capítulo doce:

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12.| ¿parezco un maldito GPS?


      El viento elevaba su cabello detrás de sus hombros mientras bajaba de la camioneta, y sus ojos observaron el área. Maysilee miró por sobre su hombro para ver a Pietro y Barry tomarse su tiempo para salir. Ella les observó atenta por unos segundos antes de girar la cabeza y enfocarse en el lugar, buscando cualquier señal de dónde había aterrizado. Inhaló profundamente antes de comenzar a caminar.

      Pietro miró a la chica con orejas puntiagudas y presionó sus labios en una fina línea. No podía evitar querer correr hacia ella y besarla. Ella tenía ese efecto sobre las personas, y ni siquiera lo sabía. Su sentido del humor y la forma en que le importaba lo que pensaran sobre ella. Quería protegerla, incluso aunque ella pudiera protegerse a sí misma. Era fuerte a su propia manera, y no podía soportar ser una damisela en peligro.

      El velocista de pelo plateado miró a Barry antes de dar unos pasos hacia delante. Caitlin miró de reojo al velocista escarlata, quién trabajaba en algo junto con Cisco, antes de que sus ojos volvieran a divagar hacia la cambia-formas. La observó, reparando en sus orejas puntiagudas con admiración. No las había notado antes, y se preguntó si era parte de su genética. Parte de quién era.

      La científica se apresuró para acercárcele, aminorando un poco el ritmo para no lucir como si necesitara estar a su lado. Caitlin arrastró sus manos contra sus pantalones antes de mirar a la cambia-formas, quién observaba el área como un halcón.

      Maysilee la miró después de un momento —. Me estás observando—, mencionó y Caitlin soltó una risa nerviosa —. Te estás preguntando por mis orejas, te tomó bastante tiempo. Suele ser la primera pregunta que recibo—, le dedicó una pequeña sonrisa —. Sí, son parte de mi genética. No, no soy un elfo. Todos los cambia-formas (sí, hay más además de mí), tienen algo diferente. Mi amiga, Raven, en su verdadera forma es azul. Sus ojos son dorados, y su cabello rojo. Es hermosa.

      — ¿Esta es tu verdadera forma? ¿Al cien por ciento?—, cuestionó Caitlin.

      Maysilee asintió —. Sí. Hay veces que mi piel brilla, pero depende de la luz. En luz natural, se luce más. No sé por qué no soy una bola de disco humana ahora. Debería ser la cosa más cegadora de aquí.

      Caitlin asintió a la cambia-formas antes de mirar el área. Inhaló profundamente y Maysilee lo notó. La mutante la miró antes de volver al espacio vacante frente a ellas. Caitlin miró por sobre su hombro a Barry y Pietro, antes de volver a mirar a Maysilee.

      —Tienes sentimientos por él—, soltó Caitlin, provocando que Maysilee se girara para mirarla —. Ambos de ellos. Tienes sentimientos por ambos.

      Maysilee miró de reojo a Pietro y Barry, observando cómo ambos hablaban de forma casual el uno con el otro. Podía escuchar los comentarios que disparaba Pietro hacia Barry, preguntando si él parecía como un GPS. Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Maysilee antes de volver a mirar a Caitlin. Asintió antes de volver a desviar la mirada.

      —Es cierto. Pero no puedo permitírmelo—, espetó Maysilee —. Si me permito sentir algo por ambos, se pondrán en mi camino. Mis sentimientos por ellos nublarán mi juicio, y todos saldrán heridos. No lo permitiré. No puedo.

      —Está bien amarles—, aseguró Caitlin —. Si no lo haces, solo lo lamentarás a la larga.

      —Supongo—, suspiró Maysilee. De repente, el sonido de su sistema de comunicación hizo eco, y ella presionó el botón para contestar. Arrojó su cabello por detrás de su hombro —. Oye, ¿qué pasa?

      — ¿Qué pasa?—, repitió Clint —. ¿Ese es tu saludo?

      —Sí—, Maysilee se encogió de hombros.

      Clint suspiró —. Está bien. Entonces, ¿cómo están tú y el chico?

      —Bien—, respondió ella —. Estamos en el lugar donde llegamos a éste mundo.

      —Bien. Esa es la señal para Bruce—, mencionó Clint y se escuchó de fondo al grupo moviendo el micrófono. Ella rodó los ojos.

      —Maysilee, ¿estás ahí?—, llamó Bruce.

      —Justo como lo estaba tres segundos atrás.

      —Es bueno ver que no estás de malas—, bromeó Bruce —. Ahora, ¿ves algo? ¿Un rastro de algo que pueda probar que ustedes estuvieron allí?

      Maysilee miró alrededor —. ¿Por qué no podías programarlo para crear algún increíble diseño en el suelo como lo hace Thor? Eso haría todo mucho más fácil.

      —Pensaré en eso la próxima vez—, prometió Bruce —. Debería haber una sintonía de energía en algún lado. ¿Tienes el equipo?

      Maysilee miró a Caitlin de reojo antes de dirigir su mirada hacia Cisco y el resto. Los tres sostenían aparatos y los apuntaban hacia distintos puntos —. Sí. Eso creo.

      —Bien. Utilícenlos para buscar y, cuando encuentren la sintonía, vuelvan a llamarme—, ordenó Bruce.

      — ¿Qué pasa si no podemos encontrar uno?—, inquirió Maysilee.

      —Deberán hacerlo—, sentenció Bruce —. De lo contrario, están atrapados.

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