Prólogo

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"No es posible que esto acabe así" pensé aterrada, sintiendo mis lágrimas resbalar por mis mejillas mezcladas con la sangre que caía sin pudor desde mi frente.

Caí de rodillas al suelo lleno de escombros, mi cuerpo ya no podía soportar más heridas de guerra y mi respiración estaba más acelerada que nunca, pero hice el gran esfuerzo de levantarme ayudándome de mi rifle francotirador. Después de todo, no debía dejar de luchar, tenía que seguir costara lo que costará.

Miré a la derecha y vi a mi mejor amigo Nero matando demonios con su brazo demoníaco, pero se tambaleaba de vez en cuando debido al cansancio, había aguantado mucho por salvar a los demás humanos. Entonces, cogiendo mis últimas balas las introduje en la francotiradora y eliminé a 5 demonios que acosaban al joven peliblanco para darle un respiro.

Él al mirarme me dedicó una gran sonrisa sincera de agradecimiento, incluso en el fin del mundo ese chico me hacía sentir que todo iría bien. Después de eso, Nero siguió aniquilando a esos seres malditos y yo, sacando dos pistolas de mi cinturón me dispuse a buscar a Dante, mi entrenador. Me dolía mucho la pierna izquierda, así que iba cojeando con cuidado de no llamar la atención de varios demonios que rondaban cerca; me quedaban un par de cargadores a parte del que llevaban ya puestos cada una de mis pistolas, debía ahorrar balas.

"Dichosa manía de Dante de hacerme llevar siempre dos pistolas, no le daré el gusto de saber que él tenía razón" pensé esbozando una sonrisa sin dejar de buscarlo como una loca, sólo deseaba que él estuviera bien.

Me quedé absorta en mis pensamientos hasta que oí un grito de advertencia, al cuál reaccioné girándome y disparando un par de balas de cada disparo, acabando con el diablo que pretendía matarme. Miré a la persona que me ayudó y le sonreí agradecida, era Lady, quien estaba igual de agotada que yo. Le pregunté a la joven morena si sabía dónde estaba Dante, pero me respondió, soltando un largo suspiro de preocupación, que hacía horas que no sabía nada de él.

Después de recuperar el aliento Lady fue a ayudar a los humanos que corrían horrorizados de los demonios y yo seguí buscando al peliblanco con la esperanza de encontrarlo sano y salvo, aunque también me temía lo peor. Por ello, forcé mi pierna coja para poder moverme más rápido, estaba dispuesta a perder dicho miembro de mi cuerpo si hiciera falta sólo por él, y por Nero si fuera preciso, eran los hombres más importantes de mi vida y debían permanecer a mi lado, no permitiría que murieran, no podía perder a más gente... Y mucho menos a ellos.

De pronto mi pierna no aguantó más y sin que pudiera evitarlo falló debido al terrible dolor que la sacudía y caí con torpeza sobre los escombros. Jadeé frustrada y adolorida, aunque fuera lo último que hiciera debía encontrar a aquel arrogante y atractivo caza demonios. Sí, atractivo, no me avergüenza admitir que el tío está condenadamente bueno, incluso pensé en que si salía viva de aquella al lado de Dante tendría una cita con él, como quiso desde el principio.

Al reincorporarme con más dificultad de lo normal por fin pude verlo. Al fin encontré a Dante, pero nada más verlo supe que algo no iba bien. Él se encontraba de rodillas en el suelo, de espaldas a mí. Ante aquello, me acerqué gateando debido a que ni caminar podía, y estando a unos cuantos centímetros de él posé mi mano lo más suave que puse en su hombro y me dispuse ha hablarle, pero las palabras se ahogaron en mi garganta al verle el rostro.

Tenía media cara manchada de sangre, de la cuál no toda parecía ser suya. Sus ojos no expresaban absolutamente nada, ni si quiera pestañeaba, y sus labios estaban sellados, serios, nunca le había visto así. Quise hacerle mil y una preguntas sobre el motivo de su estado, verlo de aquella manera me hacía creer que era el fin del mundo, pero al instante esas tantas preguntas se convirtieron en una sola.

-Dante, ¿quién te ha hecho esta herida en el pecho?- pregunté pálida al percatarme de que tenía un gran tajo en diagonal cruzándole por los pectorales, su chaleco antibalas quedó hecho añicos, pero no me contestó, parecía no oírme y asustada lo zarandeé con fuerza -¡¡¡Dante, reacciona, por favor!!!

-(Nombre), tienes que irte- contestó sin mirarme con voz seria, demasiado para él

-¿De qué estás hablando?

-Que te largues de aquí

-Dante yo...- dije intentando razonar con él, pero me cortó bruscamente

-¡¡¡BUSCA A NERO Y SÁCALO DE AQUÍ!!!- gritó el peliblanco cogiendo con fuerza mi camiseta, pero su cara había cambiado por completo, ahora estaba histérico y aterrado -¡¡¡NI SE TE OCURRA BUSCARME MÁS, SÓLO VETE DE UNA PUTA VEZ!!!

Yo enmudecí otra vez por las duras palabras que empleó el caza demonios conmigo, fue muy doloroso, mucho más de lo esperado ya que nunca antes me había hablado así, pero mi mente volvió a la realidad cuando pude escuchar con claridad unos pasos pausados cada vez más cerca de nosotros. La curiosidad pudo conmigo y giré mi vista para encontrarme con alguien que me heló sólo con la mirada.

El muchacho frente a mí no dijo nada, sólo dio vueltas a nuestro al rededor sin dejar de mirarnos. Dante dejó mi camiseta libre y miró con ira a aquel sujeto, pero pude notar que también temblaba. ¿Quién demonios era aquel hombre? Realmente, se parecían mucho.

-No volverás a arrebatarme el poder, Dante. Esta vez yo seré quien te arrebate a ti lo que más ansías- habló con calma aquel extraño de gabardina azul

-¡¡¡(NOMBRE), CORRE!!!- gritó Dante con auténtico horror en su voz y en su rostro

Yo me quedé en shock por sus palabras, no era capaz ni de pestañear. Aquel grito desgarrador paralizó todo mi cuerpo, sentía que esta vez ya no había forma alguna de que pudiéramos escapar, y opté por hacer un sacrificio.

-Oye, seas quien seas, si quieres hacer daño a Dante tendrás que pasar por encima de mí- dije forzando una última vez mi destrozada pierna para ponerme en pie

El hombre sonrió con arrogancia, sin percatarse de que yo ocultaba algo bajo mis botas, y arrastrando mi pie cojo me acerqué lo más rápido que pude a él ignorando las súplicas de Dante de que me detuviera.

Entre Demonios (Dante x Lectora x Nero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora