Absence

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Sara

-Brilla por su ausencia...-hablé en voz alta, aunque debería de haber sido un pensamiento.

-¿El qué?-me preguntó Daniel.

-Emm... Una persona a la que echo de menos...-susurré.

-Ohhh... ¿Y quién es?

-Alguien que decidí olvidar.

-Cosa que no puedes hacer porque a cada momento te veo suspirando por él o ella.

-Cierra el pico-espeté frustrada.

El soltó una carcajada y me abrazó. Abrazos... Los mejores me los daba él, y me encantaban...
Tomé mi móvil nuevo y miré los mensajes. Después de que me robaran una mochila con todas mis pertenencias había sido obligada a comprar otro, pero no contaba con perder los números de Mo y los demás, por lo tanto, estoy completamente incomunicada con mis amigos de Japón.

-Oye otaku-miré a mi primo.

-Dime.

-Tu madre llamó preguntando cómo estabas, le dijimos que estás muy bien y colgó.

-Ahg... Siempre tan seca-reí.

-¿Mañana te apetece ir al Loro Parque?

-Prefiero ir al Siam Park y luego al Siam Mall-me miró mal.

-¡Estamos en invierno! ¡No es para ir a un parque acuático y luego a un centro comercial cercano!

-Jopeta...

-En verano iremos, fijo.

-¿Tengo que esperar hasta el verano? ¡No es justo!-hice pucheros.

-Pues así es, primita del alma querida-lo miré mal y le di un par de golpes en el hombro-¡Vale, vale!

-Por malvado, hm-seguí comportándome como una niña pequeña.

-Auch...-se quejó acariciando se el hombro-Tienes más fuerza...

-Obvio, no seré eternamente una chiquilla.

-Eso lo sé.

Miré el mando de la televisión con la mirada perdida, pensando en mi rubio.

-Lo extraño... Y muchísimo.

-¿Hmm?-miré a mi primo.

-Dani... Te mentí cuando dije que no me gustaba nadie...

-¿Qué? ¿Entonces sí que te gusta alguien?-asentí.

-El Idol súper famoso en Japón, Kise Ryouta-estiré mis brazos.

A Dani casi le da un paro cardiaco.

-¡Su puta madre!

-¡Ehh!-le reprochó Macarena.

-Perdón Má...-se disculpó Dani-¿En serio te gusta un Idol?-asentí.

-Era mi mejor amigo... Nunca se dio cuenta de que lo amaba, y al no hacerlo, se enamoró d entra y se hizo su novio. Ahora espero que a ambos les vaya bien, y yo espero olvidarlo algún día, dar el siguiente paso y enamorarme de alguien más. Porque al fin y al cabo, no todos tienen la suerte de tener un amor correspondido-miré a mi primo y le sonreí.

-O quizás es dejar que el tiempo pase y se de cuenta.

-Cuando lo haga, estoy segura que dejaré de amarlo.

-Yo digo que no. Está muy clavado en ti como para que se vaya de tu cabecita. Es una locura de amor, profundo y eterno, que nunca se apagará. Solo espera y no lo olvides, si quieres olvida que lo amas, pero nunca lo olvides a él. Es tu mejor amigo de todas formas-asentí poco convencida.

¿Le haré caso? ¿Será mejor? Total, no me queda mucho que intentar, puesto que soy consciente de que nunca lo olvidaré al completo.

Volví encender mi móvil, pero esta vez entré en la galería y miré las múltiples fotos que me había sacado con él. Su cabello rubio, sus ojos dorados, su tez bronceada, su voz, sus brazos, su cuerpo... ¿Por qué lo añoro tanto? Me encantaría regresar y abrazarlo con una fuerza asfixiante, besarlo, aunque no sea correspondida y dejarme envolver por sus fuertes y musculosos brazos.

-Tienes razón. Mi amor nunca se apagará, y si lo hace será cuando fallezca...-admití embobada por la hermosura del ángel caído que se había convertido en mi amigo. Apreté mi móvil y me levanté del sofá-Tengo que regresar sea como sea. No puedo dejar las cosas así.

-¿Por qué no?-miré a mi primo.

-No sé si rompí nuestra amistad al marcharme, no sé si me sigue considerando su mejor amiga, y eso debo aclararlo. Tampoco puedo vivir eternamente en silencio, debo declararme y al diablo con lo que pase a continuación.

-¡Esa es mi primita!-exclamó.

Después de este año y medio lejos de Japón, casi se podría decir que he perdido muchas de mis facultades y de lo que me hacía casi igual a los japoneses japoneses, ya que yo soy una mezcla. He perdido mi sonrisa, el brillo en mis ojos, mi piel casi blanca y por supuesto, la alegría. Y eso sólo me lo podrá devolver ese fantástico país en el que por primera vez me sentí viva, al lado de Kise. Kise me daba esas energías y me daba la vida.

-¡Tía! Avisa a mi madre, dile que regresaré a Japón con el dinero que me prestó.

<<Saricchi>> [KnB - Kise Ryouta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora