capítulo cuatro:

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04

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04.| ¿por qué hay sangre en el suelo alrededor del portal?


      Pietro y Barry habían estado fuera por una buena hora después que ellos establecieran que harían una carrera para averiguar quién era el más rápido. Cisco era el único que realmente quería estar allí para presenciar el evento, porque Maysilee sabía que ambos seguramente empatarían, o uno de ellos ganaría y el otro se comportaría como un niño. Por lo que prefirió quedarse en los laboratorios S.T.A.R. con Caitlin, y la mujer le había conseguido un par de prendas.

      Ella le entregó un outfit del período que ella llamaba "cuando era una loca estudiante". Maysilee rió ante su comentario y notó que consistía en una camiseta sin mangas de color marrón, shorts de jean negros, una camisa a cuadros el una combinación de grises, blancos y negros, y un par de Converse blancas. Maysilee se encontraba feliz con la elección de prendas y ella rápidamente se las colocó, sosteniendo su cabello en un moño desordenado, sin importarle cómo lucía.

      Para el momento en que terminó de cambiarse, Pietro y Barry habían vuelto al laboratorio, ambos lucían sin aliento. Sudor escapaba de la frente de Pietro, al igual que de la de Barry. Ellos se empujaban el uno al otro e intercambiaban comentarios, y ella juró que incluso escuchó a Pietro reír. Pero una vez que los ojos de Pietro aterrizaron en ella, se detuvo. Él miró a la cambia–formas, sus ojos viajando por su cuerpo, los sentimientos que tenía por ella juntándose y bailando juntos.

      Cuando Barry le miró, su sonrisa cayó. Algo comenzó a crecer en su estómago mientras le miraba y él apretó la mandíbula. No sabía qué era lo que le hacía sentir nervioso alrededor de ella. Creía que ella lucía hermosa, a pesar que no supiera por completo quién era. Ella le miró y le sonrió, él dudó antes que una sonrisa surgiera de sus labios.

      —Entonces, ¿cómo estuvo la carrera? Lucen exhaustos—, mencionó ella mientras caminaba hacia el gran escritorio y se subió, sentándose en el borde. Barry y Pietro le siguieron con la mirada, ante de intercambiar una mirada entre ellos.

      —Uh, sí—, balbuceó Pietro.

      —La carrera fue, uhm—, vaciló Barry y Maysilee alzó una ceja.

      — ¿Se sienten bien?—, preguntó —. Están actuando algo raro.

      —Oh, no—, negó Barry —. Nada... no pasa nada.

      —Sí, nada—, asintió Pietro y miró al otro velocista antes de volver a mirar a Maysilee —. Empatamos. Fue una carrera justa. Ninguno de los dos se tropezó con el otro.

      Maysilee y Caitlin miraron a Cisco, quién asintió —. Pietro dice la verdad. Tuvieron un buen comienzo y llegaron a la línea final al mismo tiempo. Son iguales en cuestión de velocidad. Claro que al final, ambos tropezaron y cayeron. Pietro estaba maldiciendo en un lenguaje que no pude descifrar--.

      —Sokoviano—, informó Maysilee y Cisco asintió.

      —Está bien, sokoviano—, mencionó Cisco con una sonrisa antes de continuar —. Barry reía mientras Pietro maldecía, y luego, él dijo tu nombre por alguna razón y siguió maldiciendo.

      Maysilee rió —. Eso es porque le dije que cuando corriera contra otro velocista, él terminaría cayendo al final. Tuvimos una discusión sobre eso de unos veinte minutos—, se giró a Pietro —. Y adivina quién tenía razón, como siempre.

      —Oh, cállate, May—, masculló Pietro, antes de mirar por segunda vez su vestimenta —. ¿De dónde sacaste la ropa?

      — ¡Oh!—, exclamó, bajando su mirada y escondiendo sus manos a los bolsillos —. Caitlin me la dio. Ya que vamos a estar aquí por un rato, será mejor que nos cambiemos la ropa—, miró a Barr, y luego, de nuevo a Pietro —. Asumiendo que tu masa muscular no entrará en la ropa de Barry, creo que deberíamos salir y comprarte algo.

      — ¿Tienes dinero?—, preguntó Pietro.

      —Mmhmm—, respondió, sacando su billetera del bolsillo —. Aparentemente cuando desperté y me estaba cambiando, mi billetera estaba en el bolsillo trasero de mis jeans. Tengo una cantidad decente de dinero. Creo que podemos ir y comprarte algo lindo.

      —Bien—, sonrió Pietro y ella le devolvió el gesto. Barry les observó antes de mirar a Caitlin. De repente, sonó un alto y molesto sonido de beep. Maysilee se dio la vuelta hacia la pila de su vieja ropa y levantó una ceja —. ¿Qué es, May?

      Ella caminó lentamente hasta la pila de ropa y se encogió de hombros —. No lo sé—, cuando llegó, revolvió hasta que encuentró el auricular que estaba utilizando antes de cruzar el portal. Abrió los ojos, observándolo, antes de presionar el botón de un costado y colocarlo dentro de su oreja —. ¿Hola?

      — ¡Maysilee! ¡Gracias a Dios!—, la voz de Natasha hizo eco a través del auricular y Maysilee sonrió mientras cerraba los ojos, aliviada de escuchar la voz de su mejor amiga —. ¿Dónde estás? ¿Pietro está contigo?

      — ¿POR QUÉ DIABLOS HAY SANGRE EN EL SUELO ALREDEDOR DEL PORTAL?—, la voz de Clint sonaba en el fondo y Maysilee soltó una pequeña risa —. ¡NO TE RÍAS, ESTO ES SERIO!

      —Sí, corazón, esto es serio—, instó Natasha, la preocupación enlazada en su voz —. ¿Ustedes dos estan bien?

      —Sí, estamos bien—, aseguró Maysilee cuando Pietro se le unió, mientras los otros tres les observaban —. ¿Cuándo volvieron a la torre?

      —Hace media hora—, contestó Natasha —. Estábamos intentando localizarlos. Cuando no los encontramos en la habitación segura, Tony pensó que Pietro corrió contigo hacia otro lugar. Nos fijamos en la sede de S.H.I.E.L.D., solo para darnos cuenta que no estaban allí. ¿Dónde están los dos exactamente?

      Maysilee miró a Caitlin y a los demás, presionando los labios antes de responder —. Es una larga historia.

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