capítulo ocho:

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08

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08.| ¿siempre sales herida?


      Después de dejar el salón principal, Maysilee se dirigió hacia otro laboratorio donde Caitlin había dicho que habían vendajes y otros suministros médicos. Gracias a su vida con los Vengadores y ser siempre curada por la doctora Cho, tenía una idea de cómo cambiar vendajes y limpiar heridas. Claro que era mejor cuando se lo hacía a sí misma y no a otros, porque ella prefería matarse accidentalmente en lugar de a uno de sus amigos.

      Una vez en el laboratorio, se dirigió a los gabinetes y abrió cada uno hasta encontrar el que contenía los antibióticos y otros suplementos médicos. Múltiples ideas comenzaron a correr por su mente y ella sacudió la cabeza. Cerró el gabinete, llevándose una botella de desinfectante y un par de vendas, antes de caminar hacia la mesa en la habitación. Miró ambos elementos antes de levantar su remera por sobre su cabeza y dejarla sobre la mesa. Se miró al espejo, observando con atención su herida.

      Inhaló profundamente, recordando cuando el hombre en amarillo, quién Caitlin y Cisco explicaron que era su viejo jefe, el doctor Harrison Wells, la apuñaló. Llevó su mano a su herida, y colocó sus dedos sobre ella antes de soltar un quejido brusco. Sacudió la cabeza, notando un ligero matiz de irritación y un par de moretones a su alrededor. Removió la venda lentamente, podía ver que había un poco de sangre seca y un tajo que bajaba por su estómago. Definitivamente dejaría una cicatriz.

      Mientras observaba la herida, Barry estaba parado en la entrada. Él la miró por un par de segundos, sus labios separándose. No quería mirarla cuando no estaba vestida por completo, pero aún así no pudo evitarlo. Al salir de su aturdimiento, estampó sus nudillos contra la puerta para anunciar su llegada, y la chica le brindó una pequeña sonrisa. Él bajó su mirada momentáneamente a la herida en su estómago antes de volver a mirarle a los ojos.

      — ¿Necesitas...? Uhm... ¿necesitas ayuda?—, ofreció Barry —. Caitlin y Cisco me han ayudado unas cuántas veces con mis propias heridas y yo, uh, estoy seguro que podría... uhm, ayudarte... puede que no sea lo mejor, pero puedo intentar.

      Ella asintió —. Claro.

      Barry finalmente entró a la habitación. Señaló la cama para que la castaña se sentara, y ella así lo hizo. Maysilee enderezó su espalda cuando él comenzó a limpiar la herida, tensándose y tornándose rígida. El velocista la miró de reojo, y aclaró su garganta al sentir una vergonzosa tensión crecer entre ellos. E intentó acabar con ella.

      — ¿Siempre sales herida en tu mundo?

      —Uh, sí. Pero soy como Steve. Él tiene un metabolismo acelerado que lo hace curarse más rápido que a los demás. Gracias a mi gen mutante, también poseó una curación rápida. Cortes pequeños y moretones son solo un par de horas, mientras que una herida como ésta toma dos o tres días—, explicó —. ¿Qué hay de ti? ¿Siempre sales herido?

      —Teniendo en cuenta que parece que soy el único súper héroe en esta ciudad... sí—, admitió Barry y ella asintió.

      Barry buscó las vendas antes de colocar el paño. Comenzó a aplicar las vendas con suavidad, y ella observó sus manos. Sus manos acariciaban la piel de su estómago con sumo cuidado. Podía sentir algo dentro de ella moverse mientras él presionaba sus dedos alredor de su torso con cuidado. Sus ojos derivaron hacia los de él, reparando en su ligero ceño fruncido en concentration y sus delgados labios presionados en una línea.

      Cuando él terminó, ella salió de su pequeño trance y pasó sus dedos por entre su cabello al levantarse. Barry le sonrió, yendo a juntar los suministros médicos, pero se detuvo cuando Maysilee posó su mano sobre las de él. Barry miró sus manos antes de mirarle. El chico de 6'2 mirando a la chica de 5'6.

      La chica levantó su mano para colocarla sobre su mejilla, respirando con lentitud y profundidad. No sabía lo que que estaba haciendo, hasta que sus labios se encontraron con los de él. Barry estaba algo pasmado, pero sus manos se posaron sobre su cintura y ella se acercó más a él. Sus labios se movían con un suave ritmo, y sus dedos se enredaron en su cabello.

      Maysilee se separó de él por unos meros segundos, pero no retrocedió. Los labios de ambos aún se encontraban a centímetros, y sus ojos permanecían sobre los de él. Sus miradas volvieron a encontrarse, antes de que Barry se acercara y presionara sus labios contra los de ella. Ella tropezó hacia atrás, dando con la cama en el cuarto, y Maysilee se arrojó sobre ella. Las piernas de la mutante rodearon la cintura del velocista, y una de sus manos acarició sus muslos.

      Después de besarse por un rato más, se separaron. Se miraron el uno al otro antes de que Maysilee aclarara su garganta. Barry pasó sus dedos por su cabello antes de dar un paso hacia atrás para bajar de la cama. Ella le miró y le sonrió incómoda antes de salir de la habitación. Una vez fuera, caminó por el pasillo por unos segundos antes de presionar su espalda contra la pared.

      Echó su cabeza hacia atrás y miró el techo antes de presionar sus dedos sobre sus labios. Miró por el pasillo hasta encontrarse con Barry, saliendo de la habitación, y caminando en la dirección contraria. Una pequeña sonrisa se expandió en el rostro de ella antes de volver a caminar en dirección a los laboratorios.

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