Volver a casa

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Abrí lentamente los ojos y me encontré en el hospital, por un momento no entendía que había pasado. Estaba sola, en una habitación, con dos tubitos saliendo de la cara externa de mi mano.
Levanté un poco la cabeza y mire hacia los lados, empecé a recordar: me había desmayado en el baño del hospital.
Deje caer mi cabeza con fuerza mientras volvía a cerrar los ojos para tratar de dormir pero la puerta se abrió antes de que pudiera conciliar el sueño.
-¿Gordita?¿ya estás despierta?- aunque seguís con los ojos cerrados reconocía esa voz hasta en mis sueños. Valentin.
Sentía como se acercaba a mi, escuchaba ruidos de bolsas también, supuse que iba a sentarse a comer. Si bien podría haber abierto los ojos me contuve. Él siguió a hablando.
-mi amor, no se si me escuchas, la verdad nunca supe cómo funciona esto. La medicas dicen que podés escucharme así que bueno, te traje comida por si te despertaste. Es comida china: empanadas primavera de verdura, arroz con camarones y eso. Sé que te gusta. Nuestro bebé está bien, es fuerte, más fuerte que yo. Ya...ya no se qué hacer, siento que el único deseo que tenía se complicó y se volvió una pesadilla. Lo único que necesitaba era que volvieras y lo hiciste, pero también vinieron con vos todos estos problemas, este abogado que quiere que revisemos la casa y yo ni siquiera sé si quiero vivir acá, tu papá que está tan enfermo y vos, que por algún motivo ya casi no me hablas, comes menos, llegas del trabajo a las siete u ocho de la noche y te tiras a dormir. Pienso que debe ser por el embarazo pero ya no se qué creer. Si me pudieras ver- paro y se rió- estoy llorando al lado tuyo porque mi estúpido cerebro piensa que te vas a ir de nuevo, porque no se si sea tan fuerte para aguantar pero no importa, lo único que quiero es quedarme con vos. Si pudiera, ahora te pediría que te cases conmigo, tengo el anillo y todo. Bueno, es el que recupere de entre tus cosas pero creo que es mejor, tiene más significado...
Ya no podía aguantar más, extendí mi mano izquierda hacia el y le dije
-Entonces ¿que estás esperando? - levanto su carita, llena de lágrimas y sonrió pero en sus ojos podía notar que la tristeza no desaparecía. Se paró, dio vuelta la cama y se arrodilló, tomando mi mano entre las suyas.
-Eliana, se que no es el mejor momento, pero necesito que respondas una pregunta. Yo jamás fui de los tipos que piensan en que hay que casarse con alguien muy pronto, siempre preferí esperar pero con vos todo es distinto, me diste la esperanza de que las cosas podían cambiar pero también me abriste los ojos muchísimo. Y ahora te pregunto ¿Quisieras ser mi acompañante por el resto de nuestras vidas? -me quedé en shock, no creía que en verdad fuera a hacerlo -En verdad me gustaría habértelo propuesto de una manera más original, algo inolvidable
-si, quiero-susurre pero las palabras en si tenían tanta fuerza que él paro de hablar enseguida.
-¿De verdad lo decís?
-si mi amor, de verdad. Lo único que deseo es hacer una familia con vos y si no te hable mucho en este tiempo era por lo de mi papá y el embarazo pero de verdad te amo, sos lo que más amo en todo el universo y quiero ser tu esposa.
A Valentín y a mi se nos caían las lágrimas pero, a su vez, no podíamos parar de sonreír. Se inclinó para besarme y, finalmente, me puso el anillo que tanto amaba. Se acostó conmigo y, por un momento todo pareció perfecto.

I miss you [vedito] segunda temporada de carpe diemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora