vio llegar y lo sorprendí por la espalda, se sobresaltó al verme y me sonrió.

Nos saludamos con un beso en la mejilla que hizo que mi cara enrojeciera, tomo de mi mano y nos sentamos frente a frente bajo la sombra del gran árbol.

Me miraba atentamente como esperando a que empezara la conversación, mire en dirección a unos niños que jugaban cerca admirando la simpleza con la que salían sus risas y por un momento quise olvidar toda la vergüenza e ir a jugar con ellos.

Yo: Bueno aquí estamos.

Gabriel: Gracias por aceptar verte conmigo.

Yo: Es un placer poder conversar contigo.

De verdad era un placer hablar con él, por primera vez podía estar con un chico que no miraba mis pechos mientras hablaba y me miraba a los ojos.

Gabriel: y bueno, cuéntame de ti.

Yo: mmm, no sabría por dónde partir, digamos que soy una persona normal, con una vida aburrida, que disfruta de pequeñas cosas tales como comer chocolate y ver películas.  

Gabriel: ¿cuáles son tus películas favoritas?

Yo: me encantan las de terror ¿y a ti? Gabriel: Podríamos decir que soy un estúpido romántico.

Era encantador, me miraba tan profundamente e inundaba mi ser con su dulzura, verlo ahora era como estar mirando a alguien totalmente diferente a la persona que era en la mañana, sus ojos parecían sinceros, con un brillo especial que lo hacía parecer un niño pequeño, se notaba tímido y aun así era enormemente seductor.

Yo: ¿Por qué un día viernes?, ¿Por qué ahora?

Gabriel: ¿De qué hablas?

Yo: ¿Por qué decidiste llegar al colegio hoy, un día viernes y no antes, no a principios de año?

Gabriel: Por múltiples problemas familiares.

Su sonrisa ya no era la misma, seguía ahí en su rostro pero ya no era real, obviamente no quería responder mi pregunta, pero cada vez tenía más preguntas inundando mi mente, ¿Qué sabía yo de el? Que se llamaba Gabriel, que le gustaban las películas románticas y que tenía la mirada más hermosa del universo, claramente yo no era nadie para exigirle una respuesta y mis miedos de la mañana volvieron a hacerse presentes, su mirada volvía a ser fría como antes y de nuevo trataban de ocultar algo que yo pensaba debía ser muy doloroso para él. Decidí cambiar el tema antes que se molestara y se fuera.

Yo: ¿te ha gustado el colegio?

Gabriel: No puedo quejarme, la gente parece ser simpática y los profesores buena gente.

Yo: si quieres puedo ayudarte con las materias para que te pongas a corriente.

Gabriel: Claro me encantaría, ¿podrías ir un día a mi casa? Estudiaríamos y podríamos ver una película.

Mi estómago se llenó de mariposas y bichos extraños que me hacían sonreír contra mi voluntad, unos minutos hablando con él y ya me había invitado a su casa, en ese momento fui lo suficientemente estúpida para aceptar su invitación, fui lo suficientemente estúpida para creer en sus palabras de niño bueno.

Yo: me encantaría, llámame cuando quieras que valla y ahí estaré.

Listo, un par de minutos y ya había caído presa en sus redes, en los minutos posteriores nos despedimos, el prometió llamarme para ver cuando podíamos juntarnos y asi seguir conociéndonos. Me dio un beso largo en la mejilla que me dejo atontada y se marchó lentamente dejándome ahí encerrada en mis pensamientos.  

Mi amiga la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora