Capítulo 37

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Narra Lauren

Salí de la oficina como un cohete. Normani me llamó para decirme que Camila estaba en trabajo de parto. Estaba en el auto, me faltaba el aire y las manos me sudaban. No sabía qué pensar, estaba feliz y emocionada, pero a la vez estaba nerviosa y preocupada. ¿Qué tal si no sale bien? o ¿Si a Camila le duele más de lo que debería doler?

Admito que me tranquiliza saber que ya veré a mi hija. Y los cambios de humor de Camila terminarán. Chris me había hablado de eso antes de que Camila cumpliera los dos meses de embarazo, por lo que ya estaba preparada. Aunque me estaba desesperando y no podía negar que me causaba cierta gracia verla feliz y luego enojada por cosas insignificantes como estar viendo una película y que odie al protagonista por no seguir a su amor verdadero...Estuvo varios días diciéndome que yo era como esos hombres y luego me daba besos disculpándose.

Llegué al hospital. Mis suegros estaban en el pasillo junto a Normani y Dinah.

-¿Por qué tardaste tanto? - Normani me tomó del brazo. -Mila no deja de preguntar por ti.

-Vine lo más rápid...

Normani me arrastró hasta la habitación donde estaba Camila. El doctor estaba mirando entre sus piernas.

-Aún falta un poco más- dijo el hombre y salió del lugar tranquilamente.

No podía creer lo calmado que estaba todo el mundo. Hasta Camila me sonreía tranquila. A veces hacía muecas de dolor que pasaban rápido.

-¿Estás bien? -pregunté al acercarme y tomar su mano -¿No te duele?

-A veces- contestó tranquila -En cuanto vino el doctor pensé que ya sería hora y me asusté porque no estabas aquí.

-No te preocupes, amor. Ya estoy aquí.

-¿Quién lo hubiera pensado? - Camila acariciaba mi mejilla- Lauren Jauregui-Cabello a punto de ser mamá.

-Junto a Camila Cabello-Jauregui- dije emocionada. -No puedo creer que esto esté ocurriendo. Siento como si me estuviese enamorando una vez más, mi corazón no deja de dar saltos de emoción, Camila, quiero que sepas que eres lo mejor que me ha pasado en esta vida. Tú eres el motivo por el cual yo respiro ahora...

-Amor - Camila puso sus dedos sobre mis labios- también te amo, pero ya empezó a doler más.

Camila hizo una mueca de dolor y apretó mi mano. El doctor volvió a entrar y se puso los guantes.

-Ya es tiempo. Cuando te lo indique, pujas con todas tus fuerzas.
-Okay - contesté nerviosa sin saber porque.

Camila asintió con los labios apretados. Empezó a hacer las respiraciones indicadas y la seguí, aunque me sentía sin aire.

-Puja- le indicaba el doctor.
-Puja- repetía yo, presa de los nervios.

Estaba muerta de miedo, Camila a veces soltaba gritos de dolor que parecían ser una agonía. Cada vez, apretaba más y más mi mano y fui perdiendo la sensibilidad en ese punto. Camila estaba sudada y roja. El doctor no dejaba de decirle que pujara y yo no dejaba de repetir las respiraciones cortas que ella ya no hacía más, solo que a mí me calmaban un poquito. Aquello tenía la pinta de ser eterno, hasta que por fin escuché el llanto, uno alto y hermoso. Camila me miró, ahora con una sonrisa débil. La enfermera puso a nuestra pequeña Claire en los brazos de la morena. De nuestros ojos brotaban lágrimas de felicidad plena.

-Es hermosa- susurré acariciando su pequeña y suave frente.

Estaba muy cerca de Camila y no dejaba de besarla. Esa mujer merecía el cielo y el mismo Universo por hacerme la mujer más feliz del mundo.

Pasión y letras (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora