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*Cáncer*

Fui a la nevera con una toalla alrededor de mi cuerpo y los lentes de sol en mano. Estaba hambrienta, tantas horas e la piscina jugando me dieron hambre. Agarré un sándwich de jamón y queso y lo puse en la tostadora. Mientras esperaba a que se tueste, me puse a cantar una canción de Katy Perry. 

_Qué lindo que desafinas_ dijo Virgo a mis espaldas, sacándome un susto. Estaba con Capricornio. 

_Dios, casi me matas del susto_ dije tocándome el pecho justo donde está el corazón_. Necesito llegar viva a mi futura boda. 

_Déjate de tonterías, petisa_ dijo Capricornio con una sonrisa de lado_. Es una idiotez eso de casarse. 

_Es una idiotez si no te casas con un chico lindo_ dije sin mirarlo_. Como por ejemplo, Taylor Lautner. 

Virgo hizo como si se atragantaba con algo y empezó a toser y golpearse el pecho con exageración. Puse mi famosa Poker Face y me di la vuelta para agarrar mi sándwich ya tostado. Le di un mordisco y con la boca llena dije: 

_Si me disculpan, no quiero perder más el tiempo con dos... chicos a los que les cuesta pensar. 

A Capricornio se le escapó una carcajada y antes de que diga algo, salí de la cocina y me dirigí al patio, donde las chicas me esperaban con malteadas en sus manos. Hoy le tocaba a Aries hacer los licuados, desde la semana pasada pusimos turnos para hacerlos. De hecho, hay un cartel colgado en la pared para que no nos olvidemos los días. A veces, Géminis y Leo se despiertan por la noche a borrar sus nombres para no tener que pasar la tarde cortando fruta. 

_¡Eh, Cáncer, aquí tienes una malteada de fresa!_ Gritó Tauro tendiéndome un vaso alto con la mitad de la malteada_. He tomado un poquito, espero que no te moleste. 

Reí y me fui a recostar en una toalla que estaba tendida en el pasto para las que querían tomar un poco de sol. Allí estaban Piscis y Leo jugando una partida de algún juego raro con cartas. No soy fanática de ellas. Miré hacia la puerta a la vez que me sentaba al lado de Leo. Estaba Virgo mirándome sonriente. Me escondí detrás de Leo para que dejara de observarme. 

_¿Qué pasa? ¿Ahora soy un muro?_ Preguntó mirándome por el rabillo del ojo. 

_Algo así, sólo me escondo de Virgo. No para de mirarme. 

_A eso lo llamo encantamiento, Cans_ dijo Géminis apareciendo detrás de mí. Se sentó al lado de Leo y sonrió_. O quizá solo quiera joderte un rato. 

_Yo creo que gusta de ella_ dijo Piscis con una tierna sonrisa sin mostrar los dientes. 

_Nunca lo sabrán_ dijo Leo concentrado en la partida de cartas_. Virgo no cuenta nada a nadie. 

_¿Y es que tú lo sabes?_ Preguntó Géminis con los brazos cruzados. 

Leo asintió lentamente y miró rápidamente a Gem para ver su reacción. Géminis golpeó su cabeza suavemente y se levantó para ir a pedirle una malteada a Aries. Se quedó hablando con él un rato y al cabo de unos minutos, volvió con dos vasos. 

_¿Para mí?

_Leo, Leo, no te emociones, pero los dos son para mí. 

Leo bufó y, sin embargo, agarró un vaso y empezó a tomar mientras Géminis le gritaba todo tipo de insultos. Rodé los ojos divertida y me fui junto a Tauro, que estaba con los pies dentro de la Piscina revisando unos mensajes en su celular. 

_Cans_ dijo Tauro sin despegar sus ojos del celular. 

_¿Crees que Virgo es raro?

Tauro me miró por unos segundos y nunca respondió. Se quedó respondiendo unos mensajes de Libra. Esperen, ¿ella no estaba en una cita? Miré de reojo el celular de Tauro y vi que estaban hablando de aquel desconocido chico. Antes de que pudiese leer algo, Libra llamó a Tauro impidiéndome ver si quiera una palabra. Bufé y me metí a la piscina. Me quedé en el fondo de ésta sin hacer nada, sólo intentando ver como se movía mi cabello cuando me movía. 

