Intercambio | T2 | Sebastián Villalobos

| C A P I T U L O 1 2 | [X X X ]

Narra ______

No sé qué haré con Sebastián, esta semana a su lado ha sido magnífica, pero es hora de partir y no sé cómo decirle que me alejaré de él nuevamente. Estoy a 12 horas de partir, solo eso, solo eso.
No quiero que vuelva a suceder lo mismo, no quiero fallarle de nuevo, perderlo y que otra persona se encargue de hacer lo que yo puedo hacer de la mejor manera.

—Es mejor irnos así— le dije a Paola
—No, no haremos eso, haremos las cosas bien ______— me jaló del brazo, arrastrándome por todo el pasillo en contra de mi voluntad
—No, Paola basta— intente sacarme de su agarre —Paola para—
—No, iremos a casa de Sebastián y le dirás todo— tomo las llaves del coche que Selena le había prestado. Me arrastro por todo el pasillo hasta llegar al vehículo y meterme de una manera bastante inhumana
—Babosa— le dije una vez que puso el coche en marcha
—No, babosa tu joder—
—No sé que mierda le diré Villalobos— agarre mi cabello con fuerza, quería arrancarlo y quedar pelona
—Pues... "Sebastián regresare a España a terminar la carrera, volveré pronto, te amo demasiado y perdón por decírtelo hoy que es tarde, pero no sabia como decirlo"— Hablo mi amiga imitando mi voz
—Yo no hablo así— solté una carcajada
—No lo sé, improvisa—

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—Nosotros nos iremos abajo— dijo Ruiz
—Estamos abajo, estupido— hablo Paola, riendo por la idiotez de Mario
-Nosotros iremos a mi habitación— Sebastián me tomo de la mano y me guió hasta la habitación
—Necesito decirte algo— me senté en la cama
—Y si mejor hacemos otra cosa— se sentó a mi lado y beso mi cuello
—Primero quiero decirte algo— intente quitarlo pero fue algo imposible.
Sus manos se habían posicionado en mis piernas, me tumbo en la cama, quedando el como el dominante de la escena.
No quería separarme de él, por lo que aprovecharía este momento.

Quito mi ropa de una manera tan rápida, como si tuviera la necesidad de hacerlo ya. Comencé a desembotar su playera, una vez hecho eso pase mis manos por todo su abdomen, note que habían pasado más horas en el gimnasio y que sus entradas se habían marcado aún más. Una escena de erotismo paso por mi mente, donde yo le untaba un poco de aceite en ese marcado torso, cerré los ojos ante eso.

Tomó mis manos y las llevo arriba de mi cabeza, tomándolas ahí con una de sus manos, privándome de tocarle. Deposito un beso en mi frente, bajando con húmedos besos hasta mi cuello, sentía una corriente por todo mi ser, el cuello siempre ha sido mi gran debilidad, quería tomarle por los hombros e invitarle a que continuará torturandome de esa manera tan deliciosa.

La posición se había invertido, quede arriba de él, dominando el momento, sintiéndome la estelar de la escena. Me acerqué a sus labios y comencé a besarlo con lentitud, tocaba su cabellera oscura mientras él me tomaba por la cintura, tratando de pegarme más a su anatomía. Me enderecé, mirándolo fijamente, morí mi labio inferior peligrosa; moví mis caderas de adelante para atrás, en círculos, frotando mi zona íntima con el gran bulto que su pene había formado en su pantalón chantal. El placer se había apoderado de mi rostro, había entrado en un momento de lujuria, donde lo único que me importaba era disfrutar.