<<Saricchi>> [KnB - Kise Ryouta]

Brilliant✨ and devilish😈 he

Tres días de tormenta eran los que habían pasado para que se reanudaran las clases.

Tomé el uniforme negro de Kodaira y me lo puse, más tarde, cogí el bolso en donde llevaba el estuche y los libros.

—Mamá, ya me voy.

—Vale, nos vemos luego—me miró.

Me coloqué los cascos en la cabeza y los conecté al móvil. Luego, salí de casa cerrando la puerta tras poner música a casi todo volumen.

Empecé a andar tranquilamente mientras me metía en mi mundo. Miré los WhatsApp del grupo en el que estaban mis amigos de mi país natal. Sonreí al leer sus bromas y sus fichas hacia los demás. Si es que... Estos chicos te animan, aunque este buen humor se me irá cuando llegue a clases.

Por el camino me encontré con una pareja de estudiantes mayores que yo que se dirigían al mismo sitio.

Llegué diez minutos antes de que sonara el timbre, como siempre. Caminé hasta mi aula y allí me senté en mi sitio.

—Buenos días—me saludó una chica pelirroja-anaranjada y de ojos carmesí.

—Buenos días Lisara.

—¿Has visto esta mañana al profesor de Física y Química?—negué con la cabeza.

—A quien vi fue a la de Lengua—Lisara bufó.

—Últimamente ha estado de muy mal humor y la carga con nosotros—asentí repetidas veces.

—A ver si hoy está de buenas, si no a la hoguera.

—Haré un grupo para mandarla inmediatamente ahí—bromeamos.

—Oye, siéntate aquí—señale la mesa de mi lado—Dudo mucho que alguien quiera ponerse ahí—reí.

Ella me sonrió y se sentó a mi lado.

Seguimos un par de minutos hablando hasta que tocó el timbre y el profesor entró al aula. Desde ese momento empezamos la explicación y no volvimos a hablar hasta el cambio de hora.

—¿Tienes planes para hoy?—me preguntó.

—Tenía pensado ir a Kaijo.

—¿A Kaijo?

—Sí, para visitar a un amigo—sonreí internamente.

—Oh... Es que quería ir contigo a Tōō—dijo apenada.

Sería bueno ir a ver a Momoi y a Aomine.

—¿Te parece si vamos mañana? No creo que desaparezca de un día para otro.

—Vale, entonces mañana—me sonrió.

~ ~

Al fin tocó el timbre de salida. Recogí mis cosas, me recogí el pelo en un pompón y salí a toda bala hacia la estación.

Me subí al tren y espere. Al llegar a Kaijo, corrí hasta el instituto esperando que Kise estuviera entrenando en el gimnasio. No me equivocaba con esa suposición. Me senté en un banquillo junto con algunos jugadores y comencé a mirar como jugaban.

—Ay no... Ahí cometieron una falta...—dije.

—Pero el entrenador no ha dicho nada, se hizo el tonto—dijo un chico.

—Lo sé. Llega a darse cuenta y Kasamatsu mata a patadas a Kise—reí.

Un balón voló hasta mi cara, con suerte lo atrapé entre mis manos y me levanté para comenzar a botar y lanzar a canasta, encestando.