Sentí que alguien se tiró de bomba a la pileta. Fui nadando hasta la punta de la piscina pero esa persona me agarró de los tobillos y me tiró hacia él, con una sonrisa. Virgo. Grité bajo el agua y salí rápidamente hacia la superficie. Miré a Virgo boquiabierta, algo enfadada. 

_¿Por qué me sigues a todos lados? 

_Quiero pasar tiempo contigo_ dijo mientras tiraba su cabello mojado hacia atrás. 

_Y yo quiero que me des mi espacio. 

Le tiré agua a la cara y salí de la piscina rápidamente, me envolví con una toalla y subí al cuarto para cambiarme. 

*Aries*

Día de mierda. Enserio, ¿a quién mierda se le ocurrió poner días para las malteadas? Esto no me gusta nada, sólo quiero estar en la piscina, pero ni bien entro, alguien me está llamado para que le haga una bebida. ¿No pueden hacérsela ellos mismos? Pero bueno, de vez en cuando se quedan conmigo y hablan, así que después de todo tan mal no está. 

Lo que más mal me puso del día, fue el hecho de que Tauro no se me acercó ni una vez. Siempre le pedía a sus amigas que le traigan alguna bebida ya que ella no quería saber nada conmigo, y la verdad que no la entiendo. No sé porqué se empezó a distanciar de mí, juro que antes del recital estábamos perfectamente bien. ¿Será porque no le gusto? En fin, ya se le va a pasar. 

_Aries_. Leo, que estaba al lado mío, me había sonreído de oreja a oreja y se puso en una posición... muy de mujer. 

_¿Qué quieres?

_Haz una malteada especial para Géminis. 

_¿Te piensas que sé las frutas que le gustan?

_Ve y pregúntale_ dijo con los brazos cruzados y un tono de voz que parecía que me estaba obligando. 

_Soy sólo el chico que hace las malteadas, no me encargaré de ser tu sirviente. 

Leo bufó y volvió con Piscis y Géminis que estaban jugando a las cartas. Miré a Tauro, estaba hablando por teléfono con alguien y parecía divertirse. Sentí a alguien a mi lado. Capricornio. Lo miré raramente y alcé mis cejas. 

_Habla con Libra. 

_¿No estaba en una cita?

_Sí, pero ese chico se fue al baño hace como diez minutos_ dijo sonriente_. Me parece que andaba mal del estómago. 

Tauro colgó rápido el teléfono con una sonrisa y se acercó a la mesa donde estaba haciendo los licuados. Apoyó la mano en ésta y me miró con ojos fríos. 

_Hazme una malteada de durazno. 

_¿Podemos hablar?

_Mmm, sí. 

_¿Enserio?_ Pregunté, emocionado. 

_No. 

Rodé los ojos y la agarré del brazo y la lleve a la cocina. La acorralé contra la pared y la miré fijamente, esperando a que me dijera algo pero estaba muda. 

_¿Qué demonios te pasa?_ Pregunté. Estaba enojado. Odiaba que se comporte así conmigo. 

_Nada. 

_Sé que algo te pasa_ dije y, por instinto, miré sus labios. Me acerqué para darle un beso, pero me apartó fuertemente antes de hacer cualquier cosa. 

_¿Estás loco? Primero besas a una desconocida en un recital ¿y ahora quieres besarme a mí?_ Dijo, entre una sarcástica risa_. Las cosas no son así conmigo, Aries. No soy como esa chica, si es que lo pensabas. Mantente alejado de mí. 

Se fue echando humos de la cocina. Me apoyé en la pared y miré a la nada, sumido en mis pensamientos. Ya estaba. Ya sabía porqué se comportaba así conmigo. Ahora soy consciente de que cagué todo tipo de relación con ella. Ahora me doy cuenta de que me quiero tirar del octavo piso de un edificio. 

La Vida De Los SignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora