Capitulo 15: Mentiras

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Bryan se queda petrificado ante mí. Su mirada es de miedo, o más bien terror. De pronto suelta la bolsa con hielo que sostenía. 

- ¿Co... Cómo crees que yo podría herirte? – dice tartamudeando. 
- Bryan, anoche fui a una ceremonia muy elegante con estrellas de Hollywood. Fue una linda oportunidad para mí. Me invitó Dave Evans, éramos compañeros de escuela, no creo que lo recuerdes. Lo que pasa es que pasó por mí y luego asistimos a esta ceremonia de la que te estaba hablando. Conocí a su jefe y él fue quién habló contigo por el teléfono. 
- No… No lo recuerdo – suena confundido
- Si de verdad no recuerdas eso, probablemente no recuerdas lo que sigue – lo miro decepcionada.
- Por favor, dime qué pasó después… - dice en tono resignado.
- Llamaste a mi teléfono, me llamaste zorra, y me preguntaste “donde mierda me encontraba”. El jefe de Dave escucho tus gritos tras el teléfono y me lo quitó de las manos para ponerte en tu lugar. Te dijo que esa no era manera de tratar a una chica. Colgó la llamada, y no supe más de ti hasta que volví a casa. Cuando entré todo estaba oscuro, encendí las luces y estabas completamente borracho sentado en el sillón sosteniendo una botella casi vacía de whiskey. Te levantaste, te acercaste a mí de una manera muy intimidante. Luego de decirme una que otra mala palabra me sujetaste la mandíbula, y para finalizar tu gran show bajaste tu mano hasta mi cuello y me ahorcaste. Afortunadamente te pegué una patada en las bolas y pude escapar de ti. Después corrí hacia al baño y me encerré ahí. Desperté en la madrugada y decidí huir de ti. Me quedé en casa de Dave hasta que me llamaste, y así es como sobreviví a ti. 

Termino de contarle lo sucedido y me caen un par de lágrimas. Miro a Bryan y está inmóvil mirándome fijamente.

- Es… Es imposible, yo estaba en Boston…
- Me habías dicho que estabas en Detroit
- Yo…
- Adiós Bryan

Voy a mi habitación y empaco un poco de ropa para la semana. Al tomar mi bolso y caminar hacia la puerta me doy cuenta que Bryan está ahí parado bloqueándola. Lo aparto y comienzo a atravesar el pasillo, bajo las escaleras, tomo las llaves de mi auto, pero antes de salir de la casa escucho a Bryan a mis espaldas:

- No me dejes.
- Bryan, no me voy arriesgar a que me hieras de nuevo. Estoy harta de tus mentiras.
- Por favor… - comienza a llorar – no me dejes.
- Bryan, yo… 
- No te vayas…
- Tus mentiras me hieren más que tus maltratos, lo siento. Adiós. - Con los ojos llenos de lágrimas salgo de la casa, voy por mi auto, lo enciendo y me alejo a toda velocidad de aquella casa del terror.

Me dirijo al edificio donde vive Dave, con los ojos llenos de lágrimas. Después de haber aparcado el coche, subo por el ascensor, camino por el pasillo y entro al departamento. Una vez dentro, me doy cuenta que en el piso hay un sobre tirado. Lo recojo y me doy cuenta de que está dirigido hacia mí. No está escrito el nombre del remitente así que decido abrirlo. Dentro de el hay una flor seca, es pequeña y huele bien. La levanto y la sostengo por un rato admirada por su belleza. Luego me fijo que dentro del sobre hay un pequeño papel. Lo saco y veo que tiene una frase escrita, entonces me detengo a leerla.

“La vida se mueve demasiado rápido. Si no te detienes y miras de vez en cuando, te la puedes perder - Ferris Bueller” 

Es una buena frase, pero aún no sé quien la ha enviado. Definitivamente no es para Dave, porque el sobre está dirigido a mí. Volteo el papel y hay una “R” escrita en azul. ¿Robert? Quizás solo estoy siendo algo paranoica. 

¿Y si llamo a Robert? Quizás esté cansado u ocupado. Después de todo pasamos toda la tarde juntos, y debo admitir que la pasé muy bien con él. De todas maneras es tarde, son casi las 11 de la noche. No quiero molestarlo. Pero, ¿y si le envío un mensaje de texto a su celular? No, no quiero preocuparlo. Pero…

Decidida tomo mi teléfono y le escribo un mensaje a Robert:

“Fue una linda tarde contigo. Gracias por todo. Me quedaré en casa de Dave toda la semana hasta que regrese de New York. Buenas noches - Nat”

Presiono “enviar”, y decido darme una ducha. Después de todo necesito relajarme, y un poco de agua caliente no me vendría nada de mal. 

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Me siento mucho mejor. Definitivamente esa ducha me sirvió para echar fuera todas esas penas y amarguras. Camino hacia la habitación de huéspedes, me pongo mi pijama y tomo la secadora de pelo. Mientras lo enchufo y comienzo a secarme el pelo, veo que la pantalla de mi teléfono se ilumina. Por todo el ruido que hace la secadora no supe si era una llamada o un mensaje, o lo que fuera. La apago y me aproximo a la mesita que está al lado de la cama que era donde se encontraba mi teléfono. Me siento en la cama, tomo mi teléfono y veo que tengo dos llamadas perdidas de Robert. ¿Qué? ¿Robert me llamó? ¿Por qué? 

Para salir de la duda decido llamarlo. Escucho ansiosa el sonido del teléfono mientras espero que conteste. 

- ¿Natalie? – Por fin contestó, no puedo evitar una estúpida sonrisa.
- Robert, lamento llamarte a estas horas, pero… Me acabo de dar cuenta que tengo dos llamadas perdidas tuyas… - me interrumpe
- Estaba preocupado, ¿estás bien?
- Si lo estoy – hago una pausa-, no tienes que preocuparte por mí Robert. 
- ¿Te quedarás donde Dave toda la semana?
- Si…
- Pensé que te ibas a tu casa, y ahora me dices que estás en casa de Dave ¿qué pasó? 
- Robert yo… 

No puedo decirle lo que está pasando con Bryan… No puedo. ¿Qué voy a hacer ahora?

"Un Auténtico Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